—Joder tio, que estos diez minutos parecen diez putos segundos.
—No deberías maldecir en esta casa. Ya sabes, por lo del Corán y todo eso...
—Me la suda el Corán, tronco —Murmuró Ander, mientras besaba el cuello de Omar.
— Pijo irrespetuoso.— Canturreo el moro entre risas.
Estaban en la trastienda, el papá de Omar había salido hacia ya unos cinco minutos. Los chicos habían pasado como sopapa esos minutos, entre risas y besos.
—¿Hasta cuando tendremos que aguantar a tu padre?.
—Como si yo quisiera estar aqui. Pero tengo que juntar la pasta para largarme, lo sabéis.
Ander revoleo los ojos pero no contestó más, sentía las manos de Omar hundirse entre su pelo, masajeando la nuca e incentivando a que le devorara el cuello. Él no iba a negarse.
El de ojos negros tomó la quijada del otro e hizo subir su rostro hasta que sus bocas quedasen a la misma altura. Lo beso, recorriendo con su lengua toda la profundidad.
—Será mejor que te vayas — Murmuró Omar, cortando el beso.
—¿Y si no?.—Preguntó desafiante.
— Te clavo contra la pared.
—Mentiroso—Rió Ander— ¿Venid esta noche?
— Lo voy a intentar —Prometió el de ojos negros, mientras asentía con la cabeza— Vete tío, o tendre que presentarte a mi padre.
—Cualquiera estaría contento de tener a este churro como nuero.— Bromeó.
— Pues yo creo que el que te toco no te quiere pero ni de mascota.— Contestó con una sonrisa, mientras abría la puerta que comunicaba con la tienda.
****
Ander se fue cabizbajo de la tienda, sintiendo nuevamente ese nudo en el pecho que había sentido todo el verano y que solo desaparecía cuando tenía a Omar entre brazos. ¿Todos los enamorados sentían esa angustia cuando no estaban juntos o solo él se torturaba así? Dio un suspiro y pateó una piedra que se interpuso en su camino.
*****
Se hicieron las diez de la noche cuando Omar entró a darse una ducha, había pasado toda la tarde en la tienda atendiendo a la gente. Su padre pareció estar contento por ello, era el primer día desde hacía varios que hacia todo el turno de corrido.
Dejó que el agua caliente cayera por su cuerpo varios minutos mas del necesario y al salir se emprolijó la barba y hecho algo de perfume aunque vistió con una remera y joggins cualquiera, de esos que uno usa para dormir. Cuando se sentó en la mesa para la cena, pudo sentir la mirada suspicaz de Nadia sobre él. Caray, que a su hermana no se le pasaba ninguna mosca.
— Los padres de Jamila vendrán esta semana, Omar—Le anunció Yusef, sentado frente a él.—Espero que sepáis comportarte cuando ellos vengan a conocerte, a tí y a nuestra casa.
— Seguro que si, papa, quedaran encantados —Contestó dosil, sabía que su padre solo hacía esos comentarios para hacerlo picar, pero él no caería, no esa noche. Levantó la mirada y enfrentó la de su padre sin poder entender por que lo hacía, si él no era tan mal hijo después de todo. Suspiró, e intentó concentrarse en la charla que mantenían Nadia y su mamá que parecía ser más relajada.
Un rato después caminaba por las calles luego de haber salido por la ventana del cuarto de Nadia, era apenas la segunda vez que lo hacía ya que no podía arriesgarse a desaparecer todas las noches. Mejor era no tentar a la suerte.
A pesar de ser ya entrada la noche el calor se hacía sentir, así que Omar solo iba con una casaca negra y unas bermudas de jeans por encima de las rodillas. Extrañaba andar en bici pero no negaba que caminar le sentaba bien, apuró un poco el paso al sentir el móvil vibrar en el bolsillo. No le había confirmado a Ander que había logrado salir de casa sin problemas.
Como si estuvieran sincronizados, Ander llamo a Omar justo cuando este llegaba al jardín trasero de la casa.
— Estoy fuera —Le dijo simplemente, y colgó. Momentos después, la luz del que Omar sabía era el cuarto de Ander se encendió, y el chico se asomó por el balcón.
—Venga tío, que se enfría la cena.
Omar sonrió, iba a morirse si Ander le había cocinado algo y todo.
—¿Así que tus padres estáis de fiesta?.
—Si, Y no creo que caigan hasta dentro de un rato largo. Los cumpleaños en mi familia suelen ser de lo más largos.
Estaban sentados en la barra de la cocina, Ander había destapado unos porrones de cerveza y ya tenían uno encima cada uno.
—Ya veo por qué la insistencia en que venga esta noche — Dijo Omar, y el de ojos miel solo atinó a poner la mejor cara de inocente que le salió.— Yo no sé qué pretendéis esta noche de mi.
—Venga, que solo he invitado un colega a tomar unas frescas y comer unas pizzas que amase yo mismo — Aseguro— Bueno, que son prepizzas pero todo lo demás si ¿Vale?—Se defendió, ante la incredulidad del moro.
Omar echó a reír con ganas, se acercó hasta Ander que permanecía cerca del horno y lo beso tiernamente en los labios, agarrándolo por la cintura.
Ander sugirió comer afuera, y unos minutos después armaron la mesa en el balcón del cuarto de Ander, sonaba música de fondo mientras ellos conversaban y comían, sentado uno al lado del otro. Aunque lo que más hacían era besarse entre frase y frase, chiste y chiste.
—¡No! ¿Una hermana? Dices... Además de Nadia, ¿No? — Omar asintió, con la cabeza inclinada hacia atrás tomando del pico de la cerveza—Me jodes... ¿Cómo no me habéis dicho?.
—Bueno es que en realidad, no sabemos de ella van para tres años ya—Dijo con algo de pesar —No aguanto más a papa y a los dieciocho, se largo.
—Wow. Seguro que tu padre también estaba armando un casorio , ¿Cierto?.
—Na, con May no hizo ni falta. Antes que mi papa pudiera pensar en eso, ella ya se había pirado. —Contó Omar— Ella si que la hizo bien.
— Bueno, que tu podeis hacer lo mismo —Le aseguró Ander —Podéis venir aquí cuando quieras ni esperar a los dieciocho te hace falta.
Omar le sonrió con cariño, no era común que hablara sobre Nubi con la gente, solo algunas veces con Samu y nunca en su casa.
— Me flipa que me conteis estas cosas — Omar lo miró sin entender — Si es que, siento que no somos dos extraños que se ven a hurtadillas, que se roban momentos y nada más.
— Bueno, parece que somos más que eso ¿No? Lo sabemos.
—Si, por que os queremos —Aseguró Ander —¿Verdad?
—Pues si, claro que si — Concordó el moro, pero Ander se quedó como esperando que dijera algo más —Que si tío que te quiero y tu me quieres pero venga que eso ya lo sabemos, no hace falta andar aclarando.
— Cada tanto no viene mal—Contestó el de ojos miel, con una sonrisa socarrona en los labios antes de besarlo. Le divertía poner incómodo a su moro.
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Buenas! Después de casi una semana acá estoy con un nuevo cap que espero les guste :)
En paralelo, comienzo a subir el contenido solo para mayores de 18 años, REPITO SOLO MAYORES DE 18 AÑOS! En mi perfil lo encuentran!
Chao!
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Desafiando destinos
RomanceAnder y Omar vienen de mundos distintos, eso esta claro. El desafío no es aceptarlo, es hacer que funcione.