Cap 4: Ambiente estropeado

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Se encontraba dando vueltas por su pequeña cama. Ya había concluido todo los deberes y no le apetecía salir, así que decidió dar una pequeña siesta.

El sonido del timbre interrumpió todos sus pensamientos. ¿Quien será?- se preguntó- de seguro es Hiro viniendo a devolver el libro que le presté. Ya voy -exclamó levantándose  perezosamente y arrastrando sus pies hacia la puerta, al abrirla subió la mirada cuidadosamente encontrándose con el rostro serio de Ren.

En ese momento anhelo poder verse asi mismo. De seguro su cara mostraba un sin fin de emociones, ni el mismo sabia con exactitud lo que sentía. Por fin luego de un par de segundos decidió articular palabra 

- Ho... hola. 

¿Ho... hola? sólo eso le dirás - pensó para si mismo - estúpido estúpido, no puedes ser más normal y hablar sin tartamudear cuando lo tienes frente a ti - mentalmente empezó a regañarse. 

- Hola.

Súbitamente salió de sus pensamientos al escuchar la gruesa voz del más alto. 

- ¿Qué... qué te trae por aquí?

Demonios no puedes ser alguien normal y hablarle sin tartamudear ¿Por qué? ¿Por qué siempre tartamudeo cuando estoy frente a el? ¿Por qué no puedo verlo a los ojos? ¿Por que me sonrojo inevitablemente cuando lo veo? Esto sólo tiene una explicación - se dijo algo alarmado - Dios mio ayúdame creo que estoy muy enfermo.

- Solo pasaba por aquí.

- ¿Eh?

- ¿Estás enfermo? 

- ¿Por... por qué lo dices?

Sintió claramente como Ren se inclinaba para quedar muy cerca de él provocando esto sus mejillas arder. 

- Pues... estás muy colorado. Veamos - dijo tocando suavemente su frente - parece que no tienes fiebre. Entonces ¿Qué sucede?

- !Ah! yo... yo no...

- ¿Tú...no?

- Creo que estoy gravemente enfermo - dijo cerrando los ojos -últimamente me he sen - sentido así.

- ¿Qué clase de enfermedad tendrás? Yo te veo bien; bueno a excepción de tus mejillas coloradas, pareces un tomatito - comentó burlón.

-  ¿Eh? no... no es gracioso.

- Para mi lo es y mucho.¿Me dejaras aquí parado?

-  Si... No, quiero decir no, pasa por  favor.

Educadamente le indico que entrara viendo como el más alto se deslizaba elegantemente hacia el interior.

- Eres muy ordenado - le dijo mientras observaba cuidadosamente el pequeño apartamento.

- Gracias... no todo es merito mio. Vivo sólo así que no desordeno demasiado.

- ¿Ese es el secreto de tu perfecto orden?

- A... algo así

- Y... ¿Que ventajas más tiene vivir sólo?

- Bueno puedes comer lo que quieras a cualquier hora. Puedes hacer los deberes cuando desees. Dormir en cualquier momento hmm - su mente se quedó en blanco, quería decir muchas cosas y ahora todo se fue al agua; los nervios de tener a Ren en su apartamento lo traicionaron.

- Hmm... también puedes traer y dejar pasar a un desconocido a cualquier hora 

- Si eso también - vio el rostro burlesco de Ren y analizó su respuesta encontrando su error - ¿Qué? no... no es así.

- Entonces ¿Por que estoy aquí?

- Bueno yo - respondió agitando las manos.

- Eres muy gracioso - dijo riendo - Dime ¿Siempre estás tan nervioso? 

- !No!  - exclamó. 

- ¿Entonces? - preguntó curioso mientras se dejaba caer en uno de los sofás.

- Bu... bueno como te dije estoy enfermo y...

- Enfermo ¿De qué? Quizás pueda ayudarte, mis padres son médicos. 

¿Qué le diría? algo como: la enfermedad que aparece cuando estas frente a mi- negó - no puedo decir eso.

- Nunca vi una enfermedad de sonrojarse, tartamudear y evadir miradas. 

- La... la descubrirán conmigo.

- Definitivamente eres muy gracioso. Podría llevarte como conejillo de indias al laboratorio de mi madre.

- ¿Eh? - preguntó con temor.

- Ven, siéntate aquí - dijo palmeando el lado derecho del sofá.

- ¿Qué?

- Siéntate aquí.

Sintió un leve espasmo. Había oído incontables veces de aquel "tragame tierra" y eso era lo que deseaba ahora mismo, que la tierra se abriera y se lo tragase sin dejar rastro alguno de él. Si se sentaba al lado del más alto estaría sumamente cerca de él y eso hacía que los síntomas de su extraña enfermedad se incrementaran. Todos sus extraños pensamientos desaparecieron al observar la sonrisa de Ren. Sólo eso bastó para que su cuerpo avanzara involuntariamente hacia él y se colocara a su lado.

- Si estás enfermo debes reposar.

- Lo... lo se...estaba apunto de dormir cuando tocaste el timbre.

- !Oh! ¿Es mi culpa?

- No... no lo es - dijo bajando su rostro para evitar así la profunda mirada de Ren.

- Bueno, me alegro... Lief - lo llamó en un susurro.

Sintió como su nerviosismo se triplicaba. Ren lo estaba llamando. Así que dándose levantó la cabeza pausadamente, quedando hipnotizado al ver aquellos profundos ojos cafés.

- Volveré a preguntarte lo mismo ¿Siempre estás tan nervioso?

- No.

- Entonces ¿Debo suponer que es sólo cuando estoy cerca de ti?

- No... !No! - exclamó.

Lief se quedó anonadado al sentir como Ren en un hábil movimiento lo sentaba a horcajadas sobre él. Sus ojos se abrieron de par en par por la sorpresa repentina.

- ¿Qué.. Qué haces? - musitó asombrado.

- Admirándote de más cerca... Señorito tomatito.

- ¿Eh?  Te estás burlando - involuntariamente hizo un leve puchero.

- Exacto - comentó burlón.

Se quedó perplejo al admirar con claridad todo el rostro de Ren; era apuesto, muy apuesto. El color de su piel era blanca, un color perfecto; sus labios eran de un tono rosa y las proporciones de su cara eran simplemente perfectas, teniendo un perfil realmente bello.

- ¿Cuanto tiempo te quedarás mirándome así?. Sabias algo... me gasto

Sintió sus mejillas arder ¿Cuánto tiempo se le había quedado viendo?

- Lo... lo siento

- Sé que soy hermoso; es inevitable que no se paralicen ante mi belleza - rió.

- Presumido - susurró Lief.

- ¿Qué?

- Presu...

Un tono de llamada estropeó por completo el ambiente, el celular de Ren sonó por todo el lugar.

- ¿Hola?... ¿Qué? ¿Lo vieron? ¿Dónde, díganme dónde vieron a Nyu? maldita sea... ahora mismo voy para allá

¿Nyu?... ¿Quien será? se preguntó para si mismo. Tuvo la curiosidad inmensa de preguntar, pero no lo hizo, por el tono de voz serio y desesperado de Ren se percibía claramente que era algo se suma importancia. 

- Tengo que irme - dijo depositándolo nuevamente sobre el sofá, luego, Ren salió presuroso de la estancia.

Inocencia Perdida [Yaoi]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora