13. Te Amaré Por La Eternidad

1.7K 228 106
                                    

Tras el logro obtenido en su primer misión, Dostoievsky volvió al pelirrojo se segundo al mando, así mismo dejó a su cargo a un grupo de apenas diez hombres a quienes debían proteger, seguir y cumplir cada orden que Nakahara les diera, sin importar lo simple o absurda que fuera, todos dentro de la organización estaban conscientes de que su algo le llegaba a ocurrir a su líder el castigo que el ruso les daría sería algo peor inclusive que la muerte.

Durante una semana tras el atraco a las oficinas del Gobierno permaneció descansando, ayudando al azabache en la vigilancia de las cámaras que se encontraban por toda Yokohama,  cada calle, edificio y lugar que veía provocaba cierta nostalgia en el ex mafioso al recordar sus días dentro de la Port Mafia o aún más aquel tiempo en el que fue líder de Sheep.

Pero sobre todas las cosas lo que logro provocar un revuelo sobre su pecho y hizo a su corazón latir con fuerza fue verlo a él, ese castaño que alguna vez amo, a quien le entregó su corazón y lo rompió como si se tratase de un niño a un juguete, por ello no podía creer que aún sentía algo por él, no podía negar que aún lo amaba.

-chuuya ¿como te has sentido aquí? ¿te arrepientes?- pregunto el ruso volviendo la mirada a sus hermosos y brillantes orbes celestes que mantenían reflejando cierta tristeza en ese momento.

- no... no me arrepiento... no podría - en su rostro una pequeña sonrisa se formó intentando ocultar ese sentimiento que permanecía sobre su pecho - me siento bien aquí, me gusta estar contigo aunque... no podamos salir mucho.

-chuuya ... ¿quieres tener una cita conmigo? - aquella pregunta cayó como un balde de agua fría sobre los hombros del pelirrojo dejandolo sin saber que responder - podemos salir en una cita ... si tu quieres

-¿que? no, espera no me refería a eso, se que tienes trabajo y estas ocupado así que no te preocupes por mi - avergonzado desvió la mirada a otro punto de la habitación - no quiero presionarte ni nada de eso, me conformo con que estés conmigo - se sentía ansioso, nervioso, no habían salido juntos desde hace   un largo tiempo, desde antes de que traicionada a la mafia y dejará esa vida atrás.

- quiero hacerlo, quiero volver a salir contigo como antes ¿recuerdas? antes de que inicien los conflictos entre las organizaciones- el ruso tomó ambas manos del pelirrojo para así poder tener su atención una vez más y le viera a la cara, amaba la expresión que le mostraba, ese hermoso sonrojo sobre sus  blancas mejillas y el intenso brillo de sus orbes celestes que lo cultivaban por completo -además hay algo importante que debo hablar contigo.

-¿hablar conmigo? ¿hice algo malo? - a esas alturas Nakahara no podía alejar la mirada de su rostro mientras repasaba una y otra vez cada cosa que fue enviado a hacer, cada trabajo en el que pudo haberse equivocado.

-no, no has hecho nada malo-  de manera lenta llevo su diestra sobre su mejilla acariciando su delicada piel con las yemas de sus dedos notando como de manera inconciente este se acunaba sobre la palma de su mano -debo hablar contigo sobre nosotros, así que ve al cuarto, descansa y arreglate para la noche y tendremos una cita especial.

-está bien - Se acercó a sus labios en un movimiento rápido depositando un dulce beso sobre estos antes de ponerse en pie y salir del lugar con total tranquilidad.

〰〰〰〰〰〰

Cuando la noche cayó Nakahara esperaba impaciente a la  aparición de su amante, caminaba de un lado a otro por toda la habitación intentando controlar los rápido a latidos de su corazón, en ese momento su mayor temor era que Fyodor termine con su relación y lo envíe lejos o peor aún lo abandone y quedé a la deriva sin un lugar donde ocultarse de sus enemigos y de Dazai.

Una Noche De Copas (Fyoya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora