Capítulo 2: El chico "perdido"

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La cena fue silenciosa, pues solo se oían los tenedores chocar con los platos ya que Isabel se sentía cansada, Esteban era Esteban, Elena no quería sacar conversación por la pelea con su hermana y Francisco y Luisa porque aún no sabían que el problema de Esteban ya estaba solucionado.

— ¿Puedo irme ya? — preguntó Isabel, tras un bostezo.

— Sí, claro — asintió Luisa.

Cuando Isabel iba a salir, Armando entró muy nervioso y dijo con voz agitada:

— Hay un chico en la puerta.

Toda la familia real se dirigió a la puerta, incluso Isabel, que a pesar de que estaba muy cansada sintió curiosidad por aquella nueva noticia.

— ¡Hola! — exclamó un chico no mucho más alto que Isabel con el pelo oscuro, menos un extraño mechón turquesa, con las paletas más largas de normal y con el rostro salpicado de pecas. — Mi nombre es Varian.

Elena carraspeó.

— ¿Qué haces aquí, Varian? — preguntó.

— Ojalá lo supiera, Majestad — susurró el chico, encogiéndose de hombros. — Mi barco naufragó en la frontera de este reino y Paraíso, fue un extraño sonido.

— Sirenas — murmuró Esteban.

Elena le echó una mirada.

— ¡Es imposible! — gritó. — ¡¡Prometieron no hacerlo!!

Esteban rodó los ojos.

— Prometieron no hacerlo las sirenas de Coronado, pero, al igual que los humanos ellas tienen distintos reinos — explicó.

— ¿Y tú como sabes tanto de sirenas ahora? — preguntó Elena, arqueando las cejas.

Esteban se ruborizó.

— Por nada.

— Yo no he dicho que fueran sirenas — dijo Varian. — Solo sé que fue una música extraña lo que causo que mi barco naufragara.

— Es muy tarde — anunció Francisco. — Varian, te daremos una habitación del castillo y mañana retomaremos el asunto con el gran comité.

Varian asintió.

— Por supuesto, señor — dijo con una sencilla reverencia. — Gracias por vuestra hospitalidad.

Luego, se giró a Isabel.

— ¡Ey! — exclamó. — ¡Tú debes ser Isabel! ¡La joven universitaria! ¡A mí también me encantan las ciencias y la ingeniería!

— ¡¿En serio?! — preguntó Isabel con alegría al ser reconocida más a allá del reino de Avalor por sus conocimientos y no por su título de princesa.

Elena frunció el ceño, había algo que no le gustaba.

— Y Varian, dinos, ¿de qué reino eres? — preguntó, levantando una ceja.

Varian parpadeó. Eso no se lo esperaba, necesitaba una mentira ya.

— Arendelle — aseguró.

— Arendelle — repitió Elena. — Sí, el reino del rey... ¿cómo se llamaba el rey?

— Es una reina y se llama Elsa — informó Esteban en voz baja.

—¿Y qué hacías tú en ese barco? — preguntó Elena, ignorando a su primo.

Varian se encogió de hombros.

— Dejemos las preguntas para mañana, por favor — suplicó. — Todos necesitamos descansar.

Hay Química (Crossover Elena de Avalor y Enredados otra vez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora