Las Nuevas Especies

CAPÍTULO III

--No crees que sea peligroso tu plan-- le había contado mi plan de irme de aqui con mi hermana y se que piensa lo mismo que yo.

--Si, es obvio, pero tengo que arriesgarme por salvar a mi hermana de este lugar-- mis libros resbalaban a cada momento por los nervios que sentía.

--Tienes razón-- se detuvo abruptamente, que por lo que iba detrás de el, me choque con su amplia espalda--y te ayudaré-- eso me sorprendió.

-¿Cómo?, ¿por qué..-- me interrumpió.

--Porque yo igual quiero una vida lejos y también tengo una hermana menor que tengo miedo a que sea elegida-- aquello me sorprendió y más cuando continuó-- apenas tiene diez años y ya hay niños bestias que se han fijado en ella, mi hermanita tiene miedo a cada momento y eso me frustra-- sentía total lástima por aquella niña, tan pequeña y ya tenia señores que la elijan.

--Sólo tenemos que esperar a que termine el año-- al llegar al pasillo de mi aula me detengo-- pero antes-- necesitaba saberlo-- ¿estas seguro que quieres ir conmigo y mi hermana muy lejos de aqui?-- su respuesta tardaba-- porque esto es arriesgado y lo sabes, necesitamos todo el año si es posible para planear el escape-- preferiría que nadie oyera mi plan por lo que susurré lo ultimo-- si entras no puedes retractarte--.

--Estoy seguro-- me miró por segundos a los ojos y luego los bajo a sus manos-- sólo quiero salir de esto-

--Entonces en el receso te espero en la biblioteca, adios-- de manera rápida entre al curso, el profesor no había llegado, tampoco los alumnos, por lo tanto estaba totalmente vacía.

Por suerte pude sanar las heridas de Matt, lo han dejado en muy mal estado, me preocupaba saber porque yo reaccionaba de esa manera ante el, pero con el fin de que me ayudase con el escape todo esta perfecto referente a el tema.

--No sabía que te gustaba interrumpir los juego de tus señores-- todo los vellos de mi piel se erizaron tan sólo escuchar esa voz que daba tanto miedo, rápidamente baje la cabeza para no tener problemas con esa bestia-- y tampoco sabía que eras sorda, o que te gusta desobedecer a tu señor-- Dios ayúdame.

--Disculpe mi insolencia mi señor, me quedé muda por un momento-- sabía que estaba temblando tan sólo ver mi mano.

--Nunca antes te había visto por aquí ¿ cómo te llamas?-- tenía miedo, mucho miedo -- te hice una pregunta humana ahora responde.-

--Disculpeme mi señor, mi nombre es Katherine Mercurh-- sus ojos se volvieron nuevamente dorados, y me causaban náuseas tan sólo pensar que estaban así por maltratar a un humano.

--Con que Katherine-- sus manos reposaban en la mesa del maestro al igual que su espalda baja-- ven aquí ahora mismo-- no me quedaba de otra más que obedecer así que me sitúe frente a el de inmediato-- me agrada que obedezcas esclava, ahora dime ¿porque ayudaste a ese humano sabiendo que las reglas son otras?-- eso me tomo por sorpresa, eso significa que nos habia seguido-- no me agrada que no respondan cuando les hago una pregunta, ahora vuelvo a preguntar, ¿porque lo ayudaste? Katherine-- la forma en la que pronunció mi nombre me dio un completo escalofríos.

--Sólo lo vi herido y lo ayude sin pensar en nada mi señor, disculpe tal acto mio-- me odiaba por hablarle de esa manera pero no podía hacer nada

--Por ahora te perdono, y dime, ya fuiste elegida por un señor  Katherine-- Dios no.

--No, señor-- por favor que no sea lo que estoy pensando.

--Bueno, quiero verte en la salida en la clase abandonada ¿quedo claro humana?-- me tomo del mentón para mirarnos fijamente-- y puntual Katherine, no me gustan los retrasos y dime señor Alex, no me gusta que se refieras a mi como cualquier otro señor-- estábamos a mitad del aula y se detuvo justo al lado de mi oreja-- algo me dice que tu eres muy interesante Katherine.- el timbre sonó y ya todos los estudiantes estaban entrando al curso.

No

Por favor no

¡No!¡No!¡No!

Todo este tiempo tratando de pasar desapercibida y todo para envano.

Me dan unas tremendas ganas de llorar, por lo que sin importarme la clase entero corro en dirección a los baños.

--No Dios por favor no-- no tenía que suceder.

--Esto es un mal sueño-- mis lágrimas no paraban-- no, no, no--.

--Esa bestia no puede estar interesada en mi-- sentía mi falda mojada por la posición que estaba, mis lágrimas estaban mojando todo a su paso-- no puedo ser elegida por ese señor-- ya no se que hacer.

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--Tranquila Kat, yo no permitiré que te pase algo ¿vale?-- nos encontrábamos la biblioteca que se encontraba realmente vacía, todos los demás estudiantes seguían en la cafetería comiendo su merienda. No pasa ni un día y ya estoy condenada.

--Tengo miedo a que me elija, no quiero ser ni esclava ni pareja de ese ser-- mis ojos seguían llorosos porque al momento de contarle a Matt lo que me paso comencé a llorar nuevamente.

--Tengo una idea-- su rostro se estaba iluminando-- adelantaremos el plan del escape, para antes de las elecciones-- mis ojos se abren como platos tan sólo escucharlo.

--No pasa ni un día que te lo dije y ya lo estas adelantando-- mi mente no estaba tranquila por como confiaba en mi tan ciegamente -- ni siquiera nos conocemos correctamente, ¿cómo podría confiar en ti y tu en mi?-- sus manos sujetaron mi rostro.

--Porque supe desde el primer momento en que tu eras la persona más confiable que he conocido, tu piensas igual que yo y se que no quieres ese destino de afuera para ti ni para tu hermana Katherine-- sus labios chocan con mi frente haciendome temblar completamente de nervios-- eres la primera persona que me ayuda sin antes conocerme.-

--¿Cómo que la primera?-- no entendía porque decía eso.

--Nadie más me hubiera ayudado por temor a los señores-- sus ojos estaban fijos en el piso-- todos hubieran ignorado a un herido por ser juguete de los señores-- su mirada se nublo.

--¿Me ayudarás a escapar de esto Matt?-- sus ojos se dirigieron a los mios.

--Si-- su sonrisa me alivió-- no te preocupes Kat-- y ya no lo resisti y me lancé a sus brazos abrazandolo fuertemente con la esperanza de que no se fuera nunca. Sin duda confío en el, confío en que saldremos de esta tragedia.

Sólo el timbre de empiezo a las clases y tuvimos que separarno, con un beso en la mejilla y un hasta luego nos despedimos para regresar a nuestras clases. Ahora sólo me quedaba  la valentía para afrontar estar frente a esa bestia que ahora tenía que decir señor Alex  , me repugnan tan sólo pronunciarlo, pero me las tenía que aguantar para no gritar ni escupir en su cara lo mucho que lo detestaba, tengo que tener fe a que sólo me de una reprimenda por aquel acto que hice en la mañana.

Dios protégeme de todo mal, y más de esas bestias, amén.

Espero que os guste el capítulo, y os informo que ya estoy en vacaciones, ahora podré publicar más seguido todos mis libros.

                  CHAO CHAO

Den la estrellita

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Y amen