Incertidumbre

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Todo ocurrió en un borrón. Tony y su escudron partiendo a Nueva York, la invasión a la tierra, las largas horas de batalla, las pérdidas humanas en la sangrienta batalla, y la desaparición de Tony, Peter y Stephen Strange quienes habían, presuntamente, abordado la nave de los aliados de Thanos y de los cuales no se tenían noticias hasta ahora.

Cuando vio como la nave avanzaba a gran velocidad para luego perderse en el infinito espacio, sintió como una parte de su lastimado corazón se desgarraba, pero, a pesar de todo, trato de mantener la esperanza, y lucho con todo lo que tenía y dejó en el campo de batalla, alma, corazón y vida, pero nada de eso fue suficiente, y para el término de la batalla todo estaba perdido.

Steve se encontraba completamente destrozado. Había perdido al amor de su vida y padre de su hijo, a su hermano del alma y a la mayoría de sus amigos.

Solo dos días bastaron para acabar con las esperanzas de la humanidad y desaparecer a la mitad de esta.

Al término de la batalla, Steve corrió desesperado, tratando de encontrar lo único que le daba una razón para continuar de pie en estos momentos; su hijo.

Al llegar a la base, corrió como loco, hasta llegar a su habitación, la cual abrió rápidamente, encontrando a su pequeño en la cuna, removiendose inquieto, mientras que en el piso permanecían las cenizas de las mujeres asignadas a su cuidado.

Sin importarle su apariencia, corrió hasta la cuna y tomó a su pequeño en brazos, aferrándose a el para evitar que se le terminara de caer el mundo por completo.

-papá ¿Estás bien?- preguntó el menor en un gimoteo, tratando de contener su llanto al ver a su papá en aquel estado.

El rubio, sin poder contenerse más, terminó por derramar las lágrimas que se negó a soltar en el campo de batalla, mientras se aferraba a su hijo. Era sumamente doloroso, y lo peor es que se sentía tan desorientado que no sabía qué hacer. Vagamente recordó a aquel niño escuálido y enfermo de Brooklyn, que se encontraba solo y confundido, al perder a la única persona que le quedaba en el mundo; su madre. Recordar eso, solo era echarle limón a sus heridas recientes, porque está vez no había Bucky o Tony que le salvará de caer en el profundo vacío y la inmensa tristeza.

*****
Cuando pudo controlar su llanto, Steve tomó algunas de sus pertenencias y las de su hijo para mudarse a la habitación en la que se estaba hospedando Tony.

Camino hasta allí, y cuando llegó, ingreso a ella, ignorando todo a su alrededor.

Al llegar, puso sus pertenencias sobre la cama, desvistió a su hijo y de desvistió a su mismo, para luego dirigirse al baño y tomar una ducha que eliminase un poco de la suciedad que cubría su cuerpo.

Después de eso, salió y seco a su hijo y se secó a su mismo, antes de vestirse.

Fue allí cuando desvío su vista a la cómoda, encontrándose con una pequeña caja forrada en cuero y una carta que tenía su nombre escrito del puño y letra de Tony.

Con cautela, abrió el sobre y encontró la siguiente carta.

Steve:

Soy el idiota más grande del mundo y te lastime. Te ruego que me perdones por ello. Jamás dejaré de recriminarme por ello.

No voy a escribir demasiado aquí, porque es algo que tengo que enfrentar y que debo discutir contigo.

Quiero que mires dentro de la pequeña caja. Lo que allí se encuentra, fue construido con un metal más que familiar para ti, y simboliza mi promesa.

Soy consciente de que puede que jamás vuelva a verlos, lo que voy a hacer es peligroso y me conoces, siempre me ha gustado poner mi vida en riesgo, pero, no dudaré en hacerlo si con eso garantizo que mi hijo, tú, nuestro amigos y el resto del planeta este a salvó, pero, te prometo que mientras haya aunque sea una mísera pizca de vida en mi cuerpo, haré lo que me sea posible por regresar con ustedes.

Tengan presente de que los amo y los amaré ya sea en esta tierra o a Miles de kilómetros de distancia, y aunque muera, los seguiré amando.

Gracias por darle un sentido a mi vida y por hacer que valiera la pena vivirla.

No sé si esto es un adiós o un hasta pronto, espero que sea lo segundo, porque tengo muchas promesas por cumplí y una vida por disfrutar a su lado.

Los amo y les deseo que sean felices, sin importar el resultado.

Con amor, Anthony Edward Stark, padre de Peter Rogers y, posiblemente, futuro esposo de Steve Rogers.

Pdta: Si, si es una propuesta de matrimonio y nada me haría más dichoso en el mundo que aceptarás. Rezo por poder hacerlo apropiadamente si regreso.

El rubio, impresionado y con las lágrimas de nueva cuenta corriendo por su rostro, tomó la caja a su lado, y la abrió, revelando un hermoso anillo hecho de vibranium, con tres incrustaciones; una roja, una azul y una morada en el centro.

Un sollozo ahogado salió de su garganta, mientras deslizaba el anillo en su dedo y lo besaba, pidiéndole a cualquier deidad existente que trajera a Tony de regreso.

*****
Después de ese día, Steve en compañía de los sobrevivientes, empezaron a analizar los daños que habían quedado luego de la compleja batalla y empezaron con un plan de búsqueda, destinado a hallar el paradero de los vengadores desaparecidos.

Steve aún mantenía la esperanza de encontrar a Tony, a Peter y a Strange con vida y hacia hasta lo imposible por hallar alguna pista o alguna señal de su paradero. Thor había decidido buscar en todos los planetas conocidos información relevante sobre el caso y dijo que no volvería hasta no hallar su paradero, y que estaría comunicándose por si encontraba alguna novedad.

En ese momento, Natasha se había convertido en su apoyo y él en el de ella, pues Bucky era lo poco que tenía y poco después de empezar una relación estable con él lo había perdido.

Cada día, la situación era más difícil para Steve, pues su hijo hacia preguntas que demandaban respuestas que él no tenía o que no quería dar, y a medida que pasaban los días y los meses, la esperanza empezaba a extinguirse como la llama de una vela expuesta a la brisa.

******

Cinco años después...

Peter, de seis años, miraba cabizbajo por la ventana, preguntándose qué había pasado con su familia y seres queridos.

Son recuerdos difusos, pero sabe que jamás podrá olvidar la cara de su padre llena de dolor y sufrimiento, así como las lágrimas que caían por su rostro, mientras, con su voz ahogada por el nudo en su garganta trataba de explicarle que había sucedido y diciéndole que no solo no verían a su otro padre en largo tiempo, también a sus familiares y amigos.

En ese momento, Steve se encontraba cocinando. Muchas cosas habían cambiado en estos años, y los reflejos de ello estaban grabados en su rostro. Llevaba su cabello corto y peinado hacia atrás, y había afeitado su barba, pero también había una mueca de infinita tristeza en su rostro, la cual no se iba con nada.

Perdió a mayoría de su escuadrón, perdió a su hermano, aquel por el que tanto había luchado y perdió a Tony, quien a pesar de haberlo lastimado, seguía siendo el gran amor de su vida.

Durante muchas noches se preguntó que le había hecho tan malo a la vida, que le pagaba de forma tan cruel y despiadada. Se preguntaba si fue por el suero o por haber cometido tantos errores. Porque, cuando creía que las cosas por fin estaban bien, algo malo siempre sucedía, siempre algo salía mal y tiraba por la borda todas sus esperanzas de ser feliz.

Una lágrima silenciosa rodó por su mejilla, hoy se conmemoraba otro aniversario de la muerte de los caídos en batalla y otro año de la desaparición de Tony. Había algo dentro de su corazón que le decía que Tony aún seguía con vida, pero, a medida que pasaba el tiempo, las esperanzas cada vez se agotaban más y más.

Steve en verdad se arrepentía de lo que había pasado y deseaba tan solo una oportunidad para volver al pasado y corregir sus errores. Quizás, con eso las cosas serían diferentes.

Beso lentamente la alianza que estaba en su dedo, y trato de apartar un poco el dolor para servir diligentemente los alimentos a su hijo.

Aún tenía por quien seguir luchando.

Fábula de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora