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La clase de las 7:30 fue bastante aburrida y el horario tampoco había ayudado mucho. Por suerte su segunda clase en el día sería inglés, con Present Mic: el profesor de la materia y con un tono de voz que despierta siempre a todos en el salón.

En ese momento estaban a final de la clase y el profesor estaba haciendo una devolución de los trabajos que habían entregado hace unos días.

Uraraka estaba sentada detrás de Katsuki ese día. No por nada, sólo estaba demasiado dormida como para recordar a su novio y las palabras que le escupió el rubio el día anterior. Estuvo hipnotizada con el dulce aroma que desprendía el cabello del rubio durante la clase anterior; pero ahora que estaba más despierta, quería golpearlo.

— Yaoruzu Momo y Mina Ashido — llamó Present Mic para que ellas recogieran su trabajo.

Katsuki, por otro lado, estaba sentado en su lugar de siempre con los nervios a flote por tener a sus espaldas a Ochako. No por ninguna estupidez romántica como "oh, que emoción estamos cerca, se fijó en mí, ¿por qué mierda me está olfateando el cabello? "; sino por el miedo a lo que ella le gritaría al segundo en el que él se de la vuelta o cuando el recreo llegue y no haya testigos adultos cerca.

— Izuku Midoriya y Hanta Sero — volvió a hablar el profesor.

En ese momento Bakugou reaccionó: ¿quién iría a buscar el trabajo práctico? Lo mejor sería ir él primero y después dejarle el papel en su escritorio. Por como estaban las cosas, por cómo él se sentía no podía permitirse hablarle.

— Ochako Uraraka y Katsuki Bakugou — anunció sin despegar la vista del trabajo. Él estaba dispuesto a ponerse de pie cuando ella lo empujó hacía la silla, obligándolo a sentarse.

Mientras él observaba a Uraraka recoger el trabajo, sentía cómo su trasero se despegaba de la silla. Asustado, en un movimiento rápido aferró sus pies al asiento y colocó su mochila sobre el banco para evitar salir flotando. ¿De verdad había usado su quirk contra él? No estaba consiente de que ella pudiera ser tan rencorosa. Esa parte misteriosa de ella, ese lado que deja salir en momento como ese le encantaba.

Ella se dirigió a su asiento y leyó el trabajo durante exactamente un minuto; lo que para Bakugou, quién estaba a punto de irse flotando al techo, fue como una hora.

Después de eso y de que muchos entregara dos trabajos más, sonó la campana indicando el receso.

— ¡Uraraka! — la llamó Deku quién había estudiado todo lo sucedido desde esa mañana, debido a que su novia lo ignoró deliberadamente para elegir asiento. — ¿Vienes?

— Espérame en las escaleras del pabellón — habló mientras dejaba su mochila sobre su asiento. — Tengo que buscar algo primero.

El chico de pelo verde salió algo irritado del salón para ir hacia dónde ella le había indicado.

Una vez que sus demás compañeros salieron, Bakugou estiró los pies, liberándose de la posición incómoda en la que estaba. Pero eso provocó que saliera disparado contra el techo del salón de clases.

— ¿¡Por qué me estás haciendo esto!? ¿Cuál es tu maldito problema, mejillitas?

— Tenemos un nueve en el trabajo — anunció y Bakugou empezó a descender lentamente. Ella se puso de pie y cuando el estuvo lo suficientemente cerca, lo tomó de la camisa y lo golpeó contra el suelo. — Gracias, Bakugou — susurró y dejó caer el trabajo sobre él para después caminar a la puerta del aula. — No sólo por tenerme paciencia con el trabajo, sino también por haberte acercado a mí cuando notaste que estaba mal.

— Uraraka...

— Eso sí, si ibas a terminar gritándome que nunca quisiste ni acercarte a mí y pedirme que desaparezca de tu vida así cómo así, hubiese sido mejor que no me hables. Es más, después de hoy vos vas a ser quién no me va a poder hablar a mí. Me lastimó lo que dijiste, pero como dijiste ayer, nada de eso te importa — terminó para después salir al encuentro de Deku.

Humillación total era por lo que había pasado Katsuki en ese momento. No solo había caído en un truco ridículo, si no que dejó correr una lágrima, aún tirado en el suelo, debido a las palabras de la chica.

— ¿Bakugou, ¡pero que te pasó!? — gritó Kirishima al entrar al salón y ver a su amigo tirado en el suelo con una lágrima cayendo por su ojo izquierdo.

— Acabo de recibir la humillación y el pisoteo de sentimientos que no le desearía ni a mi peor enemigo.

— Puedes levantarte, me da más miedo verte así que cuando me amenazas de muerte — opino extendiéndole una mano.

Katsuki se sentó, secó su lágrima y empujó con enojo la mano de Eijiro. Se puso de pie y caminó fuera del salón.

Si ella quería que la ignore, no podía hacer nada mejor que hacer caso a su pedido. Para él no iba a ser difícil, no estará de humor como para poder hablarle.

«K丹匚匚卄丹K口» según DekuDonde viven las historias. Descúbrelo ahora