Gift for you [Clarence x Belson]

Abusive

⊹ Partes: 1/1
⊹ Advertencia: Contenido no apto para personas sensibles.
⊹ Edad: (B): 17  (C): 18
⊹ Pareja secundaria: No.
⊹ Alternative universe: Abusive boyfriend.

—Di que me amas. Di que me necesitas –su respiración entrecortada era éxtasis a sus oídos.

—Te amo, te necesito... –El sudor era otro elemento más de su euforia.

—Nunca vas a dejarme, nunca... –Corría los cabellos rubios dorados de su novio y atacaba sus labios besando con intensidad hasta el punto de dejarlos hinchados.

Descendía con desesperación hasta su cuello y dejaba marcas rojizas, también lo hacía en las clavículas, la parte del cuerpo de su novio que más le encantaba. Arañaba su espalda para hacerle recordar siempre dónde tocaron sus manos.

—Ahh, Belson... –El recorrido de las uñas suyas causaron en la víctima un pobre gemido de dolor, a lo que el chico reaccionó dando un suave brinco y callando el dolor por placer.

—Shh... No puedes hablar si no te doy permiso...

...

—Y yo le dije "¡No puedes conmigo!". ¡Y, y su cara era de...! Hey, Clarence, amigo, ¿Me estás escuchando? –Sumo y Clarence decidieron ir a almorzar al patio mientras Jeff había quedado en clase para repasar unos apuntes. Se suponía que Sumo estaba contándole a Clarence su fin de semana, sin embargo el rubio parecía no estar sintonizando la misma señal.

Sumo, algo preocupado dio un golpecito a la espalda de su amigo, a lo que este reaccionó adolorido.

—¡Auch! ¡Sumo! No era necesario golpearme así...

—¿Qué? ¡Pero si apenas te toqué! –El muchacho se veía confundido, levantó las manos en señal de inocencia.

Clarence cayó en cuenta de qué lo hacía sentir así de adolorido.
Desvió su mirada, avergonzado por su reacción.
Al hacer esto, encontró lo ojos de Belson observándolo. Éste sonrió y le guiñó.
Clarence ahora estaba más avergonzado.

—Uhm, creo que necesito lavarme la cara, estoy algo adormilado...

Con esa excusa encima salió corriendo en dirección al baño.

Al asegurarse de que nadie lo veía, de que nadie estaba en el baño con él, se quitó la camiseta, dejando expuestos los moratones, arañazos y mordidas que tenía por todo el cuerpo, le dolían, eran frescas.

Oyó tras de sí la puerta, la cual se abrió de golpe, no le dio tiempo a ponerse nuevamente la camiseta.

—Ey, no es necesario que te la pongas, te la iba a quitar de todas formas.

Era Belson, quien ya le estaba poniendo el seguro a la puerta del baño...