Capítulo 06

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O1 de Marzo, 11:2O am.

El sonido peculiar del despertador de Gabriel la hizo despertarse. La casa de él era inmensa y lujosa. No pensó que los mexicanos pudiesen tener esa clase de exigencias, se reprendió a sí misma y se juró que jamás volvería a subestimar a nadie, ya que una gran sorpresa se llevaría. Era su segundo día en esa casa y en ese país.

Owen se mostró más amigable que ella y se lo agradeció, ya que Gabriel estaba siendo muy generoso y hospitalario con ellos sin conocerlos. Quizá se sentía algo agobiada porque él era errante de sus verdaderos nombres.

-Katheryn, adivina que día es hoy—Owen entró sonriendo a la habitación que Gabriel le había dado para dormir.

-Es el día en el que los Owen’s mueren—refunfuñó ella, adormilada, él rió—déjame dormir.

-Hoy es primero de Marzo—rodó los ojos y sonrió.

-¿Y?

-No sabía que hoy cumplía años Justin Bieber—se partió de risa en el suelo, Katheryn le dio una patada en las costillas pero eso le hizo reír el doble.

-¿Qué es lo gracioso? Justin Bieber no es alguien importante.

-Al parecer para millones de niñas sí lo es.

-Ja, Ja, Ja, ahora largo de aquí.

-No, espera, tienes que leer todo esto.

Le acercó el iPad de Gabriel a la cara. Ella arrugó la frente.

-Deberías de dejar eso en su sitio. No es tuyo.

-Me lo prestó, ahora lee.

 

“El cantante canadiense Justin Bieber está de fiesta. Hoy cumple sus bien merecidos 2O años de edad y sus fans cada vez están más locas por él”

 

-¿Y qué hay de sorprendente en esa nota?

-Lee los comentarios de las niñas—se mordió los labios, debatiéndose en no reír.

“¿Qué demonios hace Bieber ahí? Debería estar en mi cama, yo le doy su regalito de cumpleaños”

“Quiero todo contigo, Justin, ¡Fóllame ya!”

“Dame duro este día, Bieber, te espero desnuda en mi cama”

 

-¡Puaj!  ¿Qué demonios te pasa? Es asqueroso, Owen.

-Es gracioso. Y son niñas pre-púbertas de 13 años para abajo.

-¿Me despertaste solo para eso?—espetó, malhumorada.

-No te desperté para eso—dijo serio. Ella lo miró ceñuda.

-¿Entonces…?

Los labios rosados y con sabor a miel de Owen la sorprendieron durante unos segundos.

Esa era una buena forma de empezar el día y no leyendo los comentarios sexosos de niñas precoces.

-Nunca dejarás de sorprenderme, ¿verdad?

-Jamás.

Ampliando su sonrisa, él la dejó sola para que se despabilara y se reuniera con ellos a desayunar.

La Llave del SecretoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora