Luego de haber presenciado un ataque de ansiedad de Yuri, Victor no sabía bien como actuar; dejarlo o no solo, prestarle mas atención, darle mas tiempos a solas, actuar normal... En fin. No sabía como se actuaba después de un episodio así. Pero al contrario, el japones al otro día siguió como si tal situación no hubiera pasado. "Ya debe estar acostumbrado, pobre Yuri", pensaba el ruso cuando aquella tarde se despidió del asiático ya que éste tenía que ir a sus clases.
Todo había tomado su curso, de hecho ahora la no pareja se encontraba en un café compartiendo las horas de la tarde con los amigos de ambos; Chris y Phichit. El tailandes se había enterado del episodio de Yuri en el estacionamiento del hospital, por eso ahora le daba tanto gusto ver a su amigo reír a carcajadas mientras contaba una situación vergonzosa que pasó junto con Victor y protagonizada por Mari.
—Estábamos justo, mm... Bueno, comenzando un momento íntimo.— El de ojos chocolate trataba de seguir con la anécdota sin ruborizarse. —Y entró Mari así sin golpear. ¡Estaba la luz encendida!—
—Las mejillas de Yuri parecían de lava de tan rojas— Comentó el peliplata, acompañando las palabras con una sutil risa. Risa que fue secundada por las carcajadas de los demás acompañantes.
—Fue tan vergonzoso.— Y otra vez el japones se puso rojo cual tomate, hasta podía sentir el calor en sus regordetes cachetes mientras se tapaba la cara con ambas manos unos segundos.
Dejaron pasar el momento entre chistes indecentes provenientes de Chris claro está, y los insistentes ruegos de Chulanont para poder tomarse una selfie con su sonrojado amigo. Terminaron sus infusiones calientes, así como también cada uno terminó su tarta. Como era fin de semana y hacía varias semanas que no se juntaban en banda, decidieron ir a tomar café y ponerse al día con aquellos temas de conversación que compartían. Los dos estudiantes propusieron que para la próxima vez invitarían a Yurio y a Otabek, ahora que ya estaba recuperado de su accidente en motocicleta.
—Amigo, ya no te queda otra opción.— Interrumpió Phichit. —Vas a tener que mudarte conmigo a los apartamentos universitarios. O tu hermana seguirá interrumpiendo tus momentos calientes.—
—Estoy pensando seriamente en eso, con lo que me mandan mis padres, la beca y tal vez algún trabajo de medio tiempo pueda pagar un alquiler universitario.
—Hora que el bebé al fin se independice— Esta vez fue el de ojos verdes, Giacometti, quien acotó a la conversación.
El único que no dijo nada al respecto fue Nikiforov, que al contrario de los otros chicos quienes se deshacían en frases de incentivo para Katsuki se anime a dar ese paso, se quedó callado y solo habló para llamar al mesero y así pagar la cuenta. Se despidieron unos minutos después, no sin antes arreglar de encontrarse todos en aquella disco donde Yurio trabajaba en la barra. Dado que Chris estaba en auto, ruso japones y tailandes caminaron cierto tramo juntos. En el transcurso los dos amigos estudiantes iban hablando bastante animados de la futura mudanza de Yuri y de como la mayor de los Katsuki iba a tomarse aquella decisión.
—No te pone eso contento Victor, tendrán un poco mas de intimidad ¿No es así?— Quiso incluir Phichit al ruso a la charla, pero éste solo sonrió moviendo la cabeza en forma de asentimiento. Cosa que tomó por sorpresa al moreno, por eso miró a su amigo buscando alguna respuesta silenciosa pero el japones solo levantó los hombros apretando los labios, sintiéndose así un tanto incomodo. Llegaron al lugar donde se despedían de Phichit y luego de saludarse, el estudiante y el cirujano siguieron camino para la casa de este último. Fue Yuri quien rompió el silencio.
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El chico del bus.
FanfictionLa rutina puede ser aburrida, agotadora, a veces triste. Pero se vuelve interesante si en un viaje rutinario encuentras al posible amor de tu vida. •Primer fanfic publicado •Los personajes no me perteneces, como tampoco los dibujos de la portada.