Capítulo 4

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●Narra Adaline

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Narra Adaline.

Quisiera que todo fuera tan diferente. Quiero que las cosas cambien y que la vida se apiade un poco más de mí.

Es como si fuera elegida para pasar por todo este sufrimiento y soledad. Nada en esta vida es fácil, todo lo consigues a duras y sacrificios. Tienes que morir por aquello que deseas, si así en realidad lo quieres.

Conseguí este trabajo por ella, por mi pequeña. Le encantaban los libros; cada noche me encargaba de leerle relatos e historias fantásticas. También le daba clases de literatura ya que su enfermedad le complicaba ir a la escuela.

Ella siempre decía que era buena en literatura y que tal vez debería de ser profesora e ilustrar mi conocimiento y pasión por la lectura. La amaba más que a nadie en este mundo. Era mi luz y mi soporte.

Intenté hacerla feliz hasta el último día de su vida. La complací en todo lo que más deseaba, en todo lo que me pidiera hasta su día final.

La vi crecer, la vi sufrir, la vi morir.

Murió en mis brazos, lo intenté todo. Los mejores hospitales, los mejores doctores, la mejor asistencia médica, todo. Pero no resultó. La muerte venció a su vida. La apartó de mi lado y se la llevo.

Mi mundo se debilitó, sentí mi vida morir con la de ella. Hace un año aún la tenía en mis brazos, recostada a mi lado y ahora ya no está. Ha dejado un vacío que aún no he logrado llenar.

Es por ella que decidí ser maestría en Literatura. Me ofrecieron el trabajo como profesora porque un profesor había renunciado y lo acepté, no porque necesitara el trabajo, a mí el dinero me sobra, pero lo hice por ella. Por Abby.

Al llegar a este Instituto todo fue tan superficial. Nada que me sorprenda o me cohíba. Hasta que la vi.

Tan inusual y sencilla, tan paciente y hermosa, con su mirada tierna y curiosa. Sus ojos avellana grandes y brillosos me atraparon al instante. La curiosidad se hizo presente por aquella joven que se encontraba inspeccionando mi persona. Hasta que un joven grotesco arruinó todo, todos rieron a su juego, menos ella y eso llamó más mi atención. Le di una lección al joven, para que todos sepan en especial él que conmigo las bromas no encajan.

Esta soy yo, fría y calculadora, desde el momento en que la vida se ha encargado de mostrarme la realidad de como son las cosas. No me interesa en lo absoluto que digan o piensen de mí.

Pero ella desde el primer instante captó mi atención. Cuando la escuché decir el poema, me sorprendí y en sus ojos sentí como un brillo de esperanza que no veía en nadie más. Si me pusiera a pensar que es como cualquier persona que podría dañarme lo descartaría rápidamente, con su simple nombre dulce en mis labios y su dulce voz me aseguran que ella no es cualquier persona.

Cuando la invité a comer, todo fue tan natural, que sentí que con ella no podía fingir en nada, podía ser yo misma a su lado. Pero la realidad me volvió a golpear tan fuerte, que gritando me exigía en alejarme. Que todo lo que estaba haciendo era incorrecto y debía de correr de su lado y dejarla tranquila. Ella no merece porqué formar parte de mi mierda. Ella sufriría, y no quisiera que eso pasara.

Adaline. (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora