«Ｋ丹匚匚卄丹Ｋ口» según Deku

i

Cuando Uraraka salió de allí empezó a correr en dirección al centro comercial se chocó con quién menos deseaba ver en aquel momento.

Ella estaba llorando y no quería que la vieran así, y mucho menos Katsuki Bakugou.

Desde el festival deportivo ella tomó una pequeña rivalidad con él.

-¿Uraraka?- susurró algo confundido.

Ese fin de semana, los profesores los dejaron salir para visitar a sus familias. Pero ese domingo, los estudiantes de 1-A decidieron reunirse en el centro comercial esa tarde para cenar juntos.

Bakugou se dirigía a UA, le parecía una idiotez ya que ahora vivían todos juntos. Él no entendía qué hacía ella allí, llorando.

-Lo siento Bakugou, me tengo que ir.

Ella empezó a caminar y el chico se quedó helado. Vaciló unos minutos hasta reaccionó tomando bruscamente a la chica del brazo.

-Escúchame, cara redonda, veo que tienes intención de ir al centro. ¿Irás así, toda horrenda y llorando? Ya tienes tus cosas, acompáñame a la escuela.

-Bakugou...

Ambos empezaron a caminar en la misma dirección en la que iba Bakugou anteriormente.

-¿Me dirás qué sucedió? Nunca te ví llorar de esa manera.

Ella lo miró sorprendida. Bakugou se estaba preocupando por ella. Se quedó en silencio unos minutos y luego se detuvo en seco.

-Yo...- murmuró unas palabras que Bakugou no supo entender. Él estaba seguro de haber escuchado el nombre de Izuku entre las palabras de su compañera.

-Uraraka... ¡Idiota, no te detengas! Cuando lleguemos a los dormitorios te camas y dejas de hablar como bebé.

.

.

.

Izuku iba hablando con Shōto mientras entraban a los dormitorios. Ellos estaban volviendo de la casa de los Todoroki. Ambos creían que estaban solos, se suponía que todos los demás estaban cenando en algún local del centro comercial.

Se escuchó una risa seguida de un golpe. Se escucharon sonidos como de cereales cayendo al suelo.

Deku respiró profundamente y activó el One For All; y por su parte, Todoroki encendió su lado izquierdo. Entraron lentamente a la sala de estar. Iba primero Todoroki.

Se escuchó un grito agudo y golpe en seco. Ambos entraron a la sala rápidamente y se encontraron con Uraraka en el suelo y Katsuki en posición defensiva.

-¿Deku?- preguntó Bakugou.

-¿¡Uraraka!?- se sorprendió Izuku

-Bakugou...- susurró ella mirando al rubio.

-Shōto.

Los tres restantes se dieron vuelta y observaron a Todoroki.

-¿Qué mierda?

-Me sentí apartado...- confesó rascándose la nuca avergonzado.

Mientras Bakugou maldecía, Todoroki sufría internamente como siempre y Ochako estaba incómoda, Midoriya observaba la situación. Uraraka estaba vestida con su lindo pijama celeste y Bakugou seguía con la misma ropa de aquella mañana. Ambos estaban algo despeinados, especialmente él. Había cereales en el suelo y sobre la ropa de ambos.

-¿Uraraka, está todo bien?

-¿¡Por qué preguntas maldito nerd!? ¡Muérete!- le gritó Katsuki, como suele hacerlo.

Deku suspiró y tomó la mano de Todoroki.

- ¿Midoriya?- Shōto no consiguió respuesta y se dejó arrastrar por su amigo.

Los otros dos adolescentes se quedaron solos, otra vez.

-¡Al fin!- gritó el rubio.- Creí que nunca se irían- dijo molesto y se dejó caer al sillón.

-Supongo que yo también debería irme. Mañana tenemos clase y estoy muy cansada...

Antes de que ella pudiera darse vuelta y caminar hacia su cuarto, Katsuki la jaló del brazo y de un movimiento rápido recostó la cabeza de Uraraka sobre sus piernas.

-Escuchame, cara redonda, te recuerdo que te dije que no me separaría de tí hasta que me digas qué te sucede y me asegure de que estás bien.

-No quiero decirte...- dijo y luego bostezó

-Tendras que quedarte a mi lado por siempre.

Un silencio se hizo entre ambos, el rubio estaba procesando sus propias palabras. Estaba a punto de arrojar a la chica al suelo y huir de aquella escena cuando escuchó un suspiro por parte de ella. Estaba dormida.

.

.

.

Horas después llegaron todos los alumnos restantes de 1-A, quienes se detuvieron en seco al ver a un rubio sonriendo mientras acariciaba el cabello de cierta castaña cachetona.

Empezaron los murmullos y Eijiro Kirishima, gran amigo del rubio se empezó a acercar a la escena con la pésima idea de hacer algún comentario "gracioso".

El suspiró y sin sacar su expresión tranquila ni su mano derecha del cabello de Uraraka levantó su mano izquierda, provocando el silencio de todos los demás.

-Si alguien llega a lograr que se despierte o hace algún comentario...- alzó la vista sádicamente.- ¡Mañana morirá!

Eijiro se dió vuelta y caminó a paso rápido a su cuarto. Todos allí se fueron con miles de preguntas formuladas en su cabeza.

Ella es tan dulce y él... Bueno, era él.