Capítulo Ocho

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No teníamos intenciones de separarnos en medio de tan cálido y sincero abrazo, pero finalmente tuvimos que hacerlo de igual forma a causa de algún tipo de instinto involuntario.

- ¿Quieres pasar a mi casa? - Propuso Kino con aquella dulce sonrisa que llenaba mi corazón de nuevas esperanzas para continuar con vida.
- Claro que sí - Respondí amablemente.

Entramos en su casa, estaba un poco desordenada, pero aquello era lo que menos importaba en esos momentos. Claramente, ya conocía la casa de Kino, pero siempre era un verdadero agrado ser recibido en ese lugar tan especial para mí.

- Amor - Añadió Kino.
- ¿Qué pasa bebé? - Pregunté.
- ¿Me ayudarías a terminar mi próxima coreografía? - Solicitó.
- Claro que sí bebé - Afirmé.
- Muchas gracias amor, me faltan aproximadamente veinte segundos de coreografía y finalizo, pero no se me ocurre nada más, ¿Tienes alguna idea? - Exclamó.
- Está bien, pero, ¿Podrías poner la canción? Necesito escucharla primero para poder analizar correctamente e inventar pasos que vayan acorde a la música - Respondí.
- Sí amor - Agregó.

Escuché atentamente cada melodía de la canción, comencé a inventar pasos y a seleccionar los que mejor se asociaban al ritmo de esta.

Le enseñé absolutamente todos los pasos a Kino, me preocupé de que cada movimiento que realizaba fuese el correcto.

- Bueno bebé, eso es todo, lo hiciste muy bien - Afirmé.
- Muchas gracias por ayudarme mi amor - Respondió.

Tomé su mejilla, me acerqué, y nuevamente plasmé un dulce beso en sus labios. Al momento de separarnos, sólo quise demostrar mi felicidad a través de una sonrisa.

- HongSeok... -
- ¿Qué pasa Kino? -
- Quiero hacerte una pregunta... -
- Está bien, puedes preguntarme lo que quieras -
- ¿Quieres ser mi novio?... No tengo alguna cena preparada, ni alguna reserva en tu restaurant favorito para celebrar la ocasión, porque nada de esto estaba planeado, es algo que surgió en este instante, pero... Quiero pasar el resto de mi vida contigo, quiero que el mundo entero se de cuenta de que estoy enamorado... Enamorado de Yang HongSeok... -

Me quedé completamente paralizado, no sabía cómo reaccionar, era la primera vez que me encontraba en aquella situación. Levanté mi mirada, al instante logré encontrarme con la de Kino, quien permanecía quieto a la espera de alguna respuesta.

- No es necesario que tengas preparada alguna invitación para esta propuesta, ya que lo único que debería importar en una ocasión como esta, son los sentimientos, ¿De qué sirve preparar algo si finalmente no hay amor dentro de la relación? -
- Tienes mucha razón amor, concuerdo totalmente contigo, pero... No me has respondido la pregunta -
- ¿Y tú qué crees que voy a responder? ¡Por supuesto que quiero ser tu novio! Tú fuiste el que me enseñó el verdadero significado del amor... -

Sin pensarlo dos veces, Kino interrumpió mi respuesta con un tierno y sorpresivo beso.

- Te amo... - Añadió Kino al momento de separarnos.
- Yo también te amo mi bebé... - Respondí.

Nos sentamos en el sofá más próximo que había, Kino apoyó su cabeza en mi hombro, y me abrazó, para luego quedarnos profundamente dormidos.

Desperté un poco desorientado, estaba en una habitación que claramente no era la mía, sus paredes eran de color blanco, y en el techo habían diversas luces de colores que iluminaban levemente la habitación. Abrí un poco más los ojos y recuperé la consciencia, enseguida logré recordar que aquella habitación era la de Kino. No entendía cómo había llegado hasta allí, pero no le di demasiada importancia, lo que más me preocupó, fue la ausencia de Kino. Me levanté instantáneamente de la cama, abrí la puerta y caminé por el enorme pasillo hasta llegar a la sala principal, desde allí, pude observar a Kino dentro de la cocina, seguro estaba preparando alguna de sus deliciosas recetas.

- Hasta que despiertas - Exclamó desde la cocina.
- ¿Cómo llegué hasta tu habitación? - Pregunté confundido.
- Cuando desperté, me levanté del sofá y noté que estabas un poco incómodo, así que te cargué hasta mi habitación, hacía frío, así que te cubrí con una manta y te dejé descansar, para luego venir a cocinar la cena - Afirmó. Me parecía tan tierno de su parte preocuparse tanto por mí, ni siquiera mis padres me trataban de esa forma.

Comencé a poner los cubiertos sobre la mesa para luego disfrutar de la cena. Miré a Kino una vez más, él me respondió con una linda sonrisa, no necesitaba nada más, estar con el amor de mi vida era lo único que deseaba. Estaba feliz, y a su lado jamás dejaría de estarlo.

Mi Único Destino Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora