Mis piernas son ellas y aparte estoy yo, en el mismo cuerpo empapado en sal.
Exactamente fuera de compas una voz que clama que pare, que me detenga. Un perezozo y retorico sentimiento se rie de eso. Una carrera es una guerra que voy a ganar contra mi misma, mi peor enemigo. No contra el dolor de mis pies, no contra la lluvia, con contra la falta de aire. Tengo mucho que demostrarme a mi misma en estos kilometros, como una metafora de mi vida.
Si tan solo estas ganas de rendirme pudieran aparecer tambien cuando estoy a punto de cometer una estupidez...
Esa sensualidad de la meta la puedo casi saborear, su aspecto victorioso y su exquisita franja blanca con pintura importada de algun lugar cerca de aqui.
Duele.
Solo un poco mas.
Un poco mas... es lo que le pido siempre a mi cuerpo. Cuando la depresion intenta enjaularme en su circo; cuando siento odiar la manera en la que vivo la vida; cuando trancar mis lagrimas es como decirle a mi alma que se calle y, a decir verdad, a pocos les importan realmente las tristezas de otros, pero la satisfaccion de su curiosidad si, tener algo que burlar como una herramienta para no sentirse tan miserables. Pobres.
Dentro de mi conservo la esperanza de que esa raza anti-humana madure u evolucione, por el momento, es mejor dejarlos que se resbalen con su propia saliva, no hay mejor maestro que los errores y jamas mi paz deberia ser pertubada por gente que no me regalara años de vida.
Por eso digo que en la vida, en un dia, en una sola hora hora, estan llenas de pequeñas batallas asi como personas. Yo soy el unico soldado de esta guerra, y tambien soy el tesoro. Lo triste es que, a veces, tambien soy el enemigo.
Pero siempre me pido aguantar un poco mas, siempre y cuando, al final, pueda sentir orgullo de mi misma. Entonces valio la pena, entonces pienso en los que amo y como sus palabras forman escalones de acero. Por otra parte, cuando las pierdo, prefiero la revancha mientras me desangro que ese frio sentimiento que susurra entre carcajadas "¿ves? Te dije que no podias" eso me crea una desesperacion que me lastima el alma.
Mi alma, aquella esencia mia con sabor de poeta lastimado, azotada por tantos pesares. Esa misma que quizo acabar consigo misma en una noche que pesaba mas que ella misma. Tambien es la misma que me hizo mirar con ojos llorosos al cielo, buscar a mi creador y suplicarle de rodillas. Aunque no sea parte de ninguna religion, aunque solo lo haya hecho por la misma fuerza que sopla las olas, aquella que busca un motivo para que todo valga la pena, esa que dejo mi cuerpo tendido en la arena despues de un eterno naufragio, me puso el Sol en los ojos y con sus palabras calladas me animo. Asi, humildemente, con mi pequeño cofre de metaforas y mi hoja de palabras lo describo pero no cubre ni una desima de la maravilla que ocurrió.
Redencion.
Lo logré, pero eso no pasó sin que antes empezara una nueva batalla.
Hoy, notoriamente, me siento apasionada y poeticamente inspirada. Por eso me gusta correr, para que mi cuerpo vaya a la velocidad de mis emociones y mas rapido que mis pensamientos.