Capítulo 9: El guardia de Corona

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A Isabel le dio igual desperdiciar la mañana, pues se había despertado al día siguiente a las doce del mediodía. Se vistió con su vestido habitual y observó su habitación.

El transmodificador elemental estaba en una esquina de la habitación. Isabel había llegado a una conclusión. No era su obligación ayudar a Varian y si él no ponía de su parte, se rendería y no volvería a intentar lo mejor para él.

Cubrió el invento de Varian con una sábana. Se preguntó si ir a verlo, tal vez su sermón le hubiera servido para hacerle cambiar de opinión.

Mientras se cepillaba el pelo, entraron los pequeños Jaquins, grandes amigos de Isabel, ella se acercó a hablar con ellos.

— ¡Hola, chicos! — exclamó Isabel.

— ¡Hemoz venido antez, pero tú no eztabaz — informó Zoom.

— En verdad estabas durmiendo aún y papi no nos dejó entrar — explicó Estrella.

Bingo voló hasta los brazos de Isabel.

— ¿Estás bien, Isa? — preguntó el Jaquin.

— Sí, claro — mintió ella.

— ¿Tienez que hacer deberez? — preguntó Zoom. — Papá eztá en el balcón por zi quierez que noz vayamoz.

— No me molestáis, pero voy a saludar a vuestro papá — dijo Isabel. — No toquéis nada, chicos.

Isabel salió a la terraza y saludó a Mix con la mano.

— Gracias por traer a los pequeños, Mix — sonrió Isabel. — Me hacía falta un poco de diversión.

— ¿Ocurre algo en palacio, princesa? — preguntó Mix.

— Bueno... es Varian, ¿has oído de él? — respondió Isabel.

— Sí, esta mañana justamente ha venido un guardia de su reino a hablar con el gran comité — comentó Mix.

— De... de... ¿Corona? — preguntó Isabel.

— No sé cual es su reino la verdad — respondió Mix. — Pero su barco tenía un símbolo de un sol.

— Hum... — Isabel se llevó el dedo índice a los labios.

— ¿Va todo bien, princesa? — preguntó Mix.

— Sí, gracias, Mix — Isabel fue cerrando la puerta de la terraza. — Voy a jugar con tus hijos...

Isabel se sentó en el suelo y los tres jóvenes Jaquins se acercaron para jugar a las palmas:

— Tortillitas de manteca para mamá que está contenta tortillitas de maíz para papá que está feliz — cantó. — Vale, ahora jugar vosotros. Ahora vuelvo.

Isabel salió de la habitación y anduvo hasta la del gran comité. Abrió la puerta sin pegar si quiera, pero para su sorpresa estaba vacía.

Corrió a la habitación de su hermana, pero Elena no estaba allí.

— ¿Elena? — preguntó Isabel.

— ¿Si? — Isabel pegó un escarmiento se dio la vuelta y vio a su hermana.

Isabel suspiró aliviada.

— ¿Has hablado con el capitán de la guardia de Corona? — preguntó.

— La reunión es dentro de una hora — contestó Elena.

— Ah... ¿dónde puedo encontrar a ese señor? — preguntó Isabel.

— Con la guardia — respondió Elena.

— Vale...suerte en la reunión — sonrió Isabel y salió corriendo por el pasillo.

Elena se dio cuenta de su fallo.

— ¡¡Espera!! ¿¡A dónde vas!? ¿Qué le vas a decir?

Isabel corrió hasta el pasillo donde se encontraban todos los aposentos de la guardia, dándose cuenta de que nunca había pasado por allí después de los cuarenta y un años encerrada en el cuadro.

Isabel entró en la habitación más grande donde la guardia pulía las espadas y guardaban el resto de las armas.

— Hola. — La princesa no pudo evitar sentirse intimidada tras la mirada de todos los guardias a los cuales, exceptuando a Gabe, no conocía.

— ¿Va todo bien, princesa? — preguntó uno de los guardias.

— Sí, claro — Isabel se tocaba un mechón de su cabello, nerviosa, pues no sabía si debía tutear al guardia o no y eso le dio inseguridad. — ¿Dónde está el guardia de Corona?

— Está hablando con el Capitán Núñez — respondió el guardia.

Isabel pensó que entonces no iba a interrumpir. No podría hablar con el guardia de Corona antes de que él fuera a la reunión del gran comité.

Por suerte ella tuvo que participar en la reunión y pudo enterarse de todo y lo más importante defender a Varian.

Hay Química (Crossover Elena de Avalor y Enredados otra vez)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora