Se acercó el cigarrillo a los labios aspirando aquel humo que le proporcionaba, llenando todos sus pulmones. Lo retuvo unos segundos y después expulsó el humo con un suave suspiro. Viendo que ya estaba terminado lo tiró al suelo de cemento mojado y lo pisó. Volvió a suspirar.
No había tenido un buen día, aunque bueno, nunca lo tenía. Hoy precisamente se había peleado con un gilipollas que buscaba pelea desde hace unos días, en el trabajo sus compañeras le acosaban, aunque en ciertas ocasiones eso no le importaba, y además, se peleó con ella. Ella que era lo único que le podía subir el ánimo de aquel espantoso día, aquel día solo lo hizo más miserable. En ese mismísimo momento que empezó a relatarle lo sucedido ella simplemente enloqueció pues estaba en contra de todo tipo de agresión. Asique así sucedió, así acabó en medio de una calle desértica de la ciudad a las 3am, y no le importaba estar solo, es más, lo prefería asi, aunque la paz no duró mucho pues vio como una figura a lo lejos se acercaba a él a paso rápido. Él estaba en alerta, no era la primera vez que se topaba con los típicos ladrones que te asaltaban de frente, podría con él. Sin embargo se extrañó al ver que cada vez que aquella persona daba un paso acercándose cada vez más, su figura se volvía más nítida dejando ver las curvas de una mujer. Él solo frunció el ceño expectante, pero lo relajó nada más tenerla al lado parada mirándolo con una expresión de decepción e iluminada por la farola que se encontraba cerca de ellos.
-¿Qué haces aquí?- Preguntó él.
- He venido a buscarte.
-¿No te habías enfadado conmigo?
- Sí, pero... aún así me preocupo.
- Lo único que haces es juzgarme, cada día y a todas horas. Tu preocupación me vale una mierda.- Espetó.
- Por lo menos yo no voy golpeando a la gente que me provoca porque no soy tan subnormal para caer en ese estúpido juego y hacer que personas que me quieren se preocupen.- Contraatacó.
- Tú no entiendes nada, joder...
- O que tú no quieres entender.- Terminó su frase. Ella le miraba fijamente mientras él se limitaba a mirar al suelo o al frente.- Hueles a tabaco.
-¿Y qué?
- Me dijiste que lo dejarías.
-Yo digo muchas cosas, otra es hacerlo.
Ella guardó silencio, apartó la mirada bajandola hacia el suelo. Jugó un rato con sus dedos nerviosa. La impotencia empezaba a invadir todo su ser, las lágrimas alertaban con querer salir.
- Pensé que querías cambiar...- Dijo con voz rota llamando la atención del muchacho, quien la miró con el ceño fruncido pero que sin embargo cambio su totalmente su expresión al verla tan cohibida.- Lo siento, no lo hice bien. Pensé... que sería una buena idea, o algo por el estilo. No lo sé. Me equivoqué, lo siento. Sólo terminé haciéndote más daño.
El muchacho sintió una punzada en su pecho, y un escozor que se instaló en sus ojos. Verla así, le partía el corazón.
- Ojalá,- Empezó a decir él- siguieras aquí. Me haces mucha falta, no sabes cuánto.- Dijo alzando su mano con intención de tocar la mejilla de la muchacha para limpiar sus lágrimas.
Sin embargo, la mano traspasó su figura y ella desapareció tras aquel intento de entrar en contacto. Se deshizo como el humo del cigarrillo, desapareció sin dejar rastro, solo dejando un simple aroma a rosas. Y es que ella, se fue hace mucho tiempo, pero en la mente del muchacho, ella seguía viva.
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Mini Historias Y Poemas
RandomAqui encontrarás un conjuntos de one-shots y pequeños poemas, cada uno con diferentes protagonitas, diferentes situaciones y problemas, diferentes sentimientos, diferentes mundos... Descúbrelos y diviértete leyendolos.