The Nanny(KookMin) TERMINADA

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Siempre he sido realmente malo en muchas cosas como las matemáticas o la escuela en general, el amor, los deportes y la que mas me acongoja : en hacer dinero.

 Dinero por aquí, dinero por allá.

Cochino dinero y su importancia en este mundo. Si tan solo tuviera un trabajo, todo lo que quiero sería mio. 

Y yo podría tener ese trabajo...si fuera bueno en algo.

-¿Quieres dejar de fruncir el ceño, Jiminnie? Te saldrán arrugas- Me regañó mi mamá mientras dejaba mi plato de tallarines frente a mi- Disfrútalo cariño, te lo mereces.- Me dijo sonriendo.

- Mamá, no quede para el puesto de encargado, ni para mesero del restaurante de la esquina.  No sirvo.- Murmuré con un puchero- No merezco este delicioso platillo.- Dije mirando con adoración mi comida. - Pero tendré que comerlo.-   Mi madre rió.

- Amor, las cosas pasan por algo. Ya te tocará.

- Por tu bien espero que sí, no estoy segura que me quieras seguir teniendo en tu casa cuando ya tengo 25 años.

- Por mi te tengo aquí toda la vida, tu eres el que quiere irse.

- Es la ley de la vida mamá, es lo que debo hacer.

- Lo que desees cariño.- Dijo sentándose frente a mi con su plato de comida.- Pero si te vas estaré solita. - Hizo una mueca y miró su plato- Extraño a tu padre.

- Y yo mamá- Tomé su mano y la apreté- Pero las cosas suceden por algo, ¿verdad?- Ella sonrió- Era su momento de dejar de sufrir.

Ambos nos miramos con lagrimas retenidas en nuestros ojos y sonreímos.

- Quizá deberías cobrarle a los vecinos por cuidar a sus hijos.

- ¡Hay no, ma! Odio a los niños.

- Bueno, entonces olvídalo- Rió- Termina de comer y vas a comprarte un helado.

- Mamá- Reí- No tengo 15.

- Entonces me lo compras a mi- Sonrió.

- Esta bien- Asentí con la sonrisa aún en mi rostro.

 Mi mamá y yo somos muy unidos porque solo nos tenemos a nosotros y a mi abuela  Tere, pero ella esta de viaje así solo somos dos. Cuando mi papá estaba vivo, los cuatro eramos inseparables, pero lamentablemente un cáncer avanzado se lo llevó bastante rápido. En parte fue bueno para que él no sufra, pero nosotros aún lo hacemos cada día. Viendo en retrospectiva, espero encontrar a un chico que me quiera tanto como yo a él y ambos poder vivir juntos hasta que la muerte nos separe o incluso más allá.

- ¡Vuelve aquí, ya nos perdimos!

 Fruncí el ceño al ver a unos niños caminando desorientados por entre las tiendas departamentales.

La rubia más alta, corría tras sus hermanos menores  tratando de tomarlos de la mano, sin éxito.

- ¡Tae vuelve aquí!- Gruñó otra vez desesperada.

- Aquí tienes tu pedido, Jimin. Vuelve pronto, lindo- Le sonreí a Lucia, la empleada de la heladería y cogí  los helados. No tenía mucho tiempo, mi casa quedaba a dos cuadras y hacia mucho sol así que o corría o se me derretiría el helado.

- ¡Quiero helado!- Gritó la más pequeña.

- ¡No tenemos dinero, genios!- Gritó la rubia al borde de un colapso.