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El mismo tomó el saco y lo lanzó a un lado de la cama, colocó su mano en mi cuello ahora descubierto y comenzó a bajar lentamente hasta mi clavícula.

Me dedicaba a admirarlo, esos hermosos ojos almendrados, su cabello café claro azabache desacomodado y sus labios rojos entreabiertos formando una sonrisa, dejando al descubierto una hermosa parte de su dentadura.

Con mis piernas a sus costados, poco a poco me recosté sobre su pecho hundiendo mi cuello en su rostro, dí un pequeño beso y subí a su oído.

― Tú también me encantas― le susurré sensualmente mientras jugueteaba con el lóbulo de su oreja, posó sus manos en mis piernas, las subía y las bajaba haciéndome estremecer por las caricias. Subió una por mi pierna, pasando por mis glúteos hasta mi espalda, dejó de subir cuando llegó a su destino. El cierre de mi vestido.

Sin alejarse de mis labios, bajaba el zíper con una desesperada lentitud, obviamente ese era su objetivo. Hacerme sufrir, pero ya llegaría mi turno de vengarme.

Finalmente el cierre ya está abajo completamente y yo me quemaba por sentir su piel en contacto con la mía.

Nuevamente me senté en su cadera para poder sacarme el vestido, sin previo aviso Nick lo tomó del borde y comenzó a subirlo, así que solamente puse mis manos en el aire y en un dos por tres el vestido ya había desaparecido. Me tomó de la cintura para apegarme nuevamente a su cuerpo, acción que claramente no rechazaría. De pronto me encontraba recostada mientras que Nick devoraba mis labios.

Lentamente lo separé de mis labios, su entrecejo de frunció levemente y su rostro tenía dibujado un enorme signo de interrogación.

―¿Pasa algo? ― me preguntó aún algo agitado por el beso anterior

―No es justo...― le dije seria

―¿Qué no es justo? ― me preguntó riendo sin decir ni una sola palabra, puse mi mano sobre su pecho y comencé a deslizarla hacia abajo hasta llegar al borde de su pantalón.

Me dedicó una pícara sonrisa seguida de una carcajada, rápidamente me enderecé dejándolo nuevamente mirando hacia el techo, di un fugaz beso sobre sus labios y con mi dedo índice recorrí su pecho y abdomen hasta llegar al metálico botón que se aseguraba mantener los pantalones en su lugar.

Sacaba el botón de su lugar, pero luego en cuestión de segundos lo regresaba a su ojal, escuchaba las ligeras risas de Nick quien ya estaba altamente "desesperado", finalmente lo abrí, y bajé el zíper con la misma lentitud con la que él me había bajado el de mi vestido.

― ¡Me estás haciendo sufrir! ¿Cierto? ― estaba en lo correcto, pero además no había prisa, teníamos la noche por delante.

Bajaba su pantalón, hasta que algo me lo impidió, ambos reímos totalmente al darnos cuenta de que Nick aún tenía zapatos

―Eres un mata-pasión Nick― le dije ahogada en carcajadas mientras quitaba sus zapatos al igual que los calcetines, los cuales junto con el pantalón se esparcieron por algún lugar de la habitación.

―¿Mata-pasión? ― preguntó levantando una ceja ―Eso está por verse― agregó amenazante tomándome de las piernas, me levantó y luego me soltó para así dejarme caer sobre la cama

―Nick― alargué riendo

Sin darme tiempo de reclamarle por esa llave de lucha que me había aplicado, atrapó mis labios. Este beso era diferente a los demás, tenía mas energía, más pasión, desenfreno. De apbruto introdujo su lengua en mi cavidad, la recorría sin pudor alguno tal y como sus manos paseaban sobre mi cuerpo.

La falta de oxígeno comenzaba ha hacerse presente, mas Nick no se separaba de mis labios y para ser sincera yo tampoco quería hacerlo.

Apenas me separé de sus labios traté de recuperar el aire vital que había perdido, Nick se entretenía en mi cuello mientras yo me reponía. Pero fue completamente inútil ya que el placer que Nick me brindaba con sus caricias, unidas a los besos y mordidas impartidas en mi cuello, solo me aceleraba más.

―Sabes... no es justo― susurró con su melodiosa voz en mi oído mientras jugaba con los tirantes de mi sostén.

―P...pues hazlo... hazlo más justo― traté de hablar lo más claro posible pero me desconcentraba de sobremanera. Rodeó mi cintura con un brazo y giró haciéndome quedar sobre él, se divertía con el broche de mi sujetador. Hasta que por fin decidió desabrocharlo mientras yo saboreaba esos labios ahora con el doble de grosor e intensidad de color. Me aparté de mi ahora "vicio" para eliminar de la escena la penúltima prenda que cubría mi cuerpo y así dejar mi torso completamente desnudo...

Mi compañero de casa © (#wattys)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora