Capítulo 23 RENACER

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Hola espero que aún me lean y les guste este capítulo.
Comenten plis. Prometo actualizar pronto Engaño de amor y Historia de amor.
Después quiero saber si les gustaría que publicará: Estoy sólo y él niño y la Luna.
Los personajes no me pertenecen, pertenecen Williams Joyce y Naoko Takeuchi. Gracias a mystery girl 245 por tus ocs de Camila y Peter.
***

— Jack, ya debes levantarte, iremos a la escuela. — Le grito Peter desde la entrada de la habitación, pero Jack no se levanto. Se acercó a moverlo temeroso de que hubiera regresado a su estado de coma, pero Jack solo se acomodó mejor y siguió durmiendo. Un suspiro de alivio salio de él y se encamino a la salida. — Descansa compañero. — Y cerro la puerta tras de sí.
Apenas se cerró la puerta, Jack corrió a darse una ducha, debía salir de ahí lo mas rápido posible, estar solo en su departamento era una tortura, porque le recordaba los momentos compartidos con Serena.
Salió a la mañana y sintió un poco de frío, eso era extraño, él no podía sentir frío, nunca ni en su vida humana lo había sentido, supuso que su deplorable estado de ánimo estaba influyendo, así que metió sus manos en los bolsillos y camino sin rumbo, anhelando liberarse de la opresión que sentía en el pecho, la fría brisa lo recibió con amor, reconociendo en él a su querido espíritu del invierno.
A pesar de ser temprano podía ver algunas parejas caminando de la mano, algunas estaban sentadas en el parque, pasando el rato abrazados, mirándose con amor y prodigándose besos y caricias, que para él, eran como una burla a su dolor, como si la vida se empeñará en restregarle en la cara que estaba solo, y peor aún, con el corazón rotó. "Esto es imposible, una locura. Soy el Espíritu de la Diversión, no puedo sufrir, y menos por amor. No debo sufrir, no debo, controlaté Jack, no dejes que el miedo se apoderé de tí." Pensaba de forma obstinada, parpadeando varias veces para ahuyentar sus lágrimas. Se talló los ojos con rabia y desesperación, y se recargo en la pared, tocando su pecho, por el agudo dolor que sentía en su corazón, por un segundo, todo se nublo a causa de sus lágrimas, se dejó caer al suelo y se hizo un ovillo, las personas pasaban junto a él, mirándolo con desagrado, como si fuese algún borracho o drogadicto, pero a él no le importaba, se sentía caer en un pozo sin fin del cual no saldría nunca. Todo era oscuridad en su vida, se odiaba por ser tan débil y odiaba al Hombre de la Luna por permitir que el pasará por eso.
— Jack... Ven conmigo... — Le dijo una voz, y alzó la mirada. Frente a él estaba un chico de largo cabello rubio perfectamente peinado, con unos claros ojos azules, y una sonrisa amable. (Imaginen al guapísimo Orlando Bloom, vestido de Legolas en el Hobbit)
— ¿Cupido? ¿Eres tú? — Dijo y parpadeo varias veces para convencerse de que era real. Este asintio. Pero él aún estaba como en shock, sin comprender a ciencia cierta si lo que estaba viviendo y sintiendo era real. Se dejo conducir mansamente por el rubio chico y ambos se sentaron en un café cercano. Que irónicamente era el mismo lugar y la misma mesa donde había estado Seiya y Serena días antes.
Después de ordenar lo primero que se les ocurriera, Jack lo miro a los ojos con una extraña lucidez.
— Tu puedes decirme que es lo que esta pasando... ¿Verdad? —
— Jack... Yo no se de que hablas. —
— ¡Mientes! — Dijo golpeando la mesa y Cupido brincó. — Tú sabes perfectamente que hablo de todo lo que me pasa... ¿Porque permitiste que me enamorará de ella como un idiota? Tú pudiste evitarlo... Y sin embargo ¡Mirame! Estoy hecho un idiota, muerto en vida. — Grito con rabia.
— Jack... No es para tanto, ya veras que... — Pero la mirada fúrica de Jack lo hizo callarse.
— Y si no es para tanto ¿Porqué me estoy muriendo por dentro? ¿Crees que yo quiero estar así? ¡Dimelo! —
— Jack... No seas tonto... Millones de personas pasan por esto a diario, no eres el primero ni seras el último que sufre por amor, yo cuando veo a las personas, las flechó porque creo que tienen posibilidades de ser una pareja genial, de vivir y crear una maravillosa relación, esta en ellos si aprovechan la oportunidad que les doy o no, los humanos tienen la mala costumbre de querer que todo les caiga del cielo y no luchan por sus sueños, se creen príncipes y princesas que todo lo merecen, y se vuelven egoístas y... —
— Sabes muy bien que no es mi caso... Ni el de Serena. Tú debes saber lo que pretende el Hombre de la Luna, y me lo vas a decir. —
— Jack, lo único que debes saber es que todo saldrá bien al final, y eso es lo que importa. ¿No crees? — Dijo por fin.
— ¿Y mientras? ¿Cómo vivo con este dolor? — Dijo con angustia.
— Como lo hacen millones de personas, con valentía y fortaleza. Creeme Jack, yo soy el mas interesado en que todo se resuelva, confía en mí, todo estará bien, debes distraerte, divertirte con tus amigos, intentar ser feliz con lo que tienes y no llores por lo que perdiste, cambia tu actitud y veras como todo se hace mas fácil. Lo siento, ya debo irme. Piensa lo que te dije. — Y se levantó y se fue sin decir más.
Jack se quedo pensativo, como si sus palabras fueran un gran secreto revelado solo para él, se vio a si mismo, como antes había visto a Serena, derrotado, frágil y pérdido, sin un rumbo hacia donde dirigir sus pasos, ese no era él, siempre había sido animoso y fuerte, viviendo cada día de manera divertida, haciendo felices a los niños aún cuando ellos no lo veían, ni creían en él, porqué la magia estaba en su interior, y a pesar de la espantosa soledad en que vivió por 300 años, demostró que podía ser un Guardián, y nada menos que el de la diversión. Entonces ¿En que momento perdió su centro?
— ¡Eso es! ¡Solo hay que hacerlo divertido y ya! — Se levantó de golpe y se fue a su casa, todo en él habia cambiado, desde el momento que salio, hasta su regreso, esta vez caminaba con dinamismo y energía, todo tenía un nuevo sentido... Viviría con el recuerdo de Serena, porque era lo mejor que le había ocurrido en su vida, y le desearía la mayor felicidad aunque no fuera a su lado, porque la amaba, pero él seria feliz también, si ella no lo amaba, que importaba, tenía a Thoot, Camila, Norte, Sandman, Bunny y Jeimy, todos lo querían y se preocupaban por él, eso debía bastarle, y tal vez algún día conocería un espíritu igual que él, y entonces no tendría que renunciar a su inmortalidad por una chica que no lo amaba.
A partir de ese instante renacería un nuevo Jack, más maduro, fuerte y vital, con esa alegría de vivir que lo caracterizaba.
***
— ¿Entonces anoche hubo otro ataque? — Preguntaba Seiya.
— Si... Y nos sorprendió mucho no verlos ahí. — Respondió Mina.
— Lo siento, pero Seiya tenía pesadillas... Y no podíamos dejarlo sólo. — Dijo Yaten.
— ¿Pesadillas dices? — Dijo Amy.
— Si... Y es raro porque sólo pareció afectarlo a él. — Dijo Taiki, pensativo.
— Mis padres también tuvieron pesadillas. — Dijo Serena.
— Es raro... No a todos los afecto. Pero las personas hoy se ven extrañas. — Dijo Lita, mirando a su alrededor.
La imitaron y vieron a sus compañeros con la mirada pérdida, incluso un tanto desquiciada.
— Tienes razón, estan muy raros... Oye Serena ¿Te pasa algo? — Preguntó Seiya al verla muy seria.
— Seiya, yo... Mi broche... El Cristal de Plata ha perdido su brillo... Ya no puedo transformarme en Sailor Moon. — Respondió mostrándole su broche de transformación.
— Eso... Es imposible, ¿Cómo pudo pasar? —
Ella iba a responder pero la llegada de Darién se lo impidió. Se volvió hacia él y lo miro con dudas e incertidumbre, le pareció ver en su mirada algo parecido a la culpa, pero tan solo un parpadeo y su mirada cambio. Se estremeció, pues sus azules ojos le parecieron mas oscuros, incluso distinguió algo maligno en ellos.
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Cuando Darién entro al salón de clases percibió un ambiente extraño hacia él, por parte de las chicas y los Tree Lighs, un leve reproche en sus miradas, incluso Serena lo miraba de manera extraña, ¿Acaso sabían lo que había hecho? ¿Sería posible que las mujeres de verdad tuvieran un sexto sentido? Eso era imposible. Solo le duro un segundo la culpabilidad y sonrió a Serena con fingido amor.
— Jóvenes... Tomen asiento, y empecemos la clase. Si tienen alguna duda, yo con gusto los ayudare. — Dijo con turbación, pues la mirada de Seiya lo puso nervioso.
La clase duro una eternidad para él, a la salida vio que Peter se acercaba a Camila y empezaban a platicar animosamente mientras se iban. A su vez el otro chico se acerco a donde estaba Serena y los chicos, percibió un leve interés por parte de él y como todo hombre que se precia de ser un macho, se acerco y rodeo su cintura con posesividad.
— ¡Darién! — Dijo sobresaltada, moviéndose con incomodidad.
— Hola chicas, ¡Serena mi amor! — Dijo dándole un beso en los labios, Seiya volvió la mirada incómodo, y Serena se apartó de él, roja de vergüenza, de pronto miro el cuello de Darién y lo miro a los ojos.
— ¿Qué tienes en el cuello? —
Darién se sobresalto y tocó su cuello, con la culpabilidad reflejada en el rostro.
— Tienes un moretón. — Dijo Mina con receló.
— ¡Ah eso! Seguro fue al rasurarme. — Dijo rápidamente.
Serena lo miro y no dudo de su palabra, a pesar de no amarlo, aun confiaba en él, no pasaba por su cabeza la menor indicación de que él se hubiera acostado con alguien, y menos después de que le pidiera una y otra vez que volvieran, tanta insistencia solo podía ser amor y no podía seguir postergándolo por más tiempo.
Seiya lo miro con incredulidad y encogiéndose de hombros se fue de ahí sin decir palabras. Yaten y Taiki lo imitaron con una sonrisa de disculpa.
— Con que tú eres Eric, y ¿Qué te trajo a esta escuela? — Preguntó besando la mejilla de Serena repetidas veces, ella se revolvió incómoda pero no dijo nada.
— Hmm... Cosas, mi familia tiene cosas importantes que hacer aquí. — Dijo sonriendo mostrando sus blancos dientes, Mina y Lita suspiraron de emoción y el les guiño el ojo con picardía.
— "Es igualito a un chico que me rompió él corazón." — Pensaba Lita entre suspiros.
— Si quieres yo te enseñó la ciudad. — Dijo Mina tomando su mano. Y El chico solo le dedicó una sonrisa, que casi la desmaya.
— Mina no seas tan descarada, además no creo que a Yaten le agrade mucho que salgas con él. — Le susurro Amy al oído. Mina la miro enfadada y suspiro resignada.
— ¡Si! Mejor lo acompañó yo. — Dijo Lita con una amplia sonrisa.
— Yo las veo luego chicas, debo irme. — Dijo Serena soltándose de Darién, extrañamente su cercanía le producía una sensación desagradable.
— ¡Espera! Te acompañó, de paso voy al centro comercial. Hasta mañana a todos. — Dijo el chico.
Darién lo miró ir tras Serena y después de hacer una mueca, se subió a su motocicleta y se fue a toda velocidad.
— ¿Ustedes creen eso de la rasurada? — Preguntó Amy.
— No... ¿Crees que se haya peleado con alguien y trato de estrangularlo? — Dijo Mina.
— ¡Mina! ¡Nunca cambias! ¡Eres igual a Serena! Claro que no se peleo. — Dijo Amy.
Mina la miro sin entender, y Amy se dio por vencida. Seguía siendo tan inocente como Serena.
***

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