Parte 23

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Noviembre 28 de 2018

Debo decir, sin mentir, que este ha sido uno de los capítulos más largos de toda la historia...

Para los que me siguen en Instagram (Alex Dom by_aliv) dí algunos adelantos del capítulo. Si quieren seguir en contacto conmigo, sigamente y me hace conversa :)

Nos leemos al final. Les conviene :D

Mientras tanto, a leer y disfrutar, que la vida es muy bella, y si se lee, más~~ 

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XXIII

La última semana antes de navidad fue un caos para la familia de Naruto, después de que el hombre saliera con su grandiosa idea para que todos celebraran aquella fecha especial. La casa de Tsunade y Jiraiya tenía más decoraciones navideñas de las que ambos pudieron recordar y ni hablar de las decenas de regalos que habían estado llegando a lo largo de los días para que fueran puestos bajo el gran árbol de navidad que habían adquirido para la ocasión. Incluso Ino se había tomado la molestia de comprar accesorios acordes a la época, que entregaría a todos en noche buena. Mientras los compraba, se imaginó a sus hermanos y los Uchiha llevando las diademas y corbatas, ¡incluso algunas tenían lucecitas! las carcajadas que soltó en ese momento habían atraído la atención de otros compradores, que la veían como si estuviera loca, pero no le importó. Disfrutaría tanto cuando los tuviera en frente, llevando aquellas cosas que estaba ansiando que los días pasaran más rápido. Sería una de las navidades más divertidas de su vida.

Aquel miércoles, también era uno de esos extraños días en los que Naruto descansaba y se daba el lujo de visitar a Sasuke y a sus hijos, y pasar tiempo juntos; sin embargo, ese día el pelinegro estaba trabajando, adelantando la revisión de unos documentos, antes de que finalizara la semana y se tomara un descanso de unos cuantos días para disfrutar las festividades con su familia. Por lo que, en ese momento, ambos se encontraban en la oficina, sentados en el cómodo mueble mientras Sasuke revisaba los informes y el rubio a su lado, se recostaba poco a poco, hasta terminar con su cabeza apoyada en su regazo. Ambos tranquilos, manteniendo un silencio que no era incomodo si no extraño, porque Naruto era de los que no se podía mantener en silencio, encontrando hasta el más mínimo tema por el cual iniciar una conversación. Así que a Sasuke le había parecido anormal el comportamiento de Naruto.

– ¿En qué piensas? –preguntó Sasuke sin dejar de revisar los documentos que tenía en sus manos.

–Solo estoy agotado –murmuró el rubio, arrastrando las palabras.

Aquella frase y el tono empleado, le alertaron de que algo más que un agotamiento, aquejaba a su precioso doctor. Naruto nunca estaba agotado, él siempre estaba sonriendo, desbordando energía y en contadas ocasiones, andaba de malas pulgas, pero ni así, dejaba de ser tan activo. Dejando los documentos de lado, Sasuke se fijó con más detenimiento en Naruto, notando ligeramente su pesada respiración, acompañada de un leve enrojecimiento en su rostro. Instantáneamente sus manos tocaron las mejillas, el cuello y la frente del rubio, sintiendo el calor que empezaba a desprender y que no había estado allí hacía media hora cuando había llegado, saludándole con besos en sus mejillas.

Ahora entendía el comportamiento de Naruto.

Dobe, tienes fiebre –dijo mientras le ayudaba a sentarse–. ¿Por qué no dijiste que te sentías mal? Vamos a casa.

–Nooo –se negó, alargando la palabra infantilmente–. Estoy bien, Sasuke. Termina tu trabajo.

Por supuesto. Como si Sasuke se pudiera concentrar en su trabajo después de saber que el tonto de su pareja estaba enfermo y aguantándose su dolencia solo para dejarle terminar. Primero era su familia, el trabajo podía esperar.

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