Capítulo Trece

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Mi aburrido día comenzó con el pie izquierdo. Kino me escribió esta mañana informando que no podría venir a hacerme compañía a la hora de almuerzo, aclaró que hoy estaría muy ocupado, y por más que deseara venir a visitarme, sería sencillamente imposible. Lo entendí perfectamente, pero aún así, las inseguridades se adueñaban de mis pensamientos, pues, comenzaba a notarlo un poco más distante y despreocupado por mí.
En un principio, pensé que su nuevo comportamiento era debido a que estaba más enfocado en sus responsabilidades, así que debí respetarlo.

Salí de mi casa en busca de algunas verduras para preparar el almuerzo, había una tienda cercana a mi casa que vendía gran variedad de vegetales, alimento para animales, refrescos de todo tipo, etc. Así que decidí dirigirme hacia aquel lugar.
Una vez que llegué al almacén, logré identificar una mirada dentro de él. Sí. Era Kino. Con aquella sonrisa imposible de confundir.

- ¿Kino? - Pregunté sorprendido.
- ¿HongSeok? - Añadió nervioso.
- ¿Qué haces aquí? ¿No me dijiste que estarías muy ocupado, y que por eso no podrías ir a visitarme? - Manifesté sospechoso.
- Claro que estoy ocupado, amor, es sólo que vine a comprar alimento para nuestros animales, ya que a muchos de ellos se les terminó - Afirmó dulcemente. Hace mucho tiempo que Kino trabajaba en una tienda de mascotas, pero jamás había trabajado tanto, ahora lo hacía día y noche, todo era muy extraño, pero era preferible no preguntarle nada al respecto.
- Pasaste por mi casa para llegar aquí... Ni siquiera te diste un mínimo tiempo para pasar a verme, al menos para saber si estoy bien - Reclamé.
- Iba a pasar cuando fuese de vuelta a la tienda, amor... ¿Qué te pasa HongSeok? ¿Acaso no confías en mí? -
Expresó inseguro.
- Claro que confío en ti... Pero últimamente te has estado comportando de manera muy extraña... Si yo no te escribiera, jamás me enviarías mensajes... Tampoco atiendes mis llamadas... No te preocupas por mí... Ni siquiera vas a visitarme - Aseguré.
- Es porque de verdad he estado ocupado, HongSeok... No quiero discutir contigo, en serio que no... Por favor no sigamos con el tema, ¿Está bien? - Propuso.
- Okay - Obedecí.

Compré los vegetales, para luego salir lo antes posible del lugar. Kino me estaba esperando en la salida del almacén. Nos dirigimos juntos hasta mi casa.

- Bueno, te dejo aquí amor... Que tengas un buen día - Agregó Kino apenas llegamos a mi casa.
- Te voy a extrañar mucho... - Manifesté angustiado.
- Yo también amor - Añadió Kino. Se acercó y besó tiernamente mis labios, para luego retirarse de allí rumbo a su trabajo.

Después de algunas horas, el almuerzo ya estaba listo. Me senté en mi mesa a disfrutar de aquella deliciosa ensalada... Pero me sentía solo, como en los viejos tiempos... Extrañaba muchísimo a Kino, quería estar a su lado... Pero entendía que él también necesitaba trabajar.
Mientras ingería cada alimento, mi móvil comenzó a sonar. Concluí que la llamada era de Kino. Atendí inmediatamente.

- ¿Hola? -
- ¡Hola amor! Hey, HongSeok, ¿Estás ocupado? -
- Estoy almorzando... Pero no te preocupes, dime, ¿Qué necesitas? -
- Nada HongSeok, sólo quería decirte que más tarde quizás pase a tu casa para que tengamos más tiempo para nosotros, ¿Te parece? -
- Sí Kino, me encanta la idea... Muchas gracias, te estaré esperando -
- Está bien HongSeok... Te amo -
- Te amo -

Corté la llamada. No sabía la razón exacta, pero percibía un tono de decepción en la voz de Kino, pero de seguro era porque estaba un poco cansado de tanto trabajar, claramente lo entendía.

Al terminar de almorzar, enseguida subí a la planta superior en dirección a mi habitación. Me encontraba exhausto, la noche anterior me quedé despierto hasta bastante tarde, y ahora debía afrontar las consecuencias.
Automáticamente caí encima de la cama, y sin siquiera darme cuenta, ya estaba sumergido en un profundo sueño.

Desperté. Estaba tapado y escuchaba algunos pasos en la planta baja. Me levanté apresuradamente y bajé lo más rápido que pude.
Cuando llegué a mi destino, encontré a mi novio dando vueltas por mi casa. Al verme, sonrió instantáneamente.

- Hasta que despiertas - Añadió sonriente.
- Pues sí, la fiesta de anoche me dejó bastante agotado - Afirmé.
- Lo sé... Bueno, venía porque quería hablar contigo - Agregó seriamente.
- Está bien - Respondí extrañado.
- Primero iré por un poco de comida, espérame aquí, enseguida vuelvo - Mencionó.

Estaba totalmente confundido, pero mi mente pensaba positivamente, creyendo que el tema del que quería hablar Kino, sería algo bueno, aunque aún así me provocaba una gran intriga.

Mi Único Destino Eres TúDonde viven las historias. Descúbrelo ahora