Fábula de amor

Fin del juego

Tal y como se esperaba, Thanos hizo su aparición, acompañado de algunos de sus seguidores y sumamente molesto por la osadía de contradecir lo que ya había establecido con su poder.

Con lo que no contaba era con el gran conglomerado de héroes que le esperaban con la única intención de derrotarlo y devolver el universo a su curso normal, tal y como estaba antes de su intervención.

Todos, reunidos en un gran trabajo conjunto, atracaron a sus tropas, hasta diezmarlas, quedando con unos pocos hombres en pie.

Thanos había hecho todo lo que estaba dentro de sus manos y lo que el guantelete le permitía hacer, pero la fuerza de todos los defensores de la tierra era implacable, además de la persistencia Tony, Strange, Thor y Carol, quienes lo tenía acorralado y no le daban oportunidad alguna de responder a los ataques que le eran realizados a sus tropas.

Así que después de una ardua y larga batalla, la pelea llegó al punto de ser Thanos contra los enardecidos defensores del universo, que, a pesar de estar gravemente heridos y cansados, sabían que no debían de fallar, pues este sacrificio se lo debían a un gran héroe que ya no podía estar allí para verlos.

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—ustedes son una puñada de idiotas ¿Por qué quieren renunciar a esto?— acusó el titán, señalando a todo a su alrededor —¡miren! El universo se encuentra en perfecto balance, hay suficiente para que todos puedan vivir una vida cómoda y sin privaciones, pueden ser felices y tener todo lo que siempre han soñado ¿Por qué destruir eso que con tanto esfuerzo conseguí? ¿Por un deseó egoísta?— bramó enfurecido, mirando a todos a su alrededor.

—¡Tu arruinaste mi vida, maldito hijo de perra!— gritó con odio Tony, mientras avanzaba sin ningún temor a enfrentarlo. —te llevaste a nuestros seres queridos, te llevaste a mí discípulo, al que quise como a un hijo propio... ¡Y por tu maldita culpa mi esposo y mi hijo están muertos! ¡Dime dónde está mi maldita felicidad! O la de alguien aquí— gritó embravecido, mirando con odio al maldito ser que le arrebató lo que más amaba.

—estas siendo egoísta, Stark. Tu esposo y tu hijo no son nada al lado de las millones de formas de vida que viven bien hoy en día gracias a mis necesarias acciones— respondió con frialdad, insensibilidad e indiferencia. —aunque viendo la inmensa cantidad de problemas que le ha causado al orden natural de las cosas, debí haberlo eliminado cuando tuve la oportunidad. Hubiera sido una muerte necesaria en pro de lograr el equilibrio del universo— agregó con simpleza y un tinte de molestia.

—¡Eran mi mundo, maldito bastardo! ¡Eran todo lo que necesitaba a mí lado! ¡Y por tu maldita culpa ellos ya no están aquí!— gritó lleno de odio, ira, tristeza y dolor, poniéndose el traje y haciendo su primer movimiento.

El titán lo paró hábilmente, pero no contaba con un inesperado ataque que había venido desde atrás, causándole un pequeño corte, su distracción fue aprovechada por Strange, Peter, Quill, Mantis y Thor, que ayudaron a mantenerlos inmóvil y a tratar de quitarle el guante.

—¡Insensatos! ¡No saben lo que están haciendo!— gritó con rabia y planeaba usar el guante y escapar del agarre, pero los vengadores lograron sacarlo de su mano, dejándolo únicamente con su armadura como protección y con el poder que poseía.

—¡Ahora!— gritó Tony y Strange abrió un portal, llevando en guantelete a un lugar lejos del campo de batalla.

—¡Malditos sean todos ustedes! Debí acabar con todos y cada uno de ustedes cuando tuve la oportunidad en especial contigo y con el bastardo infeliz responsable de esta rebelión— exclamó con rabia, señalando a Tony. —no debieron interferir con el orden del universo y ahora van a pagar con su vida por su osadía— exclamó enfurecido, mirando a todos quiénes aguardaban por su ataque.