capítulo 7: El Demonio del hielo

3 1 0
                                    

Intentó con todas sus fuerzas de despertar a Keylan y a Jana, pero por alguna razón continuaban dormidas. Aneberlee estaba desconcertaba: "¿qué les sucedía?",¿"Por qué no despertaban"?, eso era lo único que podía pensar, parecían estar en un trance, hasta que muy decidida, sin poder hacer nada por ellas, se vistió con un pantalón negro y una bufanda para protegerse del frío que estaba haciendo, cogió su arco y flechas, y salió a buscar ayuda. Mientras corría por la aldea, vio que no había absolutamente nadie en las calles:

_Bueno, es de esperarse con esta nevada que todo el mundo esté escondido, pero ¿Acaso todos están bajo el mismo trance? _ se preguntó Aneberlee en voz alta.

_"En él cual deberías estar tú también"

Aneberlee nisiquiera tuvo tiempo de sacar una flecha, porque a su espalda estaba una mujer joven, mayor que ella y más alta, vestida con un vestido blanco y que llegaba hasta el suelo y sus cabellos blancos como la misma nieve y largos, que ondeaban con el viento, y sus ojos plateados e inexpresivios, la miraban fijamente:

_ ¿Quién eres? o mejor ¿qué eres?

La mujer de blanco la observó de cerca y cerrando los ojos un segundo le respondió:

_ "Yo no tengo nombre, y en cuanto a ti...", FUERA DE MI CAMINO!, o si no morirás_ y al decir esto abalanzó contra Aneberlee una ventisca que congelaba el alma, esta intentando cubrirse y soportando un frío inmenzo, cogió su arco y una flecha y apuntando al cielo disparó.

_"¿Qué fue eso?, un intento suicida"_ le dijo la mujer de blanco.

_ No, fue para despertar a todos, IDIOTA.

Y justo como había dicho Aneberlee, la flecha brillaba con su color característico de cuando ella la lanzaba, y fue elevándose en el cielo hasta llegar a un punto en el que se destruyó, y una lluvia de chispas de colores salieron de ella, estas fueron descendiendo y  llenaron la aldea de luz. Entre tanto la mujer de blanco, puso una expresión de decepción y dijo:

_ Ya nos veremos de nuevo"maldecida" _ y se desvaneció en el aire.

Mientras tanto las casas de la aldea comenzaron a iluminarse, y las personas comenzaron a salir desconsertadas hasta hacer un círculo alrededor de Aneberlee, quien no les prestó la menor atención.

Entre la multitud se oyeron voces familiares, eran Keylan y Janah, que venían acompañadas de Barnaban Colin y su hija Malón:

_ Aneberlee ¿se puede saber qué sucedió?, ¿qué rayos? estás cubierta de nieve!!!!!!!!!!##!!!_ le preguntó Keylan muy asustada.

_Qué te pasó por encima ¿una nevada?_  le decía Janah con tono de extrañado.

Pero la joven no respondía a nada, solo se quedó mirando directamente a Malón, que tenía los ojos más atemorizados que había visto en su vida.

_ Ya es hora de que nos diga la verdad, ¿Qué rayos pasa en Nereus?....._ dijo Aneberlee de la forma más seria que podía hablar_  hace solo unos minutos toda esta aldea, incluyendo a Jana y Keylan estaba en un trance, ¡no despertaban!.

_ ¡Basta niña! _ la interrumpió Barnaban_ se adónde quieres llegar pero será mejor entrar para hablar.
Luego de calmar a la multitud se dispusieron a entrar en la casa de Barnaban. La casa era muy grande y espaciosa, tenía alfombras y adornos por todas partes, se sentaron alrededor de una de las mesas del centro, de inmediato Barnaban mandó a que uno de sus sirvientes les trajera té, bien caliente, una vez servido se dirigió a ellas:

_Bueno en vista de los acontecimientos, no me queda más opción que contarles la verdad_ dio un suspiro y continuó_  hace doce años, durante la guerra contra los demonios, esta isla no era fría como ustedes la ven ahora, sino que floresían los campos y la tierra era de color verde y fértil. Convivía en armonía como parte de Elenthor, pero un día hubo un combate en tierra firme, (eran muy comunes en esa época) un demonio se escapó y llegó a la costa de Nereus, en aquel lugar habían 4 aldeanos, un hombre, una mujer y dos niños, el demonio no tuvo piedad con ellos y los asesinó a sangre fría, y se dirigió hacia el pueblo, el pánico arrazaba por todas partes y justo cuando pensábamos que nos mataría a todos, apareció el hechicero de la isla, Magnus y haciendo uso de sus poderes encerró al demonio en una cueva en lo profundo del mar, por el momento estábamos a salvo y luego corrió la noticia de que a pesar de haber derrotado a la Reina Demonio, esta había lanzado "las cinco maldiciones" a nuestro mundo....Y esa misma noche nevó por primera vez en este lugar, pero no era nieve blanca sino oscura como la noche y en medio de la neblina apareció un ser extraño, parecía humano pero no lo era, tenía el cabello blanco_ de pronto Aneberlee recordó a la mujer con la que había peleado_ este ser atacó con una ventisca y congeló toda la aldea, además muchos aldeanos cayeron en un trance del que no despertaron nunca.

_¡Alto ahí! _ lo interrumpió Keylan_  está diciendo que aquel ser era es aún.

_UN DEMONIO SIN DUDA,!!!! el mismo que nos atacó hace doce años, el mismo que asesinó a esos aldeanos a sangre fría...!!!!!!!. Aquel demonio extraño solo repetía una y otra vez: "_Scarlet....Scarlet....Scarlet....." _ Barnaban estaba alterado no conseguía ocultar su miedo.

_ ¿Tiene alguna idea de lo que significa "Scarlet"?_ le preguntó Janah.

_ No, la verdad es que eso me parecía irrelevante.

_ Entonces todos estos años, ¿han vivido con temor a ese demonio?_ le preguntó Jana_ ¿por qué no dijeron nada de esto a La Orden de los Guardianes?,...podrían haber solucionado esto.

_¿Acaso crees que no lo intenté?, los guardianes en aquella época no encontraron rastros de ningún demonio _ continuó Barnaban.

Mientras todos decidían que hacer, Aneberlee que había estado callada todo el tiempo, se levantó y se dirigió a la puerta:

_¿Adónde vaz Aneberlee?_  le preguntó Keylan_ no es seguro allá afuera.

_ Sí, ella tiene razón _ le confirmó Barnaban _el demonio ha cubierto la aldea de nieve oscura, no podemos salir.

_Allá afuera no hay ningún demonio _ respondió Aneberlee con la cabeza baja_ el único ser que vi fue un humano de carne y hueso,por esa razón creo que Los Guardianes de Arcadia no se equivocaron, en cambio ustedes sí _ y diciendo esto salió en busca de la mujer de cabelllos blancos, que había visto que para ella no era un "demonio".

Una vez afuera corrió por toda la helada aldea siguendo el extraño vapor oscuro que arrazaba por todas partes, hasta llegar a una montaña, que era muy alta pero ella no tenía miedo por lo que comenzó a escalar, era bastante difícil, pues la nieve era muy resvaladiza. A duras penas logró llegar a la cima, estaba agotada, mientras se recuperaba vio en la cima de la montaña una cueva de donde provenía el vapor oscuro, y sin pensarlo dos veces entró en ella.

Arkana: La Leyenda de los GuardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora