Capítulo 19: El Trueno y el Laberinto

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Y así después de una rara mañana, Aneberlee se pasó todo el día leyendo la historia de los alquimistas y el Reino de las Nubes.

Hasta que llegó el día de la famosa "audiencia", como era de esperarse Aneberlee tuvo que ir a despertar a Keylan temprano para ir a la estación, pero esta no era una estación de trenes como deben haber pensado, sino de Globos Aerostáticos:

_ ¿Qué?,¿globos aerostáticos?¿Es en serio? _ decía Aneberlee sorprendida mirando los enormes globos que se alzaban ante ella.

_ ¿Y dónde creías que estaba el "Reino de las Nubes"?_ le preguntó Keylan.

_ Pues en la tierra, como los demás "reinos normales".

_ Entonces se llamaría el "Reino de la Tierra"_ le respondió Keylan molesta ante la estupidez de Aneberlee_ además vivimos en un mundo mágico a lo que llamas "reino normal" no existe.

Aneberlee se sorprendió mucho ante esa respuesta, era obvio que Keylan estaba mucho más informada que ella. Mientras Keylan compró sus pasajes, se dirigieron al globo seguidos de un grupo de personas, que al parecer también se dirigían al reino. Luego de abordar se vieron elevándose a una gran altura sobre las nubes, a Aneberlee le encantaba la vista, además era la primera vez que volaba:

_ Se puede ver toda la Capital desde aquí.¡¡¡Esta es la vista más increíble que hay en el mundo!!! ¿No crees Keylan?...¿Eh, Keylan?...._ Aneberlee se detuvo en seco, pues mientras ella se divertía a Keylan le había dado mareo la altura y estaba encogida con ganas de vomitar, y su rostro estaba verde....¡PUAJ!

Por suerte para todos los presentes en el globo llegaron a la siguiente estación en ese momento. Aneberlee hacía todo lo posible porque Keylan no le vomitara encima, mientras el hombre que iba dirigiendo el globo se dirigió a todos:

_ ¡Agárrense fuerte!, aterrizaremos en unos minutos _ y diciendo esto el globo comenzó a descender lentamente.

En lo que todos los pasajeros se agarraban un viento muy fuerte hizo que el globo perdiera el equilibrio y se moviera de forma muy peligrosa, parecía que habían caído en una tormenta. De inmediato Keylan al ser de baja estatura se aferró al cuerpo de Aneberlee, esta última solo pudo hacer lo mismo aguantándose con una mano del fondo del globo. Todos los demás gritaban y se aguantaban de lo que podían, Aneberlee no tuvo más remedio que intentar levantarse aún aguantando a Keylan y cuando logró pararse y mirar fuera del inestable globo; sus ojos brillaron y se tornaron de un color azul; el tiempo fue cada vez más lento pero parecía que solo Aneberlee se daba cuenta de esto y ahí fue cuando lo vio, muy cerca de donde volaba el globo: "Un laberinto", un enorme laberinto, desde lo alto era una construcción magnífica, pero había algo fuera de lo normal de este salía un aura de color negro.

De un momento a otro el tiempo volvió a correr de nuevo, y el globo finalmente cayó de lo alto estrellándose contra el suelo:

_ ¡Aneberlee!, ¿estás bien?
_ Sí,...eso creo me duele la cabeza _ respondió Aneberlee acomodándose.
Cuando miraron alrededor vieron el globo hecho pedazos, todos los pasajeros se estaban recuperando del golpe. De un momento a otro aparecieron dos hombres y una mujer vestidos con un uniforme azul y blanco, con un estandarte plateado en forma de rayo.
La mujer de uniforme se dirigió a todos:

_ No deben preocuparse el equipo médico ya viene en camino; entre tanto les ayudaremos en lo que sea necesario.

A pesar de que a los presentes les alivió saber esto a Aneberlee no le gustó para nada aquella mujer, de hecho su cara le pareció familiar.
Como unos minutos después llegó el equipo médico, del cual Aneberlee no se dejó tocar pues tenía miedo que vieran su marca de maldición. Luego de ser revisados, todos los pasajeros del globo pudieron retirarse incluidas Aneberlee y Keylan, quienes de inmediato se dirigieron al lugar de la audiencia.

Al llegar, este lugar era todo lo opuesto a lo que habían imaginado, pues se trataba de un gran edificio de paredes de mármol antiguas, unas banderas ondeando con el mismo símbolo del rayo que traían los dos hombres y la mujer que aparecieron después del accidente.

En la parte de afuera había una tarja como unas letras grabadas:

"CUARTEL GENERAL"
PROHIBIDA LA ENTRADA DE CIVILES
SOLO PERSONAL AUTORIZADO

Aneberlee casi vomita con lo repulsivo que le pareció ese mensaje y Keylan, bueno, no ocultó que odió cada letra.

Aunque no lo sabían en ese momento les esperaba un gran problema en el interior del edificio.

Aneberlee y Keylan pasaron la puerta principal del edificio para encontrarse con dos guardias uniformados en la puerta:

_ ¡Alto ahí!, ¡Identifíquense!_ les dijo uno de los guardias.

_ Identi....¿qué?..._ preguntó Aneberlee confusa.

_ "Identifíquese" Aneberlee, por si no lo sabes es una palabra del diccionario_ respondió Keylan molesta por la perdedera de su amiga_ bueno no importa vinimos porque nos citaron a una audiencia.

_ ¿Puedes probar lo que dices?_ volvió a hablar el guardia.

_ Sí, recibimos estas cartas ayer _ Keylan estiró la mano y enseñó la carta que había recibido.

_ Mmm, tiene el sello real, entendido pueden pasar, yo las acompañaré, síganme y no se separen.

Y así Keylan seguida de Aneberlee entraron en el Cuartel General guiadas por el guardia, lo cual a Aneberlee no le hizo gracia, de hecho pensaba en lo absurdo que le parecía la forma de ser de todos esos uniformados que había conocido hasta ahora.

Aquel edificio era enorme, se podía ver claramente que era antiguo hecho de paredes de piedra, con cuadros colgando de los pasillos y banderas azules con el símbolo del rayo pintado de plata. También habían colgados candelabros tanto en las paredes como a los lados del pasillo.

Aquel camino parecía interminable hasta que finalmente se detuvieron en una puerta muy ancha:

_ Ya hemos llegado, detrás de esta puerta se está realizando la audiencia, les informaré que han llegado, esperen aquí y bajo ningún concepto TOQUEN NADA.

Y así el guardia entró en la habitación dejando afuera a Aneberlee y Keylan.

Arkana: La Leyenda de los GuardianesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora