El sol cayó al medio día, la mañana se había consumido rápidamente y sin duda las nubes en el cielo a lo lejos del sol, daban por entendido que una tormenta estaba en camino.
Lo que señalaba mala suerte, puesto que no sería conveniente volar.Jake se había reunido con Metheos en el avión, le hacía entrega de su habitación y de su equipo de comandante.
- Ahora estás a cargo. - Metheos entregó en manos de Jake el cinturón de comandante. - Tu padre estaría orgulloso.
- Estoy seguro de eso, capitán.
- Tu padre te amaba hijo, no lo olvides.
- He estado pensando, capitán.
- ¿Si?
- He estado analizando la historia de tu hijo.
- ¿Raiharth?
- Si... Siento que hay algo más.
Metheos se mantuvo en silencio.
- ¿De verdad crees que tú hijo es un traidor?
- Yo... No lo sé Jake. No puedo hacerme el ciego con la situación.
Su avión se estrelló, su cuerpo no apareció, el arma tampoco y las chapas de identificación de los que fallecieron no estaban. Es muy conveniente... Jake. No creas que en las noches no pienso lo mismo... Pero, no encuentro una explicación lógica que justifique lo que sea que hizo.
- ¿Seguirá con vida?
- El entrenamiento que recibió Raiharth no lo ha recibido nadie más en este escuadrón hijo. Él fue entrenado desde niño, las probabilidades de que esté vivo son altas.
La misión "Kalko" no es rango S por el área, por el clima o incluso por los infectados en la nieve.
Es una misión rango S, por qué el enfrentamiento con Raiharth será inevitable... Y nadie en este escuadrón puede hacerle frente.
Tú, tal vez, pero dudo que alguien más. - Metheos se encontraba sentado sobre una pequeña silla de madera, todo estaba impecable y limpio. Metheos había arreglado todo para que Jake recibiera su nuevo cargo y su nuevo estudio privado.
En un baúl que tenía junto a la cama muy cuidadosamente sacó una pequeña manta que cubria algo en particular. La posó sobre la cama y la colocó frente a Jake.
Jake se mantuvo en silencio. Metheos prosiguió. - Jake... Yo... Tengo algo que quizá pueda ayudarte en esta misión.
Anda, ábrelo.
Jake se reclinó sobre la cama, tomo la sábana con sus dos manos, pesaba, pensó.
Empezó lentamente a desenvolver el artículo y poco a poco se dió cuenta de lo que era.
- Met... ¿Esto es...?
- Es el hacha de Raiharth...
- Es... Hermosa...
El hacha era realmente un lujo, su acero inoxidable brillaba, su mango con incrustaciones de oro y diamantes a los costados.
El filo en impecable estado y en la hoja tenía una grabado de unos lobos de ojos de rubí. Una obra de arte.
- Tu padre era un artista. Quería diseñar un arma para ti. Pero... El tiempo se le acabó.
La encontramos en el lugar del accidente, exactamente como la ves, ni un rasguño y ni una mancha de sangre, ningún indicio de pelea.
- ¿Porque la dejó?
- Pensamos que con el martillo divino, un arma cómo está no le haría falta.
- Pero, ¿Cómo me puede ayudar esto en la misión? No sé usarla.
- Se que no, pero Raiharth estoy seguro que la recordara al verla y tal vez puedas usarla como medio para evitar una pelea.
- Estás muy seguro que me encontraré con él. ¿Porque?
- Lo presiento. Llévala contigo, todo el tiempo. En cuanto lleguen a su territorio, él los estará observando, estoy seguro.
- Gracias capitán.
- Buena suerte hijo. La necesitarás.La lluvia finalmente llegó, la lluvia cayó lentamente sobre la base.
El cielo gris y los relámpagos a lo lejos anunciaban una tormenta.Jake se acomodó en su nueva habitación, colocó un par de repisas para sus espadas, un par de ganchos para su equipo y armas.
En el centro de mando Metheos estuvo toda la tarde en reuniones y asuntos políticos del escuadrón.
Crist se encontraba en el campo de tiro entrenando.
Le encantaban las armas desde que aprendió a usarlas. Tomó en sus manos la M16 la recargó y con mucha precisión derribo los objetivos uno por uno.
Las ráfagas eran precisas y exactas.
Finalmente tuvo suficiente, mientras se quitaba los guantes y sus diademas, una mano le tocó la espalda.
Se giró y era Camila.
- ¿Quieres decirme lo que sucede?
- ¿De que hablas?
- Sabes de lo que hablo. ¿Porque hay un rumor de que tu y yo nos besamos?
- Iba a preguntarte lo mismo.
- ¿No sabes nada de eso? Jake no habló conmigo hoy que fui a buscarlo.
- Y que lo digas, en la selección de equipo de esta mañana, no me quería con él.
- Dios...
Continuaron hablando un rato hasta salir del polígono y caminar a los camarotes. La lluvia no paraba y la noche empezaba a caer.
La habitación estaba lista, Jake había terminado y había aprovechado una pequeña biblioteca para poner unos libros de historia de el escuadrón que había tomado de la base. El cuarto era más grande al anterior en donde estaba, ahora ese cuarto sería de Ania. Luke, Daniel y Crist dormirían en los camarotes donde también estaba el piloto.
Jake decidió tomarse una ducha luego de que terminó para luego dormir un poco y empezar la misión en la madrugada.
Tomó la ducha, tomo una pantaloneta color negro una camisa esqueleto de color negro también y se dispuso para descansar.
Un golpe en la puerta le alertó.
- ¿Quién es?
- Jake, soy Ximena.
- Pasa.
Ximena se adentro en la habitación.
Tenía un escote que daba muy poco a la imaginación color rojo, una minifalda de color negro que por muy poco llegaba a la rodilla, el cabello rubio finamente peinado tras sus oídos y una gran cantidad de maquillaje en su rostro, pero no excesivo, el suficiente, pensó. Se veía realmente hermosa. Sin embargo a Jake se le daba bien ocultar sus emociones.
- ¿En qué puedo ayudarte?
- En mucho, en realidad.
- ¿Si?
- Así es... La verdad yo... Desde que te ví no he dejado de pensar en ti...
- ¿Que?
- Así es Jake... Me traes loca.
Ximena se inclinó para besarlo pero Jake la tomo por los hombros.
Y justo en ese momento como un acto divino de mala suerte Camila apareció tras la puerta.
- Jake, dime, ¿Que es lo que está pasa...? - No pudo terminar la frase antes de que su asombro e irá salieran a flote. - ¿Que carajo pasa?
- Camí, yo... - Ximena titubeante.
- Las dos, Larguense de aquí. ¡Ahora!
Jake tajante y con irá en sus ojos advirtió.
- Ximena, ¡¿Que haces?!
- ¡¡FUERA!!
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Virus V. Sanando El Pasado. *Primera Parte Ya Completada*
Horror*Primera parte terminada, aún en edición de pequeños detalles.* El poderoso escuadrón Nuo guía al sargento Jake Wayland a lo que parece una misión fácil, pero lo que él no sabe es que esa misión cambiaría su vida y abriría heridas de su pasado que é...