Capítulo XIII: La verdad.

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Metheos con algo de melancolía en su corazón, tomo el pequeño diario que hace muy poco había terminado de leer y con un delicado movimiento lo dejo en su lugar.
En aquel cajón de aquella pequeña tenue mesa de madera.
Se puso en pie y luego de un suspiro emprendió camino hacia la mesa de operaciones, mesa de operaciones que cada vez que miraba le llenaba la mente de recuerdos, caminó junto a ella y la acarició, mientras pasaba, recordó todas esas misiones, todos esos planes que allí se habían dado lugar.
Metheos seguía allí, observando la mesa con melancolía, Ania que se encontraba como de costumbre en su ordenador, se giró en si misma y se percató de su presencia.
- ¿Todo bien, señor?
Hubo un pequeño silencio, Metheos seguía en su momento.
Pero, luego, después de un par de minutos se sacudió a sí mismo.
- Si, todo bien. Da la orden, regresamos al cuartel general.
- ¿Tan pronto?
- Ya es momento... Necesito regresar.
- Si señor, ya mismo.

Luego de unos segundos el avión tomo un rumbo diferente y su velocidad aumento.
Metheos quería regresar, se encontraba cansado y pensó que ya era el momento de contarle a Jake algo muy importante.
"Si será comandante del cuartel aéreo, es tiempo de que lo sepa".

La mañana paso con rapidez y llego la tarde, luego de comer con el equipo, Lucas inicio la conversación.
- Capitán, ¿Cuando nombrarán a Jake comandante?
- Aún hace falta la cumbre para determinar si él será su comandante.
Y si lo eligen, habrá una ceremonia digna de sus talentos. Adema, aún no termina la misión en la que está actualmente. Hay que esperar.
- Eliminó al berserker.- Dijo Ryan.
- Él solo no lo hizo y conociendo a Jake, eso será lo primero que dirá.
- Según el informe del cabo Crist él fue quien activo el interruptor. ¿Quién iba a creerlo? Un rayo... Que ironía.
- Jake es brillante, no debió necesitar mucha ayuda para deducirlo. - Ania seguía en la habitación, pero ya se había levantado y estaba de nuevo en su ordenador.
- El berserker está muerto, eso es lo que importa.- Metheos fue tajante.

Pasaron unos momentos, luego de una charla larga de Metheos en la que les explicaba cosas a su equipo, su comunicador se encendió.
- Capitán Hoffman, el coronel está en la línea. Respecto a la solicitud sobre el acceso a los archivos secretos.
- Okey, gracias.
- Aquí el coronel Arthur Miller.
- Si señor, lo recibo. Fuerte y claro.
- Con que archivos secretos, ¿Eh?
- Si señor.
- ¿Con qué fin, capitán?

Hubo un momento de silencio.
- Creo que es hora de que Jake lo sepa.
- Sabes que no es una decisión que debas tomar tu. Hablé con el consejo, y tendremos que reunirnos para discutirlo.
- Yo tengo el poder y el mando suficiente para abrir el archivo y contarle a Jake acerca de él.
- Vaya, vaya. Con que de eso se trata.
Quieres contarle sobre el traidor.
- No se han encontrado pruebas de que haya hecho lo que dicen que hizo.
- No discutiré esto contigo capitán Hoffman. Regresa a la base.
Esperaremos al sargento Wayland y reuniremos al consejo.
No sé hablará más del tema.
- Si señor.- Metheos asintió con amargura y la llamada termino.

Jake finalmente abrió sus ojos.
Vio el techo de la habitación donde estaba, una pequeña lámpara de luz blanca junto a un ventilador que daba vueltas justo sobre él era la única compañía que tenía.
Se sentía mucho mejor, siempre le decían que tenía una cualidad curativa extraordinaria, pues sus huesos rotos y heridas sanaban en la mitad del tiempo.
Se puso en pie, se puso su camuflado y tomo una camiseta sin mangas que tenía... Caminó por la habitación y encontró sus espadas. Tomo solo una y se puso sus guantes de cuero.
Sus botas estaban sucias, así que decidió ir descalzo a la superficie.

Todo el mundo lo miraba con asombro mientras caminaba por la base.
Llegó a la superficie y se encontró con todo su pelotón, unos charlando con los demás soldados, otros entrenando, otros como Daniel escuchando historias de Luke.
Y Crist hablando con Henry, que estaba en muletas caminando por la base.
Todos hicieron un silencio cuando vieron a Jake.
Ninguno lo había visto así, sin armadura, sin abrigo, descalzo, con su torso vendado y sus brazos desnudos.

Virus V. Sanando El Pasado. *Primera Parte Ya Completada*Donde viven las historias. Descúbrelo ahora