Capítulo Nueve

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Cuando terminamos de cenar, ya era bastante tarde, el cielo había oscurecido por completo, y apenas se escuchaba el ruido de algunos escasos coches que aún transitaban por la avenida principal.

- Amor, supongo que te quedarás aquí por esta noche, ¿No es así? Ya es muy tarde y no quiero que nada malo te pase - Añadió Kino.
- Sí bebé, me encantaría quedarme aquí, ¿No es mucha molestia para ti? - Pregunté.
- ¿Qué? Claro que no amor, no sé cómo puedes pensar que aquello podría ser una molestia para mí, al contrario, es un completo agrado, nada que venga de ti será molestia para mí amor - Respondió.
- Te amo... - Agregué sonriente.

Quisiera que todo el mundo se entere de lo feliz que soy, que sepan lo enamorado que estoy de Kang Hyung Gu, mi único objetivo en esta vida es ser feliz junto a él...

Subí a la habitación de Kino. Ya tenía claras todas las indicaciones que me había dado para encontrar un pijama adecuado para dormir aquella noche. El aire estaba frío.
Llegué a la habitación de Kino. Abrí el armario donde se encontraba el pijama según todas las instrucciones que me había dado mi novio, hasta que por fin lo encontré. Era un pijama muy bonito, tenía rayas azules y blancas, junto con un cuello triangular que rodeaba la parte superior del conjunto, noté inmediatamente que era una prenda hecha a mano, me llamó bastante la atención ese detalle, pero no quise preguntar nada de aquello momentáneamente. Me puse la vestimenta con bastante delicadeza, no quería hacerle daño a tan lindo atuendo.

Luego de varios minutos, Kino subió hasta la habitación
Rápidamente, sin saber la razón exacta, decidí preguntarle acerca del vestuario que me había prestado.

- Hey, bebé, ¿Quién te ha obsequiado este lindo pijama? - Pregunté feliz. Enseguida logré percibir un drástico cambio de expresión en el rostro de Kino.

- Bebé... Perdóname... - Añadí arrepentido.
- No te preocupes amor - Respondió, sin quitar aquella triste expresión de su hermoso rostro.
- Claro que me preocupo, no me gusta verte triste, siento que soy un completo idiota cada vez que arruino algún momento de felicidad, porque no hay nada más lindo en este mundo que verte sonreir - Exclamé. Kino sonrió levemente.
- Bien. Te diré lo que ocurre, porque no quiero secretos entre nosotros... Este pijama me lo ha hecho mi madre cuando era un poco más pequeño, aún recuerdo aquel caluroso atardecer en el que me lo entregó, me dijo que este sería un elemento representativo de nuestra relación de madre e hijo... Jamás pensé que sucedería lo que ocurrido, pero pienso que ella ahora está mejor... - Agregó Kino a la vez que una solitaria lágrima se deslizaba suavemente por su mejilla derecha.
La madre de Kino había muerto hace ya casi dos años atrás, a pesar de que él ya había asumido y aceptado de la mejor forma aquella dura pérdida, aún así le seguía afectando cada momento en que los recuerdos se apoderaban de su mente.
Lo abracé. Nunca quise lastimar a mi novio con un tema tan delicado como aquel.

- Un par de días antes de su muerte, ella me llamó diciéndome que algún día este atuendo ya no me quedaría, y que en ese entonces, debía conservarlo hasta el día en que un persona verdaderamente especial llegara a mi vida... Y estoy seguro que tú eres la única persona indicada para utilizar esta importante vestimenta - Afirmó Kino.

Me sentía completamente afortunado al escuchar tan lindas palabras. Kino siempre había tenido una muy linda relación con su madre, a diferencia mía, que nunca tuve una buena conexión con alguno de mis padres, en especial por el hecho de ser gay. Jamás lo aceptaron.

- Gracias por estar para mí siempre que lo necesito, HongSeok... Pensándolo bien, tienes un comportamiento bastante parecido al de mi madre... No sabes cuánto la extraño... Estoy seguro de que ella estaría orgullosa de nuestra relación -

Sus palabras fueron interrumpidas por una misteriosa llamada de Shinwon hacia mi móvil, me parecía extraño que me llamase a esa hora, pero aún así decidí contestar.

- ¿Shinwon? -
- ¡Hola HongSeok! Hey, ¿Te parece si salimos a tomar algo por allí? -
- Me encantaría amigo, pero ahora no puedo, estoy un tanto ocupado... -
- Ay HongSeok, que aburrido eres, es un ratito nada más -
- No Shinwon, perdóname, pero no puedo -

Sin esperar respuesta, colgué inmediatamente, sabía que con Shinwon no se podía discutir.

- ¿Qué pasa, HongSeok? -
- Nada, no te preocupes -

Kino asintió. Me abrazó fuertemente, y se mantuvo aferrado a mi cuerpo durante un lapso de quince minutos, para luego quedarnos profundamente dormidos.

Mi Único Destino Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora