03 de Abril, 1:15 pm.
-Ya hemos terminado de leer el estúpido libro—exclamó Katheryn mientras cerraba el libro de golpe, Luke bostezó con pereza— ¡No hay ni si quiera algún indicio del paradero de mis hermanos! ¡Esto es una farsa!
-No, Katheryn—su amigo abrió de nuevo el libro en la última página con escritos, porque sobraban aproximadamente cinco páginas en blanco al final— ¿Leíste esto de ahí?
-¿Dónde?
-Ahí.
Debajo del último párrafo había letras sumamente pequeñas, incapaces de leer a simple vista. Tenías que acercarte lo suficiente para darle acceso a tus ojos para leerlas.
Con los ojos achicados leyó la pequeña inscripción:
Si has leído hasta este punto, es porque has terminado de leer el libro de La Vida. Quieres algo de vuelta, quieres ser feliz como en el pasado. Quieres algo que yo tengo, y tienes algo que yo quiero. Dámelo y te daré lo que deseas.
-Esto es un chantaje. ¿Qué tengo yo que al libro o al autor le interese?
-Buena pregunta—cerró el libro y lo guardó debajo de la cama—buscaremos a Ben para que nos ayude. Él debe sabes de todo esto.
Bajaron corriendo al primer piso en busca del Elegido, pero pararon en seco al ver a Heidi sola en todo el resto del departamento, donde minutos atrás se oían las risotadas de los chicos. Ahora todo estaba en silencio, pese por la tv.
Katheryn escudriñó la puerta y logró divisar a la parejita irse al corazón de la ciudad. Estaban subiéndose al autobús verde.
-¡Brenton, Ben! ¡Imbéciles, vuelvan!—gritó Luke a todo pulmón en medio de la calle pero fue demasiado tarde. Gonzalo, el vigilante lo observaba con interés y Heidi estaba perpleja.
-¿Qué le ocurre?—le preguntó a Katheryn, esta se encogió de hombros.
-Ya no hay nada más que leer en el libro y al final hay un pequeño párrafo en miniatura, parecer ser algún tipo de trato.
-¿Un trato? ¿Sobre qué?
-Decía que él tenía lo que yo quiero y que yo tenía algo que él quiere y que si quiero lo que tiene… debo darle lo que tengo.
Heidi la miró ceñuda. Nada tenía sentido en lo que acababa de decir.
-Bueno… sea lo que sea que diga eso, hay que esperar.
-¡Yo no quiero esperar! Heidi, necesito encontrar a mis hermanos. A eso fue a lo que vinimos y no a vacacionar.
Luke entró dando patadas a todo lo que tenía en su camino, carraspeó y encaró a las dos.
-Creo que es un acertijo.
-Soy mala en esas cosas—respondió Katheryn, queriéndose morir.
-Quiero leer lo que dice, amo los juegos de adivinar—eludió su amiga, Luke negó con la cabeza—oh por favor, cariño, tú has leído el libro entero con Katheryn, ¿Qué me puede pasar con leer lo último?
-No es buena idea.
-Al demonio con la maldición. Voy a leer el acertijo. –giró sobre sus talones y subió trotando los peldaños con Luke pisándole los talones.
Katheryn subió segundos después. Sus amigos estaban con el rostro desfigurado de horror, sus ojos estaban fijos al interior de la habitación y por lo que ella alcanzó a ver todo estaba desordenado y revuelto. Parecía que un huracán se hubiese filtrado al departamento y alborotar todo a su paso.