Un lugar donde podamos comenzar de nuevo

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—hemos ganado, pero lo hemos perdido a él— señaló Peter Parker con tristeza y dolor, mientras sostenía el cuerpo de su fallecido mentor.

—hay algo que aún podemos hacer por él, por ellos, mejor dicho, pero podría afectar por completo el curso de las cosas— avisó Strange con seriedad, mirando todo el caos a su alrededor —sin embargo, creo que si hago algunas modificaciones, podría reducir los daños al mínimo, y quien sabe, podría ser lo mejor para el futuro del universo. Después de todo, se lo debemos a ellos— agregó con el mismo tono, fijando su mirada en el cuerpo sin vida de Tony.

—entonces hazlo, ellos merecen su oportunidad— agregó Natasha, que aún permanecía consciente a pesar de sus heridas.

—concuerdo con ella— dijo Bucky, posando una mano en uno de los hombros de la pelirroja y apretándolo, en señal de apoyo.

—¿Están todos de acuerdo en que haga lo que tenga que hacer para darle una oportunidad a estos dos, sin importar las afectaciones que pueda traer para el futuro?— preguntó en voz alta el doctor, recibiendo exclamaciones y murmullos afirmativos.

—bueno. Es hora de hacerlo. Solo espero que hagan las cosas mejor y que sean felices— dijo el hombre con seriedad, trayendo el guantelete de Thanos y sacando las gemas del alma, del tiempo y del espacio para realizar el conjuro, antes de que todo el espacio se iluminará de blanco.

*******

Tony se encontraba vestido de traje y corbata, caminando hacia la figura alta y robusta que se veía al final del camino, parado frente al altar de la iglesia.

A medida que se acercaba, los rasgos se hacían más claros para él; el cabello rubio, el porte militar, la espalda, el trasero, las largas y generosas piernas, todo.

Con el corazón acelerado, corrió hacia la persona, hasta pararse frente a él, descubriendo con alegría que se trataba de Steve, su Steve.

—¡Steve, cariño¡ te extrañé, amor— exclamó lo primero, ganando la atención del rubio y murmuró lo último, una vez que los ojos azules estuvieron fijos en su persona.

—yo también, Tony. Aunque me molesta que hayas faltado a la promesa que me hiciste. Pero eso no importa, la vida nos ha dado una nueva oportunidad. Si quieres encontrarme, tienes que despertar— pidió el rubio con una sonrisa enorme, esa sonrisa que tanto le encantaba a Tony.

—¡No quiero¡ Si despierto o lo que sea, estoy seguro de que te perderé para siempre y no quiero que te vayas de nuevo— exclamó con dolor, negando con la cabeza y tomando las manos del rubio entre las suyas,disfrutando de la sensación de su toque y su calor.

—no lo haré, te lo juro. Si despiertas, te llevarás una gran sorpresa. Una vez que despiertes, búscame. Aunque no importa, de una u otra forma llegaré a tí— aseguró con seriedad y firmeza, dandole una apretón a las manos del castaño —ahora despierta. Es hora de levantarse— murmuró con cariño, desapareciendo, a pesar de los desesperados intentos del castaño por mantenerlo a su lado.

*****

Abrió los ojos. Y tuvo que parpadear varias veces para acostumbrarse a la luz que entraba por su ventana.

A medida que era más consciente de su entorno, notaba cosas que definitivamente no encajaban, como por el ejemplo el hecho de estar vivo o el lugar en el que se encontraba, que resultaba ser su torre en Nueva York, la cual se parecía mucho en su decoración a la que tenía cuándo recién se unía a los vengadores...

Espera...

—¿Jarvis?— preguntó al aire.

—¿Señor?— respondió la inteligencia artificial con su acento británico.

Fábula de amorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora