Love swap

Fue ella!

Shane. - Entonces es aquí?
Charles. - Si Shane.

Le contestó Charles mientras veían una pequeña tienda algo oscura y pequeña.

Rebecca. - Esto es raro. Qué clase de hombre es?
Charles. - Uno tan extraño como este lugar. Pero ya te acostumbrarás. Entramos?

Al entrar vieron muchos más cosas extrañas y un anciano. Vestido de color guinda y con una barba larga.

Viejo. - Buenas tardes muchachos. Sé que hay algo aquí con ustedes que no está bien. Pero me gustaría saberlo. Oh vaya. Aquí hay algo mal con ustedes dos.

Dijo aquel anciano señalando Con mucha intriga hacia Rebecca y Shane.

Viejo. - Ustedes dos, tienen algo que decirme verdad?

Shane. - Anciano. ¿Usted nos hizo esto?

Viejo. - Vaya, tú eres el varón.

Rebecca. - ¿Cómo?

Viejo. - Entonces tú debes ser la jovencita, aún lo puedo notar en tu rostro.

Shane. - Usted fue quien nos hizo esto?

Viejo. - No pude haberlo hecho. Ese tipo de cosas van en contra de las reglas de todo buen curandero. Yo solo me dedico a curar.

Rebecca. - Entonces puede curarnos?

Viejo. - Comúnmente cobro por realizar este tipo de labores, pero como no estoy seguro del resultado lo intentaré por ustedes.

Rebecca. - Gracias señor.

El hombre comenzó a hacer un montón de bailes y canciones algunas chistosas, otras un tanto tenebrosas. Con el mismo resultado... NADA. Así como se rindió les pidió tiempo para entender este tipo de situaciones miéntras leía un viejo libro color azul metalico. Y con asombro y muy exaltado.

Viejo. - Cambio de corazón! Eso es, es el hechizo de cambio de corazón de los ancianos.

Charles. - De que se trata eso viejo?

Viejo. - Que bien que lo preguntas muchacho. El hechizo de cambio de corazón es una estrategia de magia muy funcional. Creada hace mucho tiempo, por un un joven hechicero libanés. Este hechizo consta de cambiar el "corazón" de dos seres. El lo hizo con un príncipe y su padre, quien en poco tiempo tomaría el trono. Pero al darse cuenta enviaron a ambos a la horca. No sé quién fue la persona que los indujo en este hechizo pero no conozco una manera de sanar los y que puedan volver a sus respectivos cuerpos.

Rebecca. - Entonces así nos quedaremos por siempre?

Shane. - Por siempre estaré en el cuerpo de Rebecca?

Charles. - Quizá hasta que ambos mueran.

Shane. - Debe haber una forma de regresar a nuestros cuerpos.

Charles. - Quizá es hora de resignarse y seguir siendo quienes son ahora.

Shane. - Ya me cansé de ser una mujercita rubia y tonta que lo único que sabe es odiar a los demás y sentirse la gran cosa. Aunque el cabello negro me va bien.

Rebecca se entristeció al mismo tiempo que el enojo empezaba a recorrer su cuerpo.

Rebecca. - Como si a mí me gustaría ser tu, la cosa que seas, con tus inseguridades y tus miles de problemas, maldito psicópata. Pero debo admitir que el negro me va.

Shane. - Puedo ser un psicópata pero no una bolsa de oro falso llena de mierda!

Rebecca. - De mierda yo? Escuchate, odias a toda tu familia por quererte y tratar de comprenderte. Aún no entendés que soy mejor tú que tú!

Shane. - Nunca podrás ser mejor que yo, todos me odiaban pero me respetaban.

Rebecca. - Te tenían miedo. Nadie jamás te respetó, apenas me volví lo que ves ahora no tardaron en burlarse de ti a tus espaldas y se alejaron sin pensarlo dos veces. Mira el desastres que es tu vida. Acabarás solo si sigues así. Justo como Dize.

Charles. - Chicos, chicos. Podemos salir?

Ambos chicos miraron enojados a Charles quien abrió la puerta cortésmente.

Al salir ambos muchachos seguían peleando. Cuando de repente pasó caminando una mujer. Pero no cualquiera, era la mujer a la que le habían mojado el libro viejo. Quien al darse cuenta que eran ellos comenzó a correr.

Tanto Rebecca como Shane, notaron que era ella aquella mujer. Pero al pensar en la razón por la cual corría sin sentido no la habían tomado en cuenta hasta que de pronto y al unísono.

Rebecca y Shane. - Fue ella!

Ambos corrieron tanto hasta lograr alcanzarla.

Mujer. - Así que ya saben que fuí yo quien les hizo unos pequeños cambios. Pero verán, yo no puedo regresarlos a la normalidad, ni les diré cómo hacerlo.

Shane. - Veamos, ya sabemos que vives aquí cerca. Nada me costaría entrar y robarte algunos libros. Y si no encuentro nada. Puedo mojarlos o quemarlos. Total, no los volverás a usar.

Mujer. - A que te refieres.

Shane. - Que si no tengo mi vida de vuelta, no me importa si paso el resto de esta en la cárcel. Mientras tú no sigas con la tuya. Y aprovechando que soy mujer...

Golpeó tan fuerte a la mujer en la nariz que comenzó a sangrar de esta. La levantó y le empezó a hacer que les indicara el camino hacia su casa.

Shane. - Aquí estamos Rebecca, a poco tiempo de volver a la normalidad. No es asombroso?

Rebecca. - No lo sé Shane, creo que te excediste un poco.

Charles. - Chicos, chicos. Creo que debo irme, tal vez ya no haga falta que siga aquí con ustedes. Además, no quiero ser cómplice de lo que sea que haga Shane.

Shane. - Gracias Charles, fuiste de mucha ayuda a pesar de ser solo un bufón.

Rebecca. - No sigas Shane, Charles hizo demasiado por nosotros. Muchas gracias Charles, no lo habríamos logrado sin ti.

Rebecca besa los labios de Shane, y este asombrado con una sonrisa en el rostro se enmutece.

Shane. - Ya lo corrompiste. ¿Ahora quien nos va a ayudar?

En pocos instantes Charles recupera conciencia y se retira, no sin antes despedirse.

Charles. - De nada Rebecca, espero y todo salga bien... Para ambos. Bueno, nos veremos luego. Espero y todo se arregle.

Charles se va caminando sin mirar atrás mientras Shane y Rebecca se miran uno al otro para después observar detenidamente con algo de enojo a aquella mujer, que entre golpes y moretones se ve que está asustada.

Shane. - Vas a hablar, o tengo que obligarte? Por qué creeme, que apenas voy empezando. Y no tengo miedo de usar la fuerza bruta.