17. No Puedo Perderte

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-¿Qué demonios has hecho? - la voz del ruso se escuchaba en todo el lugar, molesto, no, más bien furioso, lleno de ira continuaba reprimiendo al rubio - Nikolái ¿porque dejaste a chuuya atrás? ¿no te das cuenta de lo que hiciste?

-Dosu, él estaba dispuesto a sacrificarse, el tomo esa decisión, por ti - una y otra vez buscaba la manera de calmar a su líder, aún estaba débil, podía tener una recaída por todo el estrés que estaba pasando ahora y sus heridas abrirse -por favor escúchame, ese fue el plan de chuuya -

-no me importa que haya sido plan de chuuya, debemos volver por el o lo mataran - de momento su vista se nublo por completó perdiendo el equilibrio, si no fuese por los veloces reflejos de su subordinado habría caído al suelo en un golpe seco

-Dosu debes descansar, chuuya estará bien, ahora posees el libro podemos recuperarlo - hablo confiado mostrando una pequeña sonrisa -además no le harán nada, la mafia cayo y Dazai aun lo necesita con vida

El cuerpo del azabache se tensó separadose de golpe para caminar con dirección a la salida pero antes de poder llegar sus piernas fallaron, su cuerpo se tambaleo, cayendo al suelo inconsciente, su desesperación por salvar al pelirrojo no lo dejaban pensar con claridad, después de todo con la página que este le había entregado semanas atrás había escrito aquello por lo que ahora menos lo podía abandonar, ocultándoselo a todos los que lo rodeaban


 

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La habitación era oscura, no había ni un solo rayo de luz que entrara y le permitiera ver donde se encontraba o algo que le dijera que había sucedido, su cuerpo dolía y no era posible mover ni un solo dedo, aunque a esas alturas era evidente que se trataba por haber utilizado corrupción por mucho tiempo y aun así internamente agradecía que Dazai le hubiera detenido a tiempo antes de morir.

Intento moverse y noto como algo presionaba su muñeca, era frio al parecer un metal que lo mantenía atado en la cama o mejor dicho camilla donde descansaba, si su plan había funcionado los rusos habían escapado del lugar y el termino en custodia de la Port Mafia y la Agencia de Detectives

Dio un largó suspiro de alivio dejándose caer sobre la almohada debajo suyo -al menos Fyodor está a salvo – dijo en un susurro antes de que una puerta delante suyo se abriera y la luz del cuarto fuese prendida cerrando los ojos por inercia

-hola chuuya, despertaste- se acercó con voz cantarina el castaño y con una sonrisa que mostraba malicia sobre su rostro –lamento que la doctora Yosano no haya curado aun tus heridas pero de lo contrario hubieras escapado al despertar

-no importa... pero eso significa que estoy en la agencia ¿cierto? - dijo serio manteniendo su mirada fría sobre el rostro del mayor – creí que la mafia me tomaría en custodia por destruir sus instalaciones -su voz sonó con un toque de diversión y arrogancia porque de no ser por sus heridas lo mismo hubiera hecho con la agencia

-para nada, lo que ellos quieren es ejecutarte, si te hubiésemos entregado con Mori san ni siquiera tendríamos esta conversación y tu chuchu aun puedes decirme lo que quiero saber- se sentó a su lado tronando sus dedos

-jamás te diré nada que pueda arriesgar la vida de Fyodor y eso lo sabes, no importa cuánto me tortures, moriré antes de hablar - estaba determinado, quizás en su interior llegó a sentir miedo de él ex mafioso que tenía delante suyo al recordar los terribles gritos de dolor del cuarto de tortura, al pensar en cada imagen y cada técnica que utilizaba su ex pareja pero aún así no se iba a dejar intimidar

- lo se chuuya, eso era algo que me gustaba de ti, tu lealtad - llevo su diestra sobre su rostro acariciando su mejilla con delicadeza bajando por su barbilla y cuello

Una Noche De Copas (Fyoya) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora