Hunters (Terminada)

Capítulo 22

Después de salir de la base Jack y yo fuimos a mi casa. Ya casi era de noche. Abrí la puerta y a los pocos segundos mi “madre” ya estaba bajando las escaleras.

-Ay cariño, ya me han contado todo.- Dijo intentando darme un abrazo, yo di un paso atrás y desvié la mirada.

-Lo siento.- Le dije.- Es que aún me cuesta asimilar todo esto, no es que no te quiera, es solo… necesito tiempo para pensar.-

-Entiendo.- Me dijo ella, pero noté que se sentía mal.

-Voy a pasar una temporada en casa de Jack.-

Ella solo asintió. Yo subí a mi habitación y saqué una maleta de uno de los armarios. Empecé a llenarla con todo lo necesario, ropa, el neceser, mi portátil…

Cuando bajé, ella estaba conversando con Jack en la puerta.

-¿Lista?- Pregunto él.

-Creo que sí.- Le di mi maleta a Jack.- Cógela un momento por favor, tú vete bajando.-

-Si necesitas algo, lo que sea, no dudes en llamarme, volveré enseguida.- Dije a mi madre, cogiéndole las manos.

-Lo sé.-

-Y una cosa más.- Me acerqué a ella y la abracé.- Aunque no seas la verdadera, me alegro que me hayas cuidado tú y no mi madre, porque te quiero tanto como si fueras la biológica, así que no dudes que te quiera porque, te quiero muchísimo.-

Noté que ella se echaba a llorar. Me separé de ella y le sequé las lágrimas que caían por su rostro. Le di un beso en la mejilla y me dirigí a la puerta.

-Te quiero…- Dije cerrando la puerta.-…mamá-

Bajé corriendo las escaleras. Allí estaba Jack esperándome.

-Vámonos.-

La casa de Jack no estaba muy lejos de la mía, a unos quince minutos caminando. Su casa por fuera, era bastante bonita. De un azul celeste, tenía un pequeño jardín fuera, bastante cuidado, con muchos tipos de flores.

Él abrió la puerta y me dejó espacio para que entrara.

-Bienvenida a mi hogar.-

-A  já.-

En lo primero que me fijé fue que el suelo era de madera, a un lado había una mesita con un par de cajones y encima un espejo, más adelante una escalera. A la derecha de ese piso estaba la cocina, y al otro un comedor y un salón.

-Dame tu maleta, tú vete subiendo.- Me dijo Jack.

Subí. Lo primero que me encontré fue una mesa blanca con unas velas en color rosa. Enfrente de ella había una habitación. Por la decoración, supuse que de una chica. Era de la hermana de Jack pero que ya se fue a vivir a su propia casa.

Al lado había una habitación con una cama de matrimonio.

-Puedes utilizar esta habitación- Dijo Jack detrás de mí- Los armarios están vacios, así que vete instalandote.-

Ordené el armario todo lo que pude. Encontré unas sabanas en un cajón, así que cambié las que había, no sabía cuánto tiempo habrían estado ahí. Una vez que hube vaciado mi maleta la puse debajo de un escritorio.

Cerré la puerta y me puse mi pijama, era una camiseta roja de tirantes con un conejito blanco y unos pantalones cortos, a lo mejor demasiado cortos, con un montón de conejitos con letras del abecedario.

Jack llamó a la puerta.

-He preparado la cena, cuando estés lista, baja.-

Yo abrí la puerta y salí detrás de él.

-¿Y qué hay de cenar?-

-Espaguetis.-

Nos comimos los espaguetis en silencio. Busqué algún tema de conversación, pero de repente, se oyó un trueno. Yo me levanté de la mesa y dejé mi plato en el fregadero.

-C-creo… que me voy a-a la cama- Dije muy nerviosa.

-¿Pasa algo?-

-No, no nada.- Dije intentando sonreír.

Subí corriendo a lo que ahora sería a mi habitación, después de unos minutos, oí como Jack también subía. Se oyeron varios truenos más. Decidí levantarme y abrí la puerta de mi habitación. Tanteé en la oscuridad hasta llegar a la habitación de Jack. Le zarandeé un poco hasta que se despertó.

-¿Jen? ¿Qué pasa?- Me dijo medio adormilado. Se incorporó un poco en su cama hasta sentarse.

-Es que… es que yo…-

Sonó otro trueno, yo me abracé a él, lo que hizo que se cayera y nos quedáramos tumbados, yo sobre él. Sonó otro más y yo cerré mis ojos con fuerza.

-Jen… no me digas…- Acarició mi cabeza.- ¿Te dan miedo los rayos?-