Capítulo 43

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Perdonen la tardanza, muchos trabajos, problemas emocionales, exámenes estudios, etc, etc- Espero que les guste y perdón, otra vez,  por tardar ^^ Pues ahí va el capítulo 43:

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Por fin nos enfrentábamos. La observe mejor. Llevaba un mono negro de lycra que le cubría hasta el cuello, le resaltaba todas las curvas bien definidas que tenía. Su pelo levemente ondulado era de color cobre. Tenía la tez pálida, perfectamente lisa, unos labios gruesos, y unos ojos verdes, que te miraban de una manera asesina.  

Sacó su espada, que llevaba colgada a la espalda, y la sujetó firmemente. Yo hice lo mismo. Esto estaba a punto de comenzar. Me permití mirar un minuto a los demás. Cada uno había empezado sus batallas con sus respectivos contrincantes.

Dar ese pequeño vistazo podría haber sido un grave error, ella ya se había abalanzado sobre mí. Conseguí esquivar su espada para que no me diera un golpe grave, pero consiguió desgarrar mi camiseta llegando hasta mi piel. El dolor enseguida se hizo notar.  Retrocedí varios pasos, pero rápidamente ella volvía a intentar golpearme. Esta vez conseguí bloquearlo con mi espada y le dí una patada en el estómago. Ella retrocedió pero sonreía, era una sonrisa escalofriante.

Avanzó cautelosamente hacia un lado, yo giré hasta que quedarme delante de ella, cada una intentábamos descubrir los movimientos de la otra, sus puntos débiles, solo observábamos a nuestra contrincante. Como impulsadas por algo nos movimos a la vez, avanzando hacia donde estaba la otra, chocamos espadas, pero ella hizo un movimiento y la espada se me resbaló  cayendo a pocos metros de mí. Yo estaba apoyada en el suelo con una rodilla, vi que no me daría tiempo de coger la espada. Ella levantó su espada para dar el golpe final.

Recordé las enseñanzas de Kevin, mantener la calma, canalizar parte de mi energía en un dedo de mi mano y luego dejar que esa energía fluya. Un rayo de luz azul salió disparado de mi dedo índice, atravesó su estómago. Luego vinieron dos rayos más, haciéndole tres heridas en forma de triángulo. Gritó de dolor, esos rayos hacían el mismo efecto que una bala solo que estos no dejan que esa parte del cuerpo se recupere, quedará con esos agujeros en el estómago para lo que le queda de vida.

Ella me miró con odio, levantó su espada de nuevo, no tuve tiempo de alcanzar la mía, ni de  concentrarme otra vez en un solo dedo, así que creé un escudo con la misma energía que había utilizado antes ya que era más fácil. Ella no se rindió en sus golpes y notaba que cada vez eran más fuertes. Si seguía así, me quedaría sin fuerzas, aunque use solo un poco de esta energía requería mucho esfuerzo y concentración.

Debajo del escudo creé un hechizo de inmovilización, solo me daría cinco segundos, pero era lo que necesitaba. Lo puse en marcha, rápidamente quité mi escudo y recogí mi espada. Me levanté completamente del suelo, pero cuando me fui a girar, noté como algo zumbaba detrás de mí haciendo que en mi gemelo derecho llegara una corriente de dolor. Volví a caer, giré la cabeza para mirarla, estaba ya lista para darme otro golpe. Rodé en el suelo esquivando sus estocadas. En una de estas me las apañé para evitar su golpe con mi espada. Ella me dio una patada en el gemelo herido, haciendo que soltara mi espada, y se separó de mi.

Salía demasiada sangre de mi pierna, no me quedaban muchas fuerzas, era una herida profunda, y no podría utilizar nada de mi energía.

-Tranquila, con ese golpe no morirás, a los ángeles se les puede torturar muy fácilmente, por mucha sangre que suelten o por muchas heridas que tengan nunca morirán si no le clavas la espada en el corazón. Estoy segura que tu padre sabe mucho del tema.- Dijo sonriendo, se lo notaba la sed de sangre. Era algo tenebroso.

-¿Dónde está él?- Le dije con rabia.

-Tengo el lugar exacto de su localización dentro de mi equipamiento.- Se abrió el mono un poco dejando ver un bolsillo interior donde había un papel.- Si me vences será todo tuyo.-

Intenté levantarme pero no lo conseguí, el dolor de la pierna era muy fuerte, sabía que ya se estaba cicatrizando, solo tenía que ganar tiempo de algún modo.

Entonces oí a alguien gritar mi nombre, miré más allá de ella y estaba Jack corriendo hacia nosotras. Ella se dio la vuelta y Jack consiguió clavarle la espada en el corazón. Jack la empujó a un lado y sacó su espada de su cuerpo sin vida.

-¿Estás bien?- Me preguntó. Jack estaba lleno de tierra, tanto por la cara como en el cuerpo, el pelo totalmente despeinado, pero aun así, sus ojos seguían teniendo ese brillo tan especial que siempre veía en ellos. Yo solo tenía ganas de llorar.- Tranquila ya todo término, ya estará todo bien.- Dijo mientras me abrazaba, se separó un poco de mí pero solo lo justo para que nuestros labios se juntaran.

-Ya todo término.- susurré yo.

Ojalá hubiera sido así…

Jack se había abalanzado sobre ella, intentó alcanzarla con su espada pero ella se le adelantó. Levantó su espada y atravesó el pecho de Jack. Cayó de rodillas el suelo, ella sacó su espada y se apartó para que cayera y empezó a reírse descontroladamente.

-¿Jack?- pregunté en un hilo de voz.

Me fui levantando como pude y recogí mi espada del suelo, sobre todo para apoyarme en algo.

-Jack.- le llamé mas fuerte.- ¡Jack!- Acabé gritando pero no se movía.- ¡Contéstame!-

-¿No ves que está muerto?- Me dijo ella con un tono triunfante.- Y todo por intentar protegerte, ¿ves, ahora para qué sirve el amor? Solo nos vuelve seres estúpidos.- dijo pegándole una patada al cuerpo de Jack.

Aproveché ese momento de distracción y le hice un gran corte desde su hombro izquierdo a su cadera derecha. Ella solo me miró con sorpresa.

-Pero qué…-

-Nunca te perdonaré.- Le dije ya con lágrimas en los ojos.- Dí tus últimas palabras-

Hunters (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora