V e i n t i c i n c o

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Me terminé de cambiar de ropa y fuimos hasta la guardería de los dos pequeños y en mi casa estaba Will con su niñera. – Muchas gracias por llevarme, no hace falta que me ayudes más – dije intentando armar el carrito de Mike y fallando en el intento. Antonio salió del coche y me ayudó a montarlo – Como te deje sola, a alguno de los tres acaba muerto – espetó él burlándose de mí, alcé las cejas y metí a Mike dentro – Vamos James que Antonio es un niño malo y se va a quedar sin cenar hoy – le agarré de la mano y empujé el carrito hasta el portal, cuando entramos en casa escuché a Will llorar – ¿Qué ocurre? – pregunté entrando con rapidez y la niñera me miró un tanto agobiada – Le he dicho que Jackson no va a venir a dormir hoy y se ha puesto a llorar como si no hubiese mañana – me dijo y yo fruncí el ceño – Bien, ¿cuánto te paga mi hermano? – pregunté sacando mi cartera y entregándole el dinero.

Will se había encerrado en mi habitación, me senté al lado de la puerta y di un par de golpes – Eh, colega, soy la tía Meredith, Olivia se ha ido ya, ¿me cuentas qué pasa? – pregunté con suavidad y no escuché respuesta – Bueno, si no me abres la puerta y no me quieres hablar me voy a ir a bañar a tus hermanos y a hacerles su cena favorita – dije levantándome y escuché el pestillo de la puerta abrirse. Sonreí y entré en mi habitación – A ver, peque, ¿qué pasa? – pregunté sentándome con él en mi cama – La última vez que papá no pasó la noche en casa fue la noche en la que mamá se fue – me dijo con lágrimas en los ojos – La echas mucho de menos, ¿eh? – pregunté dándole un pequeño abrazó y él asintió – Mañana podemos ir a la estación 51 de bomberos a la hora de la comida si quieres – le propuse tras un rato de silencio y él asintió con emoción.

Salimos de la habitación y él se fue a jugar con su hermano – No se te dan tan mal los niños – me dijo Antonio y yo sonreí – Él se acuerda de su madre, sé lo difícil que es separarse de tus padres cuando eres pequeño – alegué observando al pequeño jugar con su hermano pequeño. Después de bañar a los dos bebés era el turno de Will, Antonio estaba preparando algo de cenar para los niños y deduje que nosotros también cenaríamos eso. Me acerqué a la cocina – Antonio puedes irte a casa, de verdad, no es necesario que me ayudes con todo no eres más que mi compañero – murmuré apoyándome en el marco de la puerta de la cocina. Él me miró y suspiró – Los compañeros se ayudan y se acompañan, además Jay me ha dicho que has tenido uno de esos días difíciles – me dijo mientras me daba un par de platos con comida. Los llevé al salón y le di el suyo a Will – Vamos, come – le puse el plato delante y puse unos dibujos animados en la televisión a los tres para que comiesen tranquilos. Me llevé a Mike para darle su papilla en la cocina, aquella mesa era más cómoda.

Cuando terminamos de cenar Antonio recogió todo – No hace falta, vete a casa a dormir, ya mañana recojo yo – aseguré con una media sonrisa, él asintió y se fue a su apartamento. Cuando había terminado de recogerlo todo y estaba viendo una película de Disney con los niños sonó el timbre – Mierda, Will, vigila a tu hermano – dije rezando porque Mike no se hubiese despertado, porque un bebé llorando no era lo más adecuado para que se quedasen dormidos los otros dos y poder dormir yo.

Cuando abrí la puerta me encontré con Connor y sonreí – Vaya, no pensé que volvería a verte – dije con una sonrisa en los labios – Bueno, he salido del hospital y me apetecía invitarte a tomar algo – murmuró mirándome y yo suspiré – Me temo que tengo que quedarme de canguro, pero... Puedes pasar y tomamos una cerveza aquí – abrí la puerta para que entrase y luego eché la llave – ¿Ya no está Voight contigo? – me preguntó y negué – Ya tiene la pierna bien y me estaba volviendo loca con él en casa – murmuré entrando en el salón con cuidado – Will, James él es Connor – le presenté y Will lo miró expectante – Qué alto es – fue lo único que salió de sus labios y yo solté una carcajada – Ya ves, parece un gigante – le respondí con diversión. Le traje a Connor una cerveza y nos sentamos en el sofá, con Will y James en el medio.

James acabó dormido sobre mis piernas y Will estaba en proceso – Bueno peque, vamos a la cama, mañana la podemos terminar de ver – aseguré apagando el televisor. Cogí primero a James en brazos y le metí en su cama, puse la seguridad y le arropé bien, acto seguido hice lo mismo con Will y cerré la puerta con cuidado – Al fin se han dormido – me quejé frotándome el cuello – ¿Qué te ha pasado en el labio? – preguntó acercándose a mí y rozándolo, puse una mueca de dolor – La noche de ayer acabó siendo algo más complicada cuando me dejaste en el bar – murmuré con una media sonrisa – Pero no te preocupes, acabó peor Kelly – aseguré acariciándole la mejilla – Parece que los problemas te persiguen vayas a donde vayas – dijo él sentándose de nuevo en el sofá.

Recogí la mesa y me senté junto a él dándole antes otra cerveza – Me hubiese gustado que lo de ayer no hubiese acabado tan bruscamente – confesé mirándole – Bueno, para ser honestos te iba a dejar en casa unos minutos antes – asentí con sus palabras – También es verdad... Además, ¿qué crees que hubiese pasado si hubiese dormido contigo? – pregunté alzando las cejas y él le dio un trago a la cerveza – Creo que es mejor que no responda a esa pregunta – reí con sus palabras y asentí.

El tiempo pasó volando y cuando me di cuenta eran cerca de las 2 de la mañana – Bueno, te he entretenido lo suficiente y seguro que estás cansada, me voy a casa – dijo levantándose, se puso la chaqueta y me miró unos segundos. Le acompañé hasta la puerta y, antes de que se fuese, le agarré de la chaqueta y le acerqué a mi cuerpo – ¿Ya no te duele el labio? – me susurró cuando le iba a besar y provocó que me riese – Eres idiota – dije negando y aprovechó para besarme él a mí. A decir verdad sí que me dolía un poco el labio. Me pegó más a su cuerpo rodeándome la cintura – Si quieres puedes quedarte a dormir – susurré cuando nos separamos para coger aire – Si no vas a aprovecharte de mí... Encantado – dijo antes de volver a besarme. 

Policía de Chicago (Antonio Dawson)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora