Capítulo Seis

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Desperté en la mañana con el desagradable sonido del timbre que llegaba desde la planta baja.

Me levanté de mal humor, me dirigí rápidamente a la planta baja, en la sala principal me encontré con Kino, le deseé los buenos días, e inmediatamente fui a abrir la puerta.

Asomé mi rostro a través de la puerta, así fue como pude observar a Yeo One parado en la entrada de mi casa.

- Hola - Exclamé algo molesto por haberme despertado.
- HongSeok, al fin apareciste, yo ya me iba a ir, creí que no saldrías - Dijo Yeo One.
- Ya estoy aquí, así que dime, ¿Qué necesitas? - Pregunté.
- Quiero que me ayudes con una nueva canción que estoy componiendo... Es muy importante para mí - Agregó él.
- Está muy linda - Opiné luego de leer la letra.
- HongSeok... Sólo quiero que sepas que... Esta ha sido la canción más importante que he compuesto en mi carrera musical... Porque... Todos esos versos... Son para ti HongSeok - Agregó tímidamente.
- ¿Qué? - Pregunté confundido.
- Te amo, HongSeok, hace muchísimo tiempo que vengo ocultando este sentimiento, me gustas mucho, y creo que ya es hora de que te confiese lo que realmente siento por ti - Añadió Yeo One.

Me quedé sorprendido, necesitaba pensar todo con más calma, pero aquellos pensamientos fueron intervenidos por Kino.

- ¿Qué pasa aquí? - Exclamó Kino.
- ¿Kino? - Preguntó sorprendido Yeo One.
- ¿Qué quieres Yeo One? ¿Qué haces en la casa de MI novio a esta hora? ¿Qué quieres conseguir con todo lo que le dijiste? ¿Qué intenciones tienes con él? ¡RESPÓNDEME! - Añadió Kino de forma insistente.
- Perdón, no sabía que eran novios - Dijo Yeo One arrepentido.
- ¡VETE! - Gritó Kino, para luego entrar a la casa y subir rápidamente las escaleras.
- Mil disculpas, Yeo One, pero creo que es mejor que te vayas - Propuse.
- Opino lo mismo... Bueno, adiós, perdón por provocar este problema, no fue mi intención, te juro que no - Agregó arrepentido.
- Tranquilo, no es tu culpa - Aseguré.

Luego de que Yeo One se fuera, subí las escaleras lo más rápido que pude.
Una vez arriba, entré a mi habitación, allí encontré a Kino, estaba tendido en la cama, llorando desconsoladamente.

- ¡Kino! - Exclamé molesto.
- ¡¿Qué quieres?! - Respondió enfadado.
- ¡Controla tus celos, idiota, tú tienes claro que eres la única persona a la que realmente amo! - Añadí.
- ¡¿Y POR QUÉ DEBERÍA CREERTE HONGSEOK?! ¡SI TÚ NUNCA HAS HECHO NADA POR MÍ! ¡NI SIQUIERA TE PREOCUPAS CUANDO ESTOY TRISTE! ¡AL PARECER NO TE IMPORTA NADA MÁS QUE NO SEA TU PROPIA FELICIDAD! - Gritó Kino totalmente enfadado.
- ¡Si no me preocupo es porque nunca me has importado! ¡La única razón por la que me acerqué a ti fue por lástima, porque nadie te quería! - Grité.

Cada rincón de la habitación se cubrió de un incómodo silencio, estaba completamente arrepentido de todo lo que le había dicho. Miré sus ojos, los cuales estaban inundados en lágrimas.

- Kino... -
- No me hables -

Salió de la habitación, bajó las escaleras de forma rápida, se dirigió a la puerta de la sala principal. Logré alcanzarlo antes de que se fuera, apreté con fuerza su brazo para evitar su partida de mi casa.

- Suéltame HongSeok... ¿Sabes? Nunca debí enamorarme de ti - Agregó en tono bajito, mis fuerzas se hicieron considerablemente débiles con sus palabras, provocando que él pudiese liberarse fácilmente de mis brazos, para luego salir lentamente de mi casa, con un río de lágrimas cayendo sobre sus mejillas.

Lo observé mientras se alejaba cada vez más, hasta que finalmente desapareció entre la multitud de gente.

Me dirigí a mi habitación, una vez allí, no podía quitarme de la cabeza la carita de Kino al escucharme decir esas malditas palabras, soy un completo idiota, es imposible que a esta edad aún no pueda medir la intensidad de mis palabras, teniendo en cuenta todos los destrozos internos que pueden provocar. Me sentía tan mal, le había roto el corazón a la única persona que amo en este mundo, había decepcionado al único chico que se preocupaba por mí, no entiendo cómo pude ser tan egoísta, después de todo lo bueno que Kino que ha hecho por mí, y si él me celaba de esa manera, era porque realmente me amaba, y porque tenía miedo de perderme.

Podía sentir mis lágrimas deslizarse lentamente por mis mejillas, tenía la cara ardiente y la cabeza me dolía demasiado.

Me dirigí rápidamente a casa de Kino, aunque él no quisiera verme, yo había sido el que generó todo este problema, y yo mismo debía ser el que lo solucione.

Mi Único Destino Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora