Noonie

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— ¿Que ya uno no puede dormir en p... —El jóven líder habría terminando su bien justificada frase de reproche de no ser por la mano de cierto castaño cubriendo su boca.

— Shhh... —Su mayor observó con una ceja alzada al chico que agudizaba su oído cerca de la puerta en busca de señales de... Lo que sea de lo que estuviera huyendo. Seguro de la ausencia de monos en la costa, un suspiró de alivio abandonó sus labios y retiró la mano de los labios del peli-plata.— Lo lamento, Hyung. Tienen todo el día persiguiéndome.

— Adivino, ¿Sesiones de fotos? —El joven rapero responde afirmativamente con su cabeza.

— No me quejo, me gustan, pero no he podido siquiera sentarme a cerrar los ojos o mirar el techo hasta aburrirme... Ni siquiera para comer, dejé mi barrita de chocolate en el camerino de la última sesión.

— Hay una en el refrigerador. Cómela si quieres.

Esas palabras bastaron para que el menor corriera en busca de tan delicioso y pecador manjar en su vida laboral.

— ¡Mi precioso! Ven con Vernon pequeña, deliciosa, chocolatosa y oscurosamente dulce delicia prohibida del mundo de los mortales...

— ... A veces me asustas...

— Lo sé...

— Provecho.

— Grashiash.

Ya ahora sí, se vine lo bueno: Mientras el platinado volvía a tratar de dormir un rato y ese chico de facciones extranjeras engullía su deseada barra de chocolate, yo salía en silencio del baño y observaba con extrañeza a dicho chico, el cual parecía sostener una plática bastante coqueta con la dichosa barra.

Extraño... Me agrada.

— Pss...

— ¿Si?

— ¿Quieres un poco?

— ¿No te molesta? —El solo negó y yo... Por supuesto que no me negué.— Mmmm... Está deliciosa

— ¿Verdad que sí? —Dice en voz baja, tratando de no molestar al chico casi dormido sobre el sillón.— No recordaba la última vez que había probado algo así.

— ¿Lo dices en serio?

— No mentiría con algo así, el trabajo duro te hace olvidar los pequeños placeres de la vida, más si es un trabajo tan exigente como ser Idol.

— Vaya, pero lo obtienes todo con ese trabajo ¿No es así? —El solo observó a su compañero y negó con la cabeza.

— Solo mira a S.Coups, no ha terminado el día y ya gastó sus energías... ¡Oye eso rimó!

— Shhh... —Cubrí su boca al notar que el chico se había movido en cuanto se hizo evidente su emoción.

— Lo siento... —Esbozó una inusual sonrisa, bastante amplia y con su naricita arrugándose un poco.

Que tierno.

— El punto es que ser un chico ordinario con alma y corazón es muy difícil en estas circunstancias.

— No pareces un chico ordinario.

— Y tampoco lo soy. —Ríe en voz baja.— Disfruto esta vida, no lo dudo ni me arrepiento de ella, pero mostrar tu lado humano es más difícil... Ya sabes, debes mostrarte cómo la persona que todos esperan que seas.

— Y si no lo logras ¿Qué ocurre?... —Guardó silencio por un corto instante y desvió su mirada hacia el frente.

— ¿En serio quieres saberlo?

— Si.

— Te olvidan... Olvidan todo por lo que trabajaste, todo tú esfuerzo no llega a valer nada y para lo único que te recuerdan es para evidenciar que tiraste todo a la basura.

— La sociedad apesta, Vernon.

— Lo sé, pero no tengo otra salida. Si quiero seguir con esto, vivir acomplejado es mi única opción.

¿Hasta cuándo seguiremos creando este tipo de complejos?

No lo entiendo, no puedo decir que entiendo su mundo si jamás he formado parte de él, simplemente no puedo. No hay nada de malo en ser olvidado, ya lo he dicho, pero ser recordado por tus errores y pasen por alto tu esfuerzo es indignante. Tal vez en la vida diaria de una persona común y corriente, sin un rango social tan alto, sin un cargo relevante que emprender en el mundo del espectáculo, es más fácil de sobrellevar.

Pero no es está situación...

Siento como el americano apoya su cabeza sobre mi hombro, a lo que yo comienzo a acariciar sus rizos con mis dedos, solo para reconfortarlo un poco y dejar que la tensión fuera ahuyentada con el silencio.

— ¡Chicos!

Hablé muy pronto.

Seungcheol abrió sus ojos inmediatamente y observó al chico que acababa de azotar la puerta al abrirla. Tenía una expresión de preocupación impresa en el rostro.

— ¿DK?

— ¡DK, nada! ¡Es Seungkwan!

El par de chicos se miraron alarmados a la vez que se ponían de pié.

Esto es malo...

"The Door" (SEVENTEEN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora