"En los ojos de Adaline podría perderme y volverme a encontrar. Ella me destruye y me reconstruye."
Adaline: Profesora de 40 años; sofisticada, fría y elegante. Su vida está envuelta en caos y monotonía, pero todo cambia al conocer a la joven alumna...
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●Narra Melanie.
—Es bueno que salgas a distraerte, estás las veinticuatro horas encerrada en esa habitación.
La veo coger rápidamente su bolso y algunas carpetas que se encuentran sobre la mesa del salón. Sigo sus pasos al verla dirigirse fuera de la casa. Llegó hasta su camioneta negra y guardó en ella sus pertenencias.
Pensé que se opondría para que no asista en aquella fiesta, lo podía usar como excusa con Ariana, pero mi madre encantada en que vaya.
—Asisto al instituto, quiere decir que no estoy encerrada las veinticuatro horas.— me defiendo.
—Mel, a veces creo que no eres de este mundo. — comentó. — No sales, solo tienes una amiga y ni siquiera tienes novio.
No lo tengo porque me gusta mi profesora, y si no tenía antes es porque estaba esperando por ella. Como si no tener novio fuera un delito.
—No quiero un novio.
La quiero a ella.
—Me rindo, tengo que irme. El trabajo espera. — besó mi mejilla —Quiero que te diviertas esta noche, sólo disfrutalo.
—Lo intentaré, te quiero.
—También te quiero.
Subió a la camioneta poniéndola en marcha sin antes guiñarme el ojo y desaparecer de mi campo de visión. Volví a ingresar a la casa y subí a mi habitación.
De nuevo sola, podría decir que ya estoy acostumbrada a ello.
No sé que ponerme esta noche, y tampoco me esforzaré en aquello. Esta fiesta no me interesa y no me estaré estresando en como ir vestida.
¿Una fiesta en invierno? Solo a Petter se le ocurre hacer una fiesta en esta estación.
Ariana quiere que lleve un vestido y que sólo use unas botas y un tapado sobre ella. Que no debía de preocuparme, la fiesta será realizada en el interior de la casa y que allí haría calor.
¡No!
Definitivamente no iré con un vestido para sufrir una hipotermia y quedar como un cubo de hielo.
Me llevaré mis botas que tanto me gustan, mi jeans y algo que me abrigue bien. No moriré de frío, acepté ir por ella, ahora yo decido que ponerme.
Observé mi celular. Son las 13:36 pm exactamente y extraño a Adaline. Esta mañana no me ha enviado un mensaje y la anterior no me ha contestado. Debe de estar muy ocupada y tampoco quiero molestarla.
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—¡Estoy afuera! ¡Puedes mover tu bonito trasero!— la escuché gritar y de fondo su vocina exasperada apresurándome para que salga.
