Love swap

Que haremos ahora?

Llegó el sábado, Rebecca y Shane necesitaban darse un tiempo para comprender las cosas y tratar de explicarse con más paciencia lo que estaban pasando.
Pero el miedo y las ganas de regresar a sus cuerpos era notable. Ambos extrañaban ser ellos mismos y disfrutar de su vida.

Shane. - Que haremos? Sigo en tu cuerpo de niña/mujer, tan incómodo. Extraño mi... Mi pene.
Rebecca. - Basta ya, que asco.
Shane. - Rebecca, Matthew está enamorado de ti verdad?
Rebecca. - Creo que sí. Pero sabe que tengo novio, más bien que tú tienes a mi novio. Vaya, no sé cómo explicarlo.
Shane. - Y cuando llegue tu novio? No voy a besarlo.
Rebecca. - Vamos Shane, yo lo amo. Así que tú notarás que mi cuerpo lo ama también.
Shane. - Entonces tendrás que dejarme besar otras chicas con tu cuerpo. Tambien tengo necesidades.
Rebecca. - Claro que no. Mi novio es un amor. Y te va a encantar su forma de ser, tan única, rebelde ante el sistema y muy comprensivo.
Shane. - Suena como un marica.
Rebecca. Lo dice quién está atrapado en el cuerpo de una chica.
Shane. - Solo estoy en tu cuerpo, no soy un transgénero.
Rebecca. - Olvídalo. Pero... ¿Crees poder soportar a Matthew?
Shane. - No, te idólatra tanto. Como si fueras una chica de ensueño. Vaya que me desespera.
Rebecca. - Que tal si empezamos siendo nosotros mismos. Eso puede ayudarnos a ser un poco más seguros. Te dejaré ser tú mismo... En parte, estando en mi cuerpo. Solo no me corrompas demasiado. Tal vez con eso logres quitarte de encima a Matthew, que sinceramente, en ocasiones si llega a ser un fastidio. Es mi amigo y lo amo, pero se vuelve demasiado evidente.
Shane.- ¿Por que te tiene harta? ¿No es tu mejor amigo?
Rebecca. - Y lo es...
Shane. - Pero.
Rebecca. - Pero es un fastidio. Así como tus amigos, la bola de idiotas que me siguen a todos lados, el único que tolero es a Charles, el siempre me lleva la mochila, compra una soda o me ve llorar y me consuela.
Shane. - Cómo? ¿Chucky? Es igual que Matthew. Es el imbecil del grupo, al que fastidiamos todos los días, ese chico siempre debe estar debajo de todo el grupo, incluso de las piedras.
Rebecca. - Entonces no es muy diferente la situación entre Matthew y yo. Haz lo que quieras con el. Yo me quedo con Charles, es un buen chico.
Shane. - Entonces creo que podré coquetearle a Matthew.

Rebecca dejó de sonreír, y muy asustada por lo que acaba de escuchar le gritó a Shane con desespero.

Rebecca. - Cómo te atreves a decir eso! Shane! Tengo novio. Y lo amo.
Shane. - Si, pero yo no soy gay. Así que arreglatelas como puedas, entre tú novio y yo no pasará nada. Si es que no rompo con el de una vez por todas.
Rebecca. - No te atrevas a alejarlo de mí. Por qué me conocerás enojada en verdad. Y aquello sucedido en clase... Creeme que será solo el principio.
Shane. - Lo siento Rebecca, seré yo mismo. Estoy harto de tratar de ser tú, así que no te doy más opción. Hasta que no puedas arreglar esto, seré la mejor versión de mi... EN TI!

Y no fue de esperar, al llegar el lunes Shane, siendo Rebecca, llegó con un atuendo muy distinto al que solía usar la misma rebecca, con ropa de un estilo algo provocativo. Caminando en zapatos negros de seguridad en la escuela, incluso tiñó su cabello a negro. Y vestía con ropa que unida le daba un tono más rockero.

Matthew apenas la vió se sorprendió por el radical cambio que, sin saberlo Shane había hecho de Becca.

Matthew. - Vaya Rebecca, luces hermosa.
Shane. - Vamos Matti, solo son unos trapos. Qué tal si vamos hoy a correr o a jugar futbolito?
Matthew. - De verdad me estás invitando?
Shane. - Claro, solo no olvides pasar por mi. Que no tengo auto.
Matthew. - Pero no vendrá tu novio este fin de semana.
Shane.- A veces siento que no lo conozco. Además quiero conocer una nueva parte de mi. ¿Qué dices? ¿Estás o no conmigo?
Matthew. - Contigo a donde vayas.
Shane. - No seas tan tierno conmigo y disfruta del momento Matti, así como lo hago yo.

Ahí a lo lejos, junto a Charles estaba Rebecca, mirando a Shane haciendo de su cuerpo lo que el quiere.

Charles. - Oye Shane, se ve muy linda no crees?
Rebecca. - Diría que si pero... Siento que no es lo que debería ser.
Charles. - Vamos Shane, Rebecca es una chica muy linda. Solo ha tenido un novio en su vida y el chico es de lo mejor, quizá le hace falta un chico malo... Justo como tú.
Rebecca. - Thomas es el hombre de su vida. Es perfecto para ella, los mejor que le ha pasado. Yo solo soy un don nadie que no llegará a nada si nos se lo propone.
Charles. - No te preocupes, pronto va a notar que eres indicado para ella.

Rebecca va hacia donde Shane y Matti se encuentran con intenciones poco amistosas.

Rebecca. - Matthew. Podría hablar  solo un poco con Rebecca?
Matthew. - Claro, Shane. Solo no le hagas daño.

Al alejarse Matthew Rebecca enojada le grita a Shane.

Rebecca. - Pero que rayos hiciste Shane?
Shane. - Quizá era necesario determinar un cambio. Me pregunté cómo sería si me vistiera de chica, y así fue la respuesta.
Rebecca. - Estás seguro de lo que haces? Eres un varón. Poco a poco te puede gustar en lo que te estás convirtiendo hasta sentirte a gusto en mi cuerpo.
Shane. - Eso no pasará, extraño mucho mi cuerpo. Más si hablamos de mi pene. Oh, cuanto extraño masturbarme a diario. Espero que lo estés haciendo al menos dos veces al día o empezará a doler. Y volviendo a mi, tristemente me tengo que conformar con escuchar música y preparar algo de desayunar para no encontrarme con tu madre y su forma de hablar taaaaaan sofisticada. Y no olvidemos su enorme verruga.
Rebecca. - Lo dice quién tiene un padre que parece stripper y una madre que no sabe preparar comida sin grasa. Desayunar tocino sin acompañamiento es algo brutal para las arterias.
Shane. - Pues mira cuánto me importa... Matti, vamos a clase. Y me comeré está bolsa de chetos flammin' con un refresco de crema... Si, ¡De crema!

Shane se fue corriendo donde Matthew se encontraba dejando a Rebecca sola y enojada.

Rebecca solo quería respuestas, tenía que encontrarlas y recordar todo aquello que pasó ese día, pero antes tenía que hacer que Shane viera que ella también podía hacer. Qué las cosas no iban a quedarse así nada más. Era hora de un cambio también para Shane, darle un toque de Rebecca. Algo que pudiera recordar, y tal vez no le guste.