Don't Let Me Go [Zayn Malik & Tú]

Capítulo 12

Había pasado una semana desde que vi a Zayn, y ya le echaba de menos. Él había estado bastante ocupado grabando su nuevo disco, y me propuso salir a cenar fuera esta noche.

Estos días se pasaron muy rápido gracias a Alex, Will y Emily, en especial la primera.

También vi a Jake. Yo no tenía intención de llamarle, pero Emily le dio mi número y lo hizo él por mí. Me propuso quedar esa tarde y acepté, ya que no había hecho planes con ninguna de las chicas y no tenía nada mejor que hacer.

Dimos un paseo por un parque cercano a mí casa, y se puede decir que me lo pasé bastante bien con él. Era un chico muy majo y con el que no te aburrías, ya que no paraba de sacar temas de conversación.

Me estaba arreglando para mi cita o, como las llamábamos nosotros, ‘no-cita’. Me puse un vestido negro ajustado y unos tacones del mismo color. Pinté mis labios de un rojo intenso que, verdaderamente, me encantaba. Puse algo de rimel a mis largas pestañas y me miré al espejo. Aquella mañana me había alisado el pelo, y me quedaba genial. Eso sí, tenía que cortármelo porque ya empezaba a hacer calor y lo tenía demasiado largo.

Cuando fui a salir, mi padre me paró.

—¿A dónde vas tan arreglada? —Preguntó justo antes de que yo saliera por la puerta.

—He quedado con Zayn.

—Lo suponía. No llegues muy tarde, ¿entendido?

—Vale.

Le di un beso en la mejilla y me despedí de él antes de abandonar la casa. Zayn aún no había llegado, pero no tardaría.

Y tuve razón, porque segundos después vi aparecer su delgada figura en la acera de en frente. Crucé al verle antes de que se diera cuenta de mi presencia, y corrí detrás de él, poniéndome de puntillas para taparle los ojos.

—Mmmm... ¿______? —Preguntó. Aparté mis manos de sus ojos y sonreí.

—Adivinaste.

Me abalancé sobre él, envolviéndole en un abrazo, para luego besarle. Luego comenzó a andar y yo le seguí, ya que no tenía ni idea de a dónde me llevaría.

—Estás preciosa.

—Siempre me dices lo mismo.

—Porque siempre lo estás. —Genial, ya me había hecho ruborizarme. Puse mis manos en mis mejillas para taparlas.

—Oh, dios, Zayn. No seas así de mono.

—¿No te gusta?

—No. Me encanta. —Confesé y él besó mi mejilla. —Ya te echaba de menos.

—Yo a ti también, pero ya sabes que estaba ocupado.

—Claro, lo entiendo.

—¿Y tú que has hecho esta semana? —Preguntó mientras me miraba con atención.

—Nada del otro mundo. He pasado la mayoría de las tardes con Alex y otras dos amigas más.

—¿Todas?

—Casi todas.

—¿Y las demás tardes?

—Pues... —¿Le decía que había quedado con Jake? Quizá le molestaba, aunque solo era un amigo, si se le podía considerar eso porque aún no le conocía mucho.

—¿Pues...?

—Nada. No he hecho nada. Me he quedado en casa aburridísima.

—¿Seguro? Has tardado en contestar.