Superhéroe.

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Abrió los ojos, los talló tres veces seguidas de un lado a otro, se tocó la cabeza, vio el despertador aun desorientado 5:40, marcaba en números amarillos, tocó el botón azul marino que paraba el sonido irritante, se levantó columpiando su cuerpo hacia adelante y en cuanto las puntas de sus dedos tocaron el piso los encogió por el frío, buscó a tientas las pantuflas y se las puso; fue al baño bajó un poco su pantalón e hizo, levantó su pantalón, tomó su cepillo de dientes y los lavó, se echó agua en la cara, estaba helada, pero aun eso no lo despertó por completo, fue a su cuarto, se vistió, peinó y arregló su mochila. 

La rutina lo mataba, realmente JiMin empezaba a creer que no estaba hecho para vivir, bueno pensaba eso hasta que bailaba.

Estaba estudiando arquitectura porque su padre era arquitecto y nunca supo como decirle que en realidad no le interesaba eso y sí el baile de una forma profesional, además, si se lo decía probablemente empezaría a cuestionar (más) la sexualidad de JiMin, así que prefirió callarlo y no decírselo nunca.  

—Ya me voy mamá —dijo tomando una naranja del frutero. 

—Cuídate mucho Minnie —su mamá estaba maquillándose para ir a trabajar.  

Su padre estaba encendiendo el auto. 

—¿Todavía no te vas papá? Vas a llegar muy tarde al trabajo.  

—No te preocupes JiMin, ya solo debo verificar algo en la construcción... ¿Quieres que te lleve a la universidad hijo?  

—No te preocupes padre, siempre paso por Namjoon en el auto, no puedo quedarle mal.   

—Está bien... ah recuerda que hoy vamos a cenar con los Jeon. 

—¿Los músicos?  

—Sí, están intentando entrar en el negocio de la venta inmobiliaria, y me pidieron ayuda para saber más del negocio.  

—¿Por qué unos músicos estarían interesados en eso? Hasta donde sé ganan bien en la orquesta, después de todo viven en esta zona. 

—... Tal vez es por sus hijos... tal vez no les interesa la música y quieren dedicarse a la inmobiliaria. 

—Hm, que buenos padres... se me hace tarde, cuídate papá.  

—Hasta luego Minnie.   

JiMin subió al auto y se despidió una vez más de su padre por la ventana. Condujo hasta la casa de Namjoon y tocó el claxon cinco veces. Las dos primeras por más tiempo, Namjoon salió moviendo su cabello morado, y JiMin casi se pone a reír por la escena.  

—Apresúrate, no tenemos tiempo para tu cabello con fijador, es tarde y sabes que una sola falta con Kim me es igual a reprobado.  

—Ya sé, deja de estar tan estresado hermoso.  

—¡Rápido!  

Namjoon entró al auto, chocó los puños con JiMin y se puso el cinturón de seguridad.  

—Mi padre quería traerme hoy —dijo JiMin encendiendo el auto.  

—¿Por qué no fuiste con él? Siempre he pensado que tu estrés se quitaría si es que hablaras con tu padre.  

—Te debo llevar a la U has hecho tanto por mí, que es lo menos que puedo hacer.  

—JiMin... ayer no pasaste por mí y hace cinco minutos me avisaste que pasarías.  

—... Te lo dije antes de que mi padre apareciera. 

—De tu casa a la mía te haces diez minutos... 

La vida que es escrita | Kookmin | #Bantangwriter.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora