Meditaciones

Encuentro

El mero hecho de intentar crear una plataforma en la que un@ se pueda expresar desaparece, no lo das encontrado por dejadez, por desidia.

Igual es el momento de romper el dique. De expresar de una forma novedosa algo que llevas formulando y que define tu propio ser. Algo que carcome y alimenta a su vez el propio ego, inalterable. O se cree uno al respecto. Se es tan diminuto...

Consciencia, humildad, pertenencia. El sitio, la gente, el contorno. Una corriente inexorable de emociones que confluyen en un mismo delta.

!Quién fuera navío¡. Para poder surcar olas, precipicios dulces de sabor caramelo. Desiertos de líquido constante finito.

-¿Qué eres, luciérnaga?

-Mi cometido es palpable, con eso me basta.

-¿intentas corromper a los seres que te rodean?

-En un océano grisáceo y tumultuoso no hay quién quede en pie.

-¿Por qué te aferras a la esperanza de que puedes guiar a los náufragos cuando su destino está predestinado?

-No hay lenguaje humano que pueda responder esa pregunta. El camino es por sí, se haga nadando, andando o gateando. El lucero del alba siempre estará en el horizonte.