27 de marzo de 2016
Distinguir el ser y el parecer era fundamental en el mundo. Al menos en mi mundo. No era un lugar que hubiera elegido, sino más bien heredado. No me gustaba. Era desagradable tener que estar constantemente sabiendo leer a las personas; sus palabras y gestos. Determinar quién era realmente. Nunca dejando que la confianza formara parte del juego.
Me humedecí los labios mientras lo miraba de lejos. Estaba hablando con los socios de nuestros padres. Mostrando una sonrisa llamativa, siempre completamente deslumbrante. Parecía una persona eternamente feliz y amable. Cosa que me daba por los ovarios.
No me agradaba, para nada. Era la clase de personas que esquivaba. Su ser y parecer eran completamente diferentes. Tanto que abrumaba. Pero, después de todo, ¿no era yo también así? Fingía ser la adorable hija de mami y papi, educada hasta los huesos, sonriente y dulce.
Nuestros pareceres eran la pareja perfecta.
Dedicó una última sonrisa a las personas, antes de caminar en mi dirección. Sus ojos marrones se clavaron en mí con intensidad. No aparté la mirada, mostrando que no le tenía ni miedo ni respeto alguno. Lo odiaba, pero no podía dejar de admitir que era atractivo. Su cabello era rubio acastañado, medio ruloso. Su nariz era larga y fina. Sus labios eran delgados, y rosados. Estaba afeitado, seguramente para la reunión. Incluso de lejos podía notar su altura. Y el esmoquin, hecho a medida, solo lograba resaltar su físico cuidado y mantenido; musculoso/delgado.
Acortó la distancia entre nosotros, pasando una de sus manos por mi cintura, pegándome delicadamente contra su cuerpo. Sus labios se apoyaron suavemente sobre los míos, dejando un beso dulce a la vista del resto.
—¿Cómo está la novia más preciosa del mundo?
Su tono era suave. El último detalle para completar su perfecta apariencia.
—Más feliz que ayer.
Pude escuchar a las señoras chusmas soltar un suspiro. Pude ver como el orgullo se expandía en su mirada. No por mí, sino por el mismo. Había logrado lo que quería. Parecer un excelente novio a la vista del resto. Dejarnos parecer la pareja perfecta.
—¿Caminamos por el patio?
Quise rodar los ojos, pero no podía. Enarcó suavemente una de sus cejas, gesto que solo yo podía notar. Estaba esperando una respuesta, y su ser no era muy paciente.
—Por supuesto.
Le dediqué una sonrisa, falsa hasta Saturno ida y vuelta. Nuestros padres estaban afuera, por lo que él seguramente buscaba mostrarse frente a ellos. Normalmente querían ver nuestro acting personalmente al menos una vez por reunión. Era su manera de controlarnos.
Su mano continuó en mi cintura, mientras caminábamos abrazados hacia afuera. No hablamos, solo sonreíamos como estúpidos enamorados. Y si las cosas hubieran sido diferentes... Evité dejar que el escalofrió emocional, fuera también físico.
Cuando éramos peques habíamos sido amigos, de los buenos. Pero a medida que habíamos crecido, y nuestros padres nos habían amoldado a su parecer, ya todo sentimiento bueno de por medio desapareció. Éramos el recuerdo constante para el otro de lo que habíamos perdido; una vida normal. El odio, la falsedad y el desagrado se habían hecho la base de nuestra única relación.
—Empieza el show.
Su susurro había sido lo suficientemente alto como para que lo escuchara. Y eso era raro. Lo miré de costado, sin demostrar ni un solo sentimiento o reacción real. Tenía ojeras, y parecía más cansado de lo normal. Eso no era común, pero tampoco mi problema.
ESTÁS LEYENDO
Ser y Parecer
Cerita PendekDistinguir el ser y el parecer era fundamental en el mundo. Al menos en mi mundo. No era un lugar que hubiera elegido, sino más bien heredado. No me gustaba. Era desagradable tener que estar constantemente sabiendo leer a las personas; sus palabras...