"The Door" (SEVENTEEN)

Kwannie

Era extraño volver a aquel edificio, caminar nuevamente por ese peculiar pasillo. Solo habían pasado unas cuantas semanas desde mi última vez paseando por aquí, pero se sentía como si no hubiera venido en meses. Se veía tan vacío, tan distinto a como lo conocí, tan distinto al mundo detrás de cada una de las puertas.

Pero tan igual a una en específico en su estado más puro.

La Loop Room.

Como podrán imaginarlo, los colores se habían ido.

Solo quedaba un pasillo blanco en su totalidad, como si los colores nunca hubieran salpicado las paredes. Imposible, eso es imposible, hace solo dos semanas la vida y el movimiento estaba presente en cada rincón del pasillo, incluso los trabajadores habían desaparecido.

— ¡Oh! Hola, te estábamos esperando.

Me giré sobre mis talones para averiguar de donde provenía esa voz. Un chico de cabello rubio, mejillas rellenas y... Ohhhh...

— ¿Seungkwan?

Asintió sonriente. Un lindo brillo adornaba sus pequeños ojos y se veía muchísimo más enérgico.

Un verdadero alivio.

— Los chicos no están por aquí.

Sin siquiera darme tiempo de responder, tomo mi mano y tiró de ella, obligándome a seguir su paso.

— Espera ¿Qué?¿En donde están?

— En el estacionamiento.

Okey, eso es nuevo.

Por fin en el estacionamiento, mi sonrisa volvió a mis labios al verlos a todos juntos de nuevo. Los trabajadores también estaban ahí, pero curiosamente se encontraban más relajados, ya no corrían de un lugar a otro, incluso conversaban entre ellos o con alguno de los chicos, más alegres que nunca.

— Oh por Dios... ¿¡Jeonghan!?

Abrí mis ojos exageradamente al ver el nuevo color de cabello que este y varios de los otros chicos. El mencionado se giró a verme con una sonrisa y me saludó con la mano. Se veía orgullosos de su cabello, el cambio de rubio a castaño y de largo a corto, le sentaba muy bien, lo que me hizo sonreír y girar mi cabeza hacia Seungkwan.

— Te preguntarás ¿Qué es tan especial como para que todos estemos aquí? —Yo solo asentí caminando a la par suya, atento a sus palabras.— Todos hemos estado trabajando muy duro, pero gracias a ti, esto... —Señaló todo a su alrededor.— Ha valido la pena.

En cuanto observé nuevamente el lugar, noté como los trabajadores se despedían de los chicos y se alejaban de donde estos se encontraban.

— Yo... ¿Qué hacen? Seungkwan ¿Qué... —Mi pregunta quedó en el aire en cuanto aquel control remoto de la otra vez fue entregado en mis manos por su parte.

— Ya sabes que hacer.

Me obsequió una sonrisa antes de tomar la misma posición con los chicos. En mis manos tenía la llave que abriría mis puertas a las respuestas que buscaba, no podía desaprovechar esta oportunidad. Solo con el toque de aquel pequeño botón, todo tendría una explicación...

Lo presioné...

Al fondo, los aplausos de todos los trabajadores explotaron, silbidos, gritos y la emoción tan palpable en el aire. La letra de esa canción era preciosa, casi como si estuviera dirigida hacía... Mi...

Nunca creí que aprendería tanto en un día, no cosas que puedas aprender de un libro de ciencias o de una guía. Sino, cosas invisibles a los ojos, pero reales para el corazón.

Yo solo pude sonreír con las lágrimas amenazando por escapar de mis ojos. Los chicos al verme rieron con dulzura y se acercaron a abrazarme.

•~•~•~•~•

Esto se había convertido en una celebración increíble, ya no habían tensiones, ya no habían tristezas, ya no habían más preocupaciones para ninguno. Los chicos reían, sonreían, bailaban, bromeaban y jugaban como si fuesen unos niños, materializado la verdadera inocencia en tan solo trece personitas muy especiales.

Como si de alguna manera hubieran renacido.

Por eso todo era de color blanco. Los colores no habían desaparecido, ni se habían borrado. Solo se transformaron en luz, las temperaturas y degradados brillando en su ausencia para un nuevo comienzo. No me arrepiento de haber husmeado de puerta en puerta por simple y llana curiosidad, cada una era un mundo distinto, pintado de colores muy diferentes, variadas tonalidades pero con su encanto propio. Incluso si las paredes eran blancas, la esencia de cada uno envolvía la habitación por completo.