Sanar las viejas heridas

1.6K 165 29
                                    

"—Steve ¿Por qué las rosas rojas?— pregunto el castaño, mientras arrullaba a su hijo en sus brazos y miraba fijamente el curioso detalle.

—es para recordar la fecha en que nos conocimos ¿Lo recuerdas?— pregunto con suavidad, mientras lo miraba fijamente.

—como voy a olvidar el día en que pude conocer al hombre que admite de niño y al que sería el amor de mi vida, Steve— respondió de vuelta, mirándolo con infinito amor.

El rubio sonrió y se acercó al lugar donde se encontraba, estirando una de sus manos para acariciar su mejilla, antes de acercarlo a su rostro y darle un beso. Su primer beso en cinco largos años"

Después del regreso de Tony, el tiempo empezó a transcurrir lentamente.

Mientras Tony realizaba con éxito su recuperación en el hospital, Steve se dedicó, junto con los vengadores restantes, a organizar la información que habían reunido y a estructurar un plan que les ayudará a combatir a Thanos y a regresar a sus amigos a la vida.

Nebula contribuyó con una información que podría salvar a sus amigos. Les comento lo que su hermana Gamora le confiase una vez; el secreto de la gema del alma.

Thor también proporciono información clave de su primer enfrentamiento con Thanos y los vengadores que tuvieron algún enfrentamiento cuerpo a cuerpo con él, también suministraron información.

Con todo lo que ya tenían, solo faltaba la información que Tony pudiese proporcionar para completar un esquema, elaborar un plan y actuar en consecuencia.

*****

Cuando Tony salió del hospital, empezaron los verdaderos problemas para la familia Stark.

Steve y Tony pactaron hablar lo que tenían que hablar, dar las explicaciones correctas y ofrecer las disculpas necesarias, para cerrar ese doloroso capítulo y empezar de nuevo.

Sin embargo, habían situaciones con las era difícil lidiar.

Desde el regreso de Tony, se había asignado una habitación para Steve y Tony, pero seguian durmiendo en caso separadas, pues el primero no podía conciliar el sueño al dormir con el primero, pero tampoco podía dormir lejos de él. Steve seguía despertando entre lágrimas y gritos, producto de pesadillas y recuerdos que tenía por las noches. Lo mismo pasaba con Tony, se levantaba llamando entre gritos a Peter y a todos los que habían luchado con él en el planeta Titan, y temblaba todas las noches. Lo peor era que sus episodios de estrés postraumático no solo ocurrían en las noches, también solían presentarse episodios durante el día.

Cuando esos momentos se presentaban, Steve corría de dónde estuviese, para llegar al lado de Tony y ayudarlo a superarlo.

Ambos estaban rotos, pero trataban de unirse para juntar todos los pedazos y así darle el hogar que se merecía al pequeño Peter.

******

A pesar de lo duro que fue salir adelante con el feo panorama que tenían frente a sus ojos, Tony y Steve lucharon sin descanso por conseguir la tan anhelada paz y por el bienestar de la familia que siempre habían deseado.

Su relación fue restableciendose poco a poco. Después de vaciar la pesada carga que llevaban sus corazones, empezaron a realizar pequeños avances, salir a dar un paseo, compartir con Peter, educarlo, cenar juntos, ver una película, compartir un café y todas esas cosas cursis que se habían imaginado que podían hacer juntos. Sin ir más allá de abrazos casuales y besos sin segundas intenciones.

Tomó un año completo para que su corazón sanara las heridas y ambos pudiesen empezar con una verdadera relación.

******

Tony deslizaba besos fantasma sobre la pálida garganta de Steve, mientras sus manos deslizaban suavemente la chaqueta de sus hombros.

Steve echaba hacia atrás su cabeza, dandole un poco más de espacio al castaño, mientras lanzaba sutiles jadeos y empleaba sus manos para retirar las prendas del cuerpo del castaño. Sus mejillas se enrojecieron y su piel empezó a ponerse sudorosa, debido al calor, mientras la excitación empezaba a apoderarse de su cuerpo.

Estaban celebrando su primer años de noviazgo oficial y que dentro de pocos días se celebraría su matrimonio. Sorprendentemente, todo se hizo de forma ágil y diligente gracias a Steve. Estaban curados y no podían estar más felices con la vida.

Tony condujo lentamente a Steve hasta la cama doble que compartían desde hace un año, y lo empujó suavemente, obligándolo a sentarse.

Sentándose a horcajadas sobre los muslos del rubio, comenzó a besarlo de nueva cuenta, mientras sus manos exploraban la suave piel y retiraban las piezas que estorbaban el contacto.

Steve no se quedaba atrás y también quitaba las prendas del contrario y dejaba que sus manos viajarán por el cuerpo ajeno, deteniéndose en cada cicatriz, acariciándola con devoción e imprimiendo amor a su contacto, dejando en claro sus sentimientos por el contrario.

Las prendas desaparecieron finalmente de sus cuerpos, y los amantes siguieron besándose y tocando todo lo que estuviera a su alcance.

Tony se separó y le indico con suavidad a Steve que se recostara en el centro de la cama. Este, dudoso, acató su pedido, y Tony aprovecho para colocarse a horcajadas sobre sus caderas, dejando que su trasero descansará sobre la erección de Steve, para alcanzar su rostro y empezar a besar todo a su alcance, procurando dejar ningún lugar sin explorar.

Beso lentamente su cara, cuello y pecho, entreteniendose en sus pezones, los cuales eran sumamente sensibles, mientras mecía suavemente sus caderas, avivando la excitación del rubio, quien sólo atinaba a gemir quedo y a sujetarle del cabello.

Fue descendiendo con suavidad, procurando no dejar ningún espacio sin su toque, hasta llegar al abdomen del rubio, donde esté lucía orgulloso sus abdominales de acero, los cuales se encontraban divididos por la cicatriz de la cesárea. Tony se disponía a dedicarle mayor atención a esa parte, pero las palabras del rubio lo frenaron en seco.

—no, Tony, no vayas allí— le pidió con la voz jadeante.

—¿Te duele?— preguntó extrañado, levantando su cabeza y mirando al rubio a los ojos.

—no, es solo que no se pudo cicatrizar por completo y es desagradable, yo...— explicó nervioso, mientras huía de la mirada del castaño.

—entonces no importa. Y no digas que es desagradable. Es una parte de tu cuerpo y la voy a amar como amo a todas las demás, aunque creo que a esta parte puedo tenerle un cariño especial, porque por ahí nació mi primer y hermoso hijo, cariño. No tienes que tratar de ser perfecto para mi, solo por ser tú ya lo eres, así que no te avergüences de ninguna de sus partes, eres hermoso— murmuró con amor, subiendo para depositar un beso en sus labios, antes de seguir a donde lo había dejado, aprovechando para besar la punta goteante del rubio, sacándole un prolongado gemido, que le puso los vellos de punta al castaño.

El castaño, aprovechando el efecto causado por su acción, dió un par de lamidas más, antes de continuar su recorrido, besando los generosos muslos y las fuertes piernas, antes de terminar en los tobillos, aprovechando su posición para mandarle una mirada intensa y llena de lujuria al rubio.

—no me mires así, Tony— se quejó casi sin aliento, al notar que el castaño no le apartaba ni un segundo la mirada y lo miraba con lujuria y deseo.

—me encanta mirarte, deberías saberlo— respondió con la voz ronca, mientras repasaba el cuerpo del rubio con sus ojos y se lamía sensualmente los labios, enviando escalofríos a la columna del rubio.

—antes de que termines de avergonzarme ¿podemos trasladar este asunto a debajo de las sábanas?— preguntó el rubio interrogante, apartando la mirada del castaño, el cual sonrió con malicia.

—como quieras, cariño— respondió en el mismo tono, antes de posicionarse sobre la cama y acatar los deseos del rubio.

La noche sería larga y de lo que ocurriera en esa habitación solo serían testigos las paredes y la luna que iluminaba el cielo con su esplendor.

Fábula de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora