Capítulo 3

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Todavía estaba en shock al ver que la que me había atacado por la espalda era Julia. El vampiro se reía escandalosamente, tenía unas ganas de matarle tremendas.

-¿Cómo se siente al ser atacado por el que creías que era tu amigo?- volvió a reírse.

-Lo siento mucho, no sé quién eres, pero lo siento mucho.- la voz que escuché venia de detrás de mí.

Me giré y vi que Julia estaba llorando. Miré al vampiro y vi que parecía atónito, ¿eso quería decir que él no había quitado su hipnotización? Sea lo que fuese aproveché ese momento para clavarle un cuchillo en el mismo lugar en el que lo tenía yo. Otra vez el vampiro parecía sorprendido.

-Ojo por ojo, vampiro.- dije mientras me sacaba el cuchillo- Y se que Julia no haría algo así por voluntad propia.-

Julia estaba en el suelo de rodillas y seguía llorando desconsoladamente. No podía arriesgarme a que volviera a hipnotizarla, así que hice lo que tenía que hacer. Me arrodille junto a ella aprovechando que el vampiro no conseguía sacarse el cuchillo de madera. Abracé a Julia lo que pareció que la sorprendió, claro que... en ese momento no sabía quién era.

-No tienes que pedir perdón.- le susurré.- Perdóname tú por lo que voy a hacer.-

Mi madre me enseñó que si pellizcas una cierta zona del cuello puedes dejar a alguien inconsciente, y eso fue lo que hice. Julia se desplomo sobre mí y con mucho cuidado la pusé en el suelo, ya que ahora el cuello es muy vulnerable a cualquier golpe.

-Había oído que los vampiros aprecian más su honor que su vida, pero veo que no es así, porque si así fuera no atacarías a alguien por la espalda y menos obligarías a otra persona a que lo haga.-

-Hace tiempo que no me importa mi honor.- me dijo el vampiro, ya con el cuchillo en mano.

-¿Cómo supiste que os estábamos siguiendo?- dije, ya que en ese momento me acordé de ese pequeño, gran, detalle.- Que yo sepa los vampiros no podéis deshacer hechizos.

-Y es cierto que no podemos, pero si un mago pusiera un hechizo en un papel como este.- dice mientras me enseña un papel con unas palabras en latín, creo.- Entonces se podría hacer fácilmente, ¿no crees?-

-Ya te haré decirme quien es ese brujo.- Miré a mi alrededor.- ¿Por qué haces estas cosas?- dije mientras miraba a todos los míos que estaban muertos.

-Eso es muy fácil de responder, sencillamente me divierte.- se volvió a reír.- Por cierto ¿no te has preguntado dónde está tu amigo?-

La verdad es que ya me lo había preguntado muchas veces. En ese momento oí gritar a Jack.

No tenía ninguna duda, era Jack al que había oído. Miré al vampiro que tenía una sonrisa estúpida en su rostro. Estaba a punto de asesinarlo.

-Pareces que no eres muy lista ¿no?.- Se rio con ganas.- Te va a volver a pasar lo mismo que hace trece años.

Me quedé de piedra, ¿Cómo sabia lo sucedido hace trece años? El seguía riéndose, de acuerdo ya era seguro que lo iba a matar.

-El único que no es  muy inteligente eres tú.- Saqué otro cuchillo, pero lo mantuve escondido en mi espalda.- Si Jack ha gritado eso quiere decir, que te puedo matar- le dije mientras lanzaba el cuchillo y se le clavaba justo en el corazón.

Él se desplomó contra el suelo, muerto. Me acerqué a él y le arranqué el cuchillo, lo limpié, y lo volví a meter en la funda. Estaba preocupada por Jack, se que él no se dejaría matar fácilmente, pero seguramente estaría herido y muy grave, Jack raramente grita. Y unido a que yo no estoy  tampoco en mi mejor momento, la cosa no pintaba muy bien.

Me adentré en el edificio. Estaba todo muy oscuro y no tenía ni idea de donde podría estar Jack. De repente sentí la presencia de alguien pero se movía demasiado rápido. Seguí caminando hacia delante cuando me tropecé con algo, o mejor dicho alguien. Hice un conjuro de luz y allí tirado estaba ni más ni menos que Jack. Me arrodillé para ayudarle, estaba muy mal, tenía varias marcas de garras en su espalda. En ese momento me vino a la mente aquel frío día cuando la blanca nieve se teñía de rojo. Tan absorta estaba en mis pensamientos que al levantar la mirada allí estaba el otro ser. Me asestó tal puñetazo que me envió a la otra punta del edificio, Hubiera sido un gran golpe, pero en el último momento conseguí suavizarlo un poco con mis brazos. Cuando levanté la vista allí estaba ya, me cogió por el cuello y me levantó hasta que mis pies no tocaron el suelo. En ese instante pude darme cuenta de más detalles de mi contrincante. Era una vampira, de las poderosas por lo visto, no sabría explicarlo, se le veía en los ojos su ansia de sangre. Me empujó hacia la pared sin dejar de cogerme por el cuello. A pocos metros estaba Julia.

-Y tú debes de ser la compañera de ese inútil, ¿me equivoco?- Ella supuso que así era.- Veo que a tí te ha ido mejor que a tu amiguito, aunque no es que estés mucho mejor que él.

En ese momento atravesó mi costado ya herido con sus garras, lo que hizo que se abriera mucho más la herida, y que estuviera a punto de desmayarme por el dolor. Ella se rio con bastantes ganas, estaba claro que disfrutaba con ello.

-Parece que te está doliendo mucho,  no es así muchachita.- Y sonrió.- Me pregunto… como sabrá tu sangre, espero que no sea como la de tus compañeros, eran asquerosos.

Y se volvió a reír, si no fuera por la herida ya le estaría clavando un cuchillo en el corazón.

-¿Y si vemos quién se esconde bajo esa máscara?- Eso sería un problema, que no descubran nuestra identidad es la mayor prioridad.

Levantó la mano para quitarme la máscara, le pegué una fuerte patada en el estómago y  pude deshacerme de ella, aunque consiguió llevarse la máscara consigo.

-¡Mira mira! pero si es una chica muy mona.- Dijo la vampira riéndose... otra vez

- ¿Jen?-

Tanto la vampira como yo nos giramos. Ese si sería un grave problema, Julia había despertado

Y me había reconocido.

Hunters (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora