Capítulo 5: El día de los Muertos

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Isabel se despertó sin ganas. La idea de que ese día Elena pudiera conversar con sus padres y ella no aún le enfadaba.

— Buenos días, Isa — sonrió Elena, entrando en su cuarto. — ¿Preparada para ir al cementerio?

— Sí, claro — afirmó Isabel.

Elena se sentó a su lado.

— Oye, ojalá tú también pudieras ver a papá y mamá — sonrió.

— ¡Pero no puedo! — Isabel no pudo contenerse, empezó a llorar sin control. — El pan dulce, saltar en la cama... ¡eso no podemos volver a hacerlo! Pero tú puedes hablar con ellos, tú puedes hacer muchas cosas que yo no puedo y ¡no es justo!

— ¡Eso no es verdad! — exclamó Elena. — Pero, Isa...

— ¿No es verdad el qué? — preguntó Isabel, abrazándose las rodillas.

— Isabel...

— ¡Vete! — ordenó Isabel, escondiendo su cabeza entre sus piernas.

Elena se levantó y corrió hacia la puerta, volvió a echar una mirada a su hermana pequeña y desapareció por el pasillo.

Isabel lloró durante casi media hora, cuando notó que otra persona se sentaba a su lado.

— ¿Isabel? — preguntó la voz de Varian.

Isabel le miró a los ojos sin dejar de abrazar sus rodillas con fuerza.

— ¿Qué quieres? — preguntó.

Varian le apartó el pelo de la cara, con manos temblorosas causando a Isabel un escalofrío.

— Siento lo de ayer — Varian fue al grano, no parecía querer poner detalle.

— No pasa nada — dijo Isabel antes de volver a pegar su cabeza contra las rodillas.

— Oye, ¿qué te pasa? — preguntó Varian. — ¿Hoy no es un día de fiesta en Avalor?

Isabel empezó a gimotear.

— Mis padres... — Isabel no dejaba de llorar y Varian estuvo tentado a darle un abrazo, pero no lo hizo.

Isabel levantó la vista y se secó las lágrimas y mirando a un punto fijo dijo:

— Los echo de menos.

Varian entendía perfectamente su tristeza y estuvo a punto de ponerse a llorar también, pero mantuvo su compostura y acarició el cabello de Isabel. Esta se apoyó en su hombro y eso hizo sonrojarse a Varian, pues normalmente las chicas no se acercaban a él, pues antes de ser un criminal, tenía fama de "rarito" en Vieja Corona.

— Mi hermana puede... — Isabel decidió guardarse la información del poder de su hermana, pues aunque confiaba en Varian aún era un simple chico que pedía ayuda.

Varian miró a Isabel en señal de que continuara su frase, pero Isabel negó con la cabeza repitiendo que era una tontería, frente a eso, Varian se encogió de hombros y no preguntó por ello.

— Voy a vestirme — anunció Isabel. — ¿Podrías... — Isabel señaló la puerta. — Ejem, esperar fuera.

— Oh, por supuesto — dijo Varian levantándose. — Aún llevas el pijama, tú...

Varian salió de la habitación y tras cerrar la puerta, Isabel se vistió con su vestido del Día de los Muertos y está vez se sentía peor que nunca.

— Os quiero ver, papis — susurró Isabel, mirándose al espejo. — Que tontería. — Isabel dio la espalda al espejo. — No me estáis escuchando. ¡No podéis! — Isabel se dejó caer al suelo deslizando la espalda contra el espejo, apoyó su cabeza en él y dijo: — Quiero que algo de mi vida me haga feliz. — Y de nuevo comenzó a llorar.

Hay Química (Crossover Elena de Avalor y Enredados otra vez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora