- ¿No entendés que no puedo verla?
- Obvio que no. No tiene sentido - insistió Kirishima.
- Soy peligroso.
- ¡Ay mírenme! Soy un lobo solitario, soy misterioso y peligroso. ¡Oh Jessica, nuestro amor es imposible!- bromeó Mina apartando dramáticamente a su amigo pelirrojo.
- Oh Eduardo... ¿Acaso aún no lo entiendes? Yo no le temo a una vida peligrosa a tu lado, porque no hay manera en que pueda imaginarme una vida sin tí - respondió él, agudizando su voz y jalando su brazo para que aquella chica extravagante lo voltee a ver.
- Jessica, veo q aún no comprendes el verdadero peligro que es amarme - siguió, zafándose de su agarre.
- Lo único que corre peligro es mi salud mental con ustedes dos así... - gruñó Katsuki.
- ¿Y si te ayudamos a preparar una romántica cena a la luz de la luna? - sugirió emocionada Ashido.
- ¿Con música y muchos pétalos de rosa? - agregó Eijiro.
- ¿Por qué no sos mi novio? - preguntó sin pensar la de cabellos y piel rosados.
Kirishima sonrió y soltó una cálida risa. Observó a su amigo, aquel rubio de temperamento volátil; evadiendo formular una respuesta ante el comentario de Ashido.
- Amigo, no es necesario que hablen de lo que pasó en el gimnasio, antes del ataque. Pero...
- No está bien que no hayas ido a verla. Al final del día, fuera de los sentimientos románticos, ustedes son amigos, muy cercanos. Deberías ir hoy, no dejes que pase el día sin ir a visitarla, todos en el salón fuimos durante el día... Algunos más veces que otros - murmuró aquello último, mirando al pelirrojo.
- Mina tiene razón...
¿Iba a ser tan tonto como para dejarla pensar que a él no le importaba?
A pesar de que ella pueda no sentir lo mismo, no era una persona que él quería perder en su vida.
- Debería ir.
-Si querés podemos ir en grupo, para que sea algo más relajado
- No, puedo ir yo solo. ¿Pero podrían por favor dejarme solo, inútiles? Quiero bañarme.
- Ya te venía bien un baño...
-¿¡Qué dijiste imbécil!? - reaccionó el rubio de manera violenta.
- Nada, nada - murmuró torpemente Kirishima tomando la mano de Mina y arrastrándola hacia la puerta. Una vez fuera, asomó su cabeza en la habitación nuevamente y agregó: - Bro, cualquier cosa te puedo ayudar, sin resentimientos... ¿Dale?
Katsuki caminó hacia él. Lo miró a los ojos unos eternos segundos y le cerró la puerta en la cara sin decir nada más. Él no estaba tan confiado de Kirishima como perdonar todo.
Le dolía un poco todavía.
Tomó su ropa, casi sin pensar en qué se pondría. Juntó la toalla y su shampoo Johnson Baby. En su defensa; su madre decidió jugarle una cruel bromas enviándole aquel producto. A pesar de haberle gritado; al rubio le gustaba el olor del shampoo para bebés.
Se puso en camino al vestuario masculino de los dormitorios. Entró, dejó sus cosas en un banco y se dirigió al último de los cubículos las duchas que se encontraba allí. Aquél cubículo mostraba unas letras talladas en su puerta con las iniciales K.B. Maldito aquel que buscase infiltrarse en esa ducha. No pensaba intercambiar gérmenes con nadie, no quería que invadieran ese otro pequeño espacio que era aún más suyo que su propio dormitorio. Un espacio en el que él podía encontrarse desnudo, de cualquier forma, y aún así estar seguro de que nadie se atrevería a molestar.
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«K丹匚匚卄丹K口» según Deku
FanfictionSu mejor amiga empieza a distanciarse luego de cierta confesión. Entiende que no sería lo mismo, pero... ¿Tan rápido lo había cambiado? ¿Ella tenía que decidir entre él y el otro? Se arrepiente cada maldito segundo de lo sucedido aquel domingo. Por...