XII

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Fue fácil para Sousuke llevarse a la chica a su apartamento, sólo le preguntó si podían irse a un lugar en el que pudiesen estar solos y ella había aceptado. Sus ropas caían mientras se dirigían con apuro hasta la habitación. La mujer en un rápido movimiento quedó acostada sobre la cama debajo de su cuerpo. Rápidos besos llenos de pasión fueron repartidos por el cuello de la chica, "Emily" había dicho que se llamaba, aunque eso poco le importaba. A pesar del calor del momento no podía quitarse aún la imagen de Haruka yéndose con el rubio y le carcomía las entrañas que Haruka pudiese estar justo ahora compartiendo las sábanas con otro hombre; con otro que no fuese él. Su ira fue volcada en la chica que tenia bajo su cuerpo, aunque ella no notase mas que placer en su cuerpo al ser tomada de esa manera tan brusca y solo se deshizo en gemidos, disfrutando del contacto con el cuerpo de Sousuke.

...

Hace rato que Emily se había ido del apartamento y como ya se había vuelto una costumbre cuando estaba ansioso, estaba en el balcón fumándose un cigarrillo mientras posaba sus ojos en la iluminada vista que le ofrecían  las calles y los demás edificios, casas y locales que lo rodeaban. La ciudad aún no dormía y él tampoco podía hacerlo. 

Emily le había dado su número de teléfono pero no planeaba llamarla, sólo había sido algo de una sola noche y el único interés que  tenía en ella, era lo que ya había pasado entre ambos.

Sin poder evitarlo su pensamiento se dirigió hacia Haruka, en él definitivamente que no había perdido el interés como siempre pasaba con sus conquistas; es más, hacía que su corazón se acelerara con sólo verlo o tenerlo cerca y abrió un hueco en su pecho con la indiferencia que le había mostrado, pensó que algo de sexo podría llenar ese vacío pero sólo lo hizo por un momento, ahora se volvía a sentir igual de abatido. 

Sousuke suspiró y exhaló el humo del cigarro ya acabado y deshizo la colilla  en la baranda del balcón. Entró nuevamente al apartamento cerrando la puerta corrediza y se dirigió a su cuarto.  Con un poco de suerte no tardaría mucho en conciliar el sueño. 

...

Sousuke se sentía sumamente ridículo con la camisa que estaba usando, el rosado no era su color, pero Rin como siempre hacía, lo había convencido de que se tenía que poner la camisa que le había regalado, que lo quería ver con ella antes de su viaje de regreso a Australia y que no sabía cuanto tardarían en volverse a ver así que quería que le diese ese gusto; en fin, toda una manipulación en la que él siempre caía.

Caminó hasta la  pizzería que sería su lugar de encuentro para almorzar junto a Rin, con las manos en los bolsillos y pantalones de jean algo desgastados.  Junto con su ceño fruncido y actitud desenvuelta lo menos en que las personas se fijaban era en su camisa rosa con el dibujo de un koala, pero estaba tan enfurruñado en si mismo, que no lo notaba.

Entró al local sonando la campanilla de la puerta y su mirada se posó en unos hermosos ojos azules casi al fondo del local, se quedó un poco sin habla pues no esperaba verlo allí y además se sintió  avergonzado por la vestimenta que tenía puesta. Veía que Haruka lo miraba con sumo interés pues el contraste entre su cara intimidatoria y el koala en el dibujo de su camisa era impresionante, además tenía una expresión de sorpresa en el rostro, se notaba que tampoco esperaba verlo.

―  ¿Me vas a saludar o vas a seguir mirando a Haru? ― preguntó sin ninguna pena Rin, haciendo que Sousuke se avergonzara aún más. Y es que ni siquiera había notado a Rin o a Makoto junto a Haruka.

Tenía la sensación de que Rin había planeado todo pues incluso por la manera en que estaban sentados, el único puesto vacío que había era junto a Haruka, así que Sousuke no tuvo más opción que sentarse junto a él a esperar a que la mesera  le ofreciera los menús.

Sentía las palmas sudadas producto de la ansiedad al tenerlo tan cerca, pero no encontraba un tema de conversación para comenzar a hablarle. Además aún recordaba la molesta presencia del rubio, ese día en el bar y el hecho de que Haruka lo había estado ignorando.

―  No pudimos hablar ese día, ese chico... Walabi, acaparó toda tú atención ― le susurró para que sólo él pudiese oírlo, inclinándose y acercándose más.

Haruka se giró para mirarlo aunque al principio no entendía a quien se refería y sólo enfocó su vista en los hermosos ojos aguamarinas del contrario.

 ― Es Albert,  Albert Wahlander  
 ― le contestó con nerviosismo.  Pues su presencia aún causaba ese efecto en él y le incomodaba. No esperó volver a verlo o no tan pronto al menos y mucho menos en Tokio, pues lo último que le había dicho era que ir hasta allí no estaba en sus planes.

Por el hecho de que no volvieron a tener contacto asumió que Sousuke había perdido el interés en él como sabía que siempre  pasaba y que no debió esperar nada de Sousuke pues después de todo sabía como era.

Pero haberlo visto en la competencia, en el local y ahora allí lo descolocaba bastante. Rin los había invitado cuando se los  los encontró por casualidad y pensó que almorzarían solo ellos tres pero se equivocó. 

Sousuke arrugo un poco el ceño al escuchar que  llamaba a Albert con tanta familiaridad después de tan poco tiempo, pero siguió insistiendo ―  ¿ Regresó a su país?. Haruka asintió. Lo sabía porque se habían estado escribiendo desde ese día. 

Cuando salieron del local se fueron los tres en un mismo taxi y Albert hizo su parada en el hotel en que se estaba hospedando, pero antes de bajarse le había pedido el número de teléfono. Había notado que el rubio mostraba cierto interés por él y a él también le había agradado bastante pero no sentía ni un poco de esa electricidad que le provocaba Sousuke ni tampoco el mismo deseo, sólo fue muy agradable.

La mesera les sirvió la pizza que habían pedido y un refresco de dos litros, por lo que las conversaciones se vieron  silenciadas momentáneamente. Comieron primero en silencio y luego entre conversaciones, aunque sólo Rin y Makoto hablaban entre ellos, mientras ambos pelinegros se mantenían callados,  absortos en sus propios pensamientos.

― Nos tenemos que ir ― habló Makoto con apuro  después de terminar de comer. Debía  trabajar y Haruka tenía entrenamiento, por lo que ambos contaban con el tiempo justo para llegar. Haruka también se despidió y ambos amigos se fueron juntos con rapidez, dejándole a Rin el pago que les correspondía por la pizza.

Sousuke lo observó irse mientras le daba una escueta despedida que le dejó un mal sabor de boca y luego sólo fueron Rin y él.

―  ¿ Planeaste todo esto, verdad?  ―  preguntó Sousuke finalmente.

La risa que soltó Rin fue respuesta suficiente  ―  Me los encontré de casualidad y vi la oportunidad, también conseguí su número, te lo daré más tarde por mensaje aunque ni siquiera sé para qué, no hablaron mucho.

 ―  No somos mucho de hablar ―  le sonrió Sousuke con picardía, aunque le hubiese gustado que está vez conversaran más, no tenía idea de que Haruka se fuese a ir tan abruptamente y le dejaba un sabor agridulce que Rin fuese el que le diese su número, le hubiese gustado  pedírselo y que fuese Haruka el que se lo diese directamente.

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Una mala reputación.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora