Capítulo 7: Sigue tu corazón

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— ¡Elena! — exclamó Isabel. — ¡¡Necesito hablar con Varian!!

— ¿Qué? — preguntó Elena, mientras giraba la mirada a su hermana. — ¿Y qué pasa?

Isabel se cruzó de brazos.

— ¿Qué que pasa? — chilló. — ¡Qué está en la mazmorra! ¡Me ha mentido! ¡Me ha mentido! ¡¿Por qué quiero entonces algo bueno para él?! ¡¡Lo debería odiar!! ¡¡Maldita conciencia!! ¡¡No sé!! ¡¡No sé!!

— Isa, ¿qué dices? — se asustó Elena.

— ¡¡Ha sido malo!! — prosiguió Isabel. — ¡¡Yo confié en él!! ¡¡Él era mi amigo!! ¿¡Por qué confíe en él!? ¡¡Es solo un estúpido conocido de dos días!! ¿¡Por qué me duele entonces!?

— Pero, ¿de qué estás hablando? — insistió Elena.

— ¡¡De Varian!! — gritó Isabel. — ¡¡De ese maldito traidor!! ¡¡Quiero ir a verlo!! ¡¡Diles a los estúpidos guardias que me dejen hablar con él!! ¡¡Díselo!!

— ¡¡Isabel, siéntate aquí!! — ordenó Elena.

Isabel obedeció. Se secó las lágrimas y miró a su hermana.

— Isa, sé que te duele — dijo Elena con tranquilidad. — A mí también me dolería. Oye, ¿sabes? Mamá te está diciendo que no te preocupes, que todo se arreglará que sigas tu corazón a la hora de tomar una decisión y que todo saldrá bien.

Isabel no pudo evitar volver a llorar. Elena le dio un abrazo, mientras se unían sus padres sin que Isabel lo supiera.

— Papá dice que seas fuerte — prosiguió Elena. — Que si crees que debes hablar con... — Elena arrugó la nariz. — Se llama Varian, papá, no... ¿qué habías dicho?

Hubo un silencio de no más de cuatro segundo, pero a Isabel se le hizo eterno.

— ¿Adrián, papá? — rio Elena. — De Adrián a Varian hay un trecho.

Isabel miró a su hermana con curiosidad.

— Oh, sí, perdón — dijo Elena. — Continúa, papá.

De nuevo hubo silencio.

— Papá dice que si hablar con Varian te parece lo correcto, hazlo y como yo no te deje...— Elena rio. — ¡Papá! No serías capaz.

Isabel miró a donde miraba Elena y sonrió, esperando que aún que no los pudiera ver, sus padres le devolverían la sonrisa.

— Os necesito — sollozó Isabel. — Todos los días.

Elena se mordió el labio y mirando a lo que para Isabel era la nada, prosiguió a traducir lo que sus padres querían transmitirle; sin embargo para Isabel era complicado que fuera creíble, pero lo fuese o no los consejos le levantaban el ánimo que Varian le había quitado.

— Papá y mamá dice que siempre los tendremos, porque que nosotras no podamos verlos (en la mayoría de los casos) no significa que ellos — Elena sollozó. — No puedan vernos a nosotras y que quieren decirnos... que... — Los ojos de Elena se llenaron de lágrimas. — Que están orgullosos de nosotras, así que levántate y ve a seguir tu corazón, Isa, porque es lo que siempre... hay que hacer...

— Papá, mamá — Isabel se levantó, mientras las lágrimas resbalaban por sus mejillas. — No os defraudaré, lo prometo.

Y con una dulce mirada se despidió de sus padres y junto a su hermana corrieron a las mazmorras.

Hay Química (Crossover Elena de Avalor y Enredados otra vez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora