II ½

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Aristóteles, habitación, 6:28 a.m (martes).

Apreciaba cada detalle suyo, su sonrisa y cómo se sonrojaba con cada cumplido que le hacía. Se veía como un ser frágil que debía cuidar con todo el amor del mundo. Me daban ganas de guardarlo en una cajita de cristal para que nadie le hiciera daño.

— ¡Aris! Ya es muy tarde hijo. ¿La alarma no te sonó o qué? —no le tomé mucha importancia. Me estiré para alcanzar mi celular. Vi la hora y parecía como si hubiese tomado cafeína. Entraba a las 7 y hago veinte minutos de camino. Neta sentía que no iba a alcanzar. Hice todo lo necesario en un tiempo muy corto.

—Adiós mamá, te amo —me despedí de ella y de Arqui, mi hermanito. Corrí como loco a la escuela.

[...]

—6:52 —di un suspiro agotado. Sentí una mano posarse en mi hombro. Era Ben.

—Casi y no llegas. ¿Te quedaste dormido o qué? —se rió de buena manera.

—Estás en lo correcto. La verdad ni yo sé por qué no sonó mi alarma —traté de hacer memoria; ¿qué había hecho el día de ayer?

Nada más le envié un mensaje y ya. Bueno, también comencé a acosarle mirando todo su perfil de Facebook y el de su familia. No hice nada como para que no sonara mi alarma. Oh, tal vez lo tenía en vibrador; diablos.

[...]

     Me urgía mandarle un mensaje ya que necesitaba saber de su existencia, si se encontraba bien o con salud.

Yo
Temo, te estuve esperando todo el día. ¿Por qué no fuiste a la escuela? Extrañé mirarte desde lejos :(. Espero que te encuentres bien, me partiría el corazón no volverte a ver ♥.

Miraba por todo el patio pero en ningún lugar estaba su presencia. Me encontraba muy desesperado, maldición, me tiene ultra dominado y sólo lo conozco hace un día. Sus hermanitos habían ido pero él no y eso se me hizo súper raro así que tuve el valor de ir con ellos.

—Chicos ahorita vuelvo —ellos sólo asintieron y siguieron en su plática.

Escuchaba a las chicas gritarme emocionadas. Yolanda Reyes se la pasaba acosándome y no sabía cómo quitármela de encima. Era una odiosa y una completa arpía que fingía ser mi novia cuando nada qué ver, qué asco. Curiosamente he tenido varias novias, pero con ninguna nada serio, me aburren por completo. Pero conocí a alguien que me llamó la atención, me interesó desde el primer momento que lo vi.

—Hola, disculpen, ¿vino Temo? —ambos negaron.

—Temo estaba todo enfermo. Tenía mucha calentura —habló el niño.

— ¡Que no se dice calentura, Julio! Se dice temperatura —le corrigió la niña.

—Aún así me entendiste, Lupita, ¿Apoco no?

—Bueno chicos, en serio muchas gracias —agradecí despidiéndome.

[...]

   Comencé a tocar la puerta de su casa. Rodé los ojos al ver a un chico de tez blanca abrir los ojos. Era el mismo que nos había interrumpido el día de ayer.

—Hola, disculpa, ¿se encuentra Temo? —traté de ser lo más amable posible pero su rostro me decía todo lo contrario; me quería matar con sus ojos o más bien, creo que en su mente ya lo hizo.

— ¿Quién lo busca y por qué? —ganas me sobraban para darle un golpe sin tener culpa en mi consciencia. Era una patada de testículos ese chico.

— ¿Qué sucede? —la persona que buscaba había salido al igual que una sonrisa en mi cara—. Diego, espérame un momento —salió de la casa y cerró la puerta en la propia cara del tal ¨Diego¨. Pagaría millones por ver su rostro en este mismo momento.

—Hola, es que no te vi en la escuela y quería preguntarte que si quisieras ser mi amigo. Me pareciste alguien... interesante —soy un idiota, ¿me vi muy urgido de su amor?

—Sí, claro. ¿Me encantaría...? —¿ya les mencioné que está muy bello? Neta que  no entiendo con cuánto amor lo hicieron sus papás porque tienen mis respetos; crearon al ser más hermoso que han visto mis ojos.

—Perdón, nunca te he dicho mi nombre, soy Aristóteles Córcega —su mueca de confusión era preciosa.

— ¿Te cae? ¿Aristóteles? —no hice nada más que reírme. No era la primera persona que también me lo preguntaba.

—Sí, y deja tú, mi papá es Audifaz, mi mamá Amapola y mi hermanito Arquímides.

—Pues ahora sí como diría mi Papancho; no manches.

—Tampoco es como que tengas un nombre muy común, Cuauhtémoc —reímos.

—Pues soy un príncipe Azteca —dijo con total orgullo.

—Sí, lo de príncipe se te nota —alguien hágame callar o póngame cinta en la boca para no hablar de más. En efecto, le había coqueteado de manera espontánea, ni yo me lo creía.

—Claramente —rió con un ligero rubor en toda su cara.

—Bueno, cambiando de tema, me gustaría conocerte más, ¿tienes planes más tarde?

—La verdad no —analizó varias cosas con su mirada y me pude percatar de eso.

—Perfecto, entonces podemos ir al parque o a donde tú quieras. A las 6:00 p.m, ¿te parece? —no es muy indecente o atrevido, ¿o sí? Los amigos salen a conocerse, así que es normal.

—Por supuesto —¿cómo le hace para estar tan hermoso hasta cuando sonríe de manera involuntaria? Me tiene obsesionado y eso no está bien, quiero decir, ¿y sino siente el mismo interés que yo?
















Gracias a toooodes los que leen mi novela :,). Se los agradezco tanto. Espero que les guste la novela porque tengo miles de ideas en mi cabecita. Y este capítulo es ½ ya que lo veía un poquito necesario, pero el siguiente ya va a ser el tres lol. Los km salu2 dtb a todxs ♥.

User634 [Aristemo].Donde viven las historias. Descúbrelo ahora